La Viña del Señor
Nadie de los presentes al Primer
Coloquio de Criminología de la Vizcaya realizado en el auditorio
municipal Fray Ivo Tonek el sábado 20 de julio extrañó al comandante de
la policía municipal Francisco Javier Vidaurrázaga Soto. Y ni falta
hizo la presencia del Colorado por esos menesteres académicos. A parte
que ni le iba a entender a los temas ahí tratados: la perfilación
criminológica. ¿O por eso no se quiso arriesgar?
En cambio mandó al comandante Madueño para que lo representara en el
evento a donde si acudieron gente de la Armada y de la Policía Federal.
En cambio Javier Velderraín, el jefe de Tránsito se hizo representar
por el comandante Castillo, el Muerto.
Pocos creían posible acontecimientos como el descrito y daban por más
probable la presencia del detective tuerto de las novelas de Paco
Ignacio Taibo II Héctor Berlascoarán Shayne, realizando alguna
indagatoria por estos lares.
Así las cosas, es poco seguro que hubiere sacado provecho a las
ponencias quien finge como comisario de policía a falta de nombramiento
oficial como Director de Seguridad Pública Municipal, cargo que se ha
mantenido acéfalo en lo que va del trieno de herr Otto Claussen Iberri, a
raíz de que su candidato para el cargo Gianco Urías Abundis, al tronar
las pruebas de confianza del C3 terminó con el nombramiento de
coordinador municipal de comisarías, cuya inutilidad quedó demostrada al
reventar el conflicto de la toma carretera de Vícam por los Duales y
los miembros del Movimiento No al Novillo.
Desde entones el Pancho Vidaurrázaga se la ha pasado nadando de
muertito, mientras Eduardo Gaxiola Márquez, desde la secretaria
particular ha mantenido a raya a José Bolaños Castro, quien aspiraba
dirigir la corporación policíaca.
Se sabe que el Vida no se va a tirar a matar por la seguridad de los
porteños, pero alguna gracia debe tener para estar donde está.
¿Corporación maldita?
Como es sabido, en algunos trienios
pasados dicho cargo ha sido el coco de las administraciones municipales
y cuya maldición inauguró el Concejo Municipal panista (1991-1994) al
fallecer en un accidente el titular de la dependencia José Manuel
Sánchez Fuerte; le siguió la destitución de Jorge Velderraín Paredes con
Mundo Chávez (1994-1997) por la golpiza que sus chicuelos le propinaron
a Sara Valle, Joel Mendoza y sus huestes del Barzón; después al
revocarse el mandato a la Valle (1997-1999) dejó el cargo el polémico y
folclórico de Oscar Villa Encinas; luego con Bernardino Cruz Rivas
(2000-2003) una rebelión de policías tumbó al Chespirito Francisco
Gallego Ricardez y con César Lizárraga rompió record con cuatro
titulares de la dependencia: José Bolaños dejó el puesto por las
zancadillas del entonces secretario Alonso Arreola y a su salida llegó
al cargo Librado Negro Navarro, quien por broncas con el “Zambo”, fue
sustituido por Ramón Aguirre Vizcarra, quien luego de no pasar el C3 le
cantaron las golondrinas y dejó la silla al Colorado, quien vago como es
ha sabido mantenerse desde entonces controlando la dependencia.
Una vez amacizado en el cargo el Vida, ha hecho todo lo posible por
congraciarse con el alcalde y el grupo que le rodea y ejemplo de ello
fue el operativo armado con su venia para llevar a la presidencia del
FJR del PRI a Karla Fernanda Pérez Acuña, quien es hija del director de
Desarrollo Social del ayuntamiento Víctor Pérez Ascolani y es sobrina de
la regidora Mireya Acuña y como segundo de abordo al titular de la
PROFECO Eduardo Gaxiola junior, y a quienes apoyó hasta con
movilizaciones de unidades policíacas y elementos de la corporación a su
favor y en el cual fue cabeza visible María Adela Vidaurrazaga
Hernández, hija suya.
Así las cosas, se rumora a Vidaurrázaga, no le queda más allá de un
año en el cargo debido a que no tiene perfil política, actividad a la
que –el mismo confiesa— no le entiende y su gestión al frente de la
institución levantó inconformidades y quejas entre elementos de la
corporación que han circulado abundantemente en las redes sociales.
El Subsemun ha sido un tema que levanta mucha polémica por la forma
en que manejó y andan volando 4 millones de dicho programa, mientras la
adquisición de patrullas en el otro lado es cosa que todavía no se
aclara cabalmente.
Cuando Guaymas era una ciudad menos poblada fue de escándalo cuando
el Pirrín dio muerte Ha guardado y la policía era más mencionada por las
andanzas del Mocho Zamora o Don Félix dando de tablazos a la morrada
que acudía al matiné los domingos al cine Diana y todavía no daba de que
hablar por cuestiones como los polidrogros; los ascensos al vapor o la
venta de plazas que se achaca al Norma Castro y a Víctor Pérez, casi al
final de la adminbsitración del Toño Astiazarán; la salida de Oliver
Flores Bareño de la Comisión de Seguridad Pública y de Bolaños de la
corporación por ascensos otorgados sin consultar al César; los pleitos
públicos de Librado con Alonso o la suerte en los casinos del entonces
comandante Aguirre y eso que a mediados de los ochentas y principios de
los noventas el puerto fue santuario de pesos pesados como Héctor Luis
El Güero Palma Salazar y el Ceja Güera.
Ahora, se habla de comandos de enmascarados armados circulando por la
ciudad o de balaceras en algunos barrios del puerto y de un que otro
muertito de vez en cuando. “Son casos aislados, pero frecuentes” diría
Bulmaro Cabezón Pacheco Moreno.
Policía sin manos, oídos, ni pies
De haber asistido al Coloquio, el
Colorado hubiera entendido el porqué el doctor Alfredo Rodríguez García,
sostuvo que la policía ideal no debía de dar información, ni debía
tener oídos, manos, ni pies.
Si hubiera estado presente habría entendido como se evita contaminar
una escena del crimen y también se habría dado cuenta lo perdido que
andan sus elementos que sí asistieron y la necesidad de capacitarlos en
los temas de su incumbencia.
De haber asistido al acto de la Vizcaya, primero de su tipo en el
puerto se habría horrorizado al oír que las tendencias que el forense
dejó en el aire no son nada halagüeñas a futuro: Incremento de la
violencia (detención del Z-40); mayor militarización de la seguridad
pública; privatización de la seguridad pública; pérdida de la
credibilidad en la democracia y en el Estado de Derecho; ejecución de
líderes y funcionarios (que ya se dio en la elección reciente); acciones
terroristas (como la de la Torre de Pemex, según el doctor Rodríguez) y
en su el paso de un Estado débil a un Estado fallido.
Si ahí hubiera estado el Colorado, habría salido “aterrado” del
evento… o la mejor se habría retirado contento, al fin y a cabo proveer
de seguridad pública a los guaymenses es tarea que nunca ha tomado en
serio, pues retomando aquella vieja idea del fallecido columnista Diego
Matus Félix, de que Guaymas es un manicomio sin bardas, hasta podríamos
sostener sin exagerar que también es un Cereso en donde muchos
malandrines andan en las calles y algunos hasta uniformes portan.
¿A poco no?
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna La Viña del Señor/ Sábado, 20 de Julio de 2013 21:5)
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