WASHINGTON
(apro).- Pese a los muchos éxitos e intensa cooperación con México, el
gobierno de Barack Obama admite que los cárteles de la droga del vecino
del sur representan una “amenaza multifacética” para la seguridad de
ambas naciones.
No obstante “los muchos éxitos, a una mejora en la
cooperación, coordinación, unidad, esfuerzos e intercambio de
información con el gobierno de México”, el tráfico ilegal de drogas
continúa siendo una amenaza multifacética para nuestra seguridad
nacional, la cual requiere atención y esfuerzos adicionales”, se
advierte en la Estrategia Nacional Antinarcóticos para la Frontera del
Suroeste de 2013 (NSBCS, por sus siglas en inglés).
El reporte,
difundido por la Oficina de Política Nacional para el Control de las
Drogas, que dirige Gil Kerlikowske, hace énfasis en que en el territorio
mexicano, pero principalmente en su frontera norte, los cárteles
detonaron un incremento en los niveles de la violencia.
“México,
en su frontera norte que comparte con Estados Unidos, experimentó en
años recientes un aumento dramático de crímenes y violencia debido a la
intensa competencia entre los cárteles mexicanos del narcotráfico,
quienes emplean tácticas depredadoras para materializar sus ganancias”,
destaca el informe.
El análisis de la dependencia a cargo de
Kerlikowske, también conocido como el zar antidrogas de la Casa Blanca,
sostiene que de manera conjunta y a todos los niveles del gobierno
federal, estatal y local se han dedicado grandes esfuerzos y recursos
para evitar el cruce transfronterizo de la narcoviolencia que priva en
México.
“Las organizaciones del crimen transnacional con sede en
México, y que tienen un alcance y conexiones a escala mundial, continúan
dominando la cadena de distribución de drogas y, dentro de Estados
Unidos, siguen ampliando sus actividades ilegales”, alertó la NSBCS.
En
sus 82 páginas, la estrategia formulada por el gobierno de Obama da a
entender que de nada sirvieron los seis años de cooperación con el
gobierno mexicano a manos de Felipe Calderón, ya que los cárteles del
narcotráfico de México siguen actuando con mucha libertad y cada vez son
más poderosos.
Las conclusiones de la estrategia que Kerlikowske
intentará poner en marcha apuntan más bien a exhortar al gobierno de
Enrique Pena Nieto a intensificar la cooperación con Estados Unidos en
materia del combate al narcotráfico.
La NSBCS apunta que en la
frontera sur de Estados Unidos se ha intensificado la vigilancia con
personal de la Patrulla Fronteriza, del FBI, DEA y hasta del Pentágono,
con el objetivo de contener el flujo de drogas que corre de sur a norte.
Además
se busca frenar el tráfico de armas y dinero proveniente de la venta de
los narcóticos en Estados Unidos que se mueve en sentido contrario.
Sin
embargo, el contenido de la NSBCS pareciera que opaca todo lo que
Kelikowske destaca como éxito en la vigilancia de la frontera sur de su
país, al reconocer incluso que el trasiego de drogas hacia Estados
Unidos sigue a la alza.
En la presentación de la estrategia,
Kerlikowske asegura incluso que en Estados Unidos hay avances a escala
nacional en la reducción de la demanda y consumo de narcóticos, aunque
el reporte matiza lo contrario.
“De hecho, de 90 a 95% de cocaína
que entra a Estados Unidos continúa pasando por el corredor
México-Centroamérica”, destaca la estrategia de la Casa Blanca para
luego rematar con otra estadística negativa:
“México continua
siendo la principal fuente extranjera de mariguana y metanfetaminas
destinadas para los mercados de Estados Unidos, y es también la fuente
principal y país de tránsito para el tráfico de heroína”.
/ 2 de julio de 2013)
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