Su nombre es Marcela
Silvia Montaño Mancera y nació el 2 de mayo de 1968. Habla varios idiomas,
entre ellos inglés, italiano, griego, portugués y español.
En entrevista, la
mujer comparte que además de estar regida por el signo zodiacal Tauro, en el
horóscopo chino es mono y dentro de la numerología le corresponde el número
cuatro.
“Estoy como enviada
especial. Soy un ángel. El ser ángel no me resta humanidad; el que haya llegado
con cuerpo de mujer no me aleja de mi misión”, indica en entrevista.
Cuenta con estudios
universitarios y diplomas varios. De ella se sabe que es una mujer “de mundo”,
“muy inteligente”, “culta” y “preparada”. También se conoce que padece
esquizofrenia, controlada con medicamentos que se ignora si ingiere
actualmente.
Se encuentra en
Cancún desde el 28 de junio pasado y advierte que trae consigo un mensaje de
“seres superiores” que debe compartir con la humanidad, para poner freno a la
destrucción de los recursos naturales.
En esta ocasión,
cuando acepta charlar, está en la terminal 3 del aeropuerto, hasta donde se
desplazó por voluntad propia, con todo y las siete maletas que carga en un
carrito de equipaje.
Vestida con pantalón
de mezclilla color negro, al igual que la chalina que luce alrededor del
cuello, junto con una medalla de San Miguel Arcángel. Porta un suéter gris
oscuro y lentes de sol, cadenas y pulseras.
Se ha sentado unos
momentos sobre el piso para descansar y beber del vaso que trae en la mano. Sus
movimientos, pausados, son seguidos por cámaras de televisión y por reporteros,
atraídos por la historia, su historia.
Antes de hacer del
aeropuerto su casa, Montaño Mancera estuvo hospedada en un hotel del centro,
desde el 28 de junio pasado. Intentó ampliar su estancia, sin éxito, porque
comenzó a presentar un comportamiento estridente.
Se ignora cómo pasó
del hotel al Aeropuerto Internacional de Cancún, pero el vocero del Grupo
Aeropuertos del Sureste (Asur), Eduardo Rivadeneyra, indica que detectaron la
presencia de Montaño Mancera en la terminal 1, el lunes primero de julio
pasado.
Él supone que llegó
a Cancún antes, pues en esas fechas ninguna línea aérea la tiene registrada en
su listado de pasajeros. Ella comentó que llegó procedente de Guadalajara, que
contaba con un boleto de avión para retornar a Los Ángeles —su lugar de
residencia desde hace varios años—, pero que caducó.
“Ahora mismo no sé
cuándo me iré. No tengo un boleto”, menciona esta mujer que gravita entre
conceptos como el mal y el bien, el cielo y el infierno, los ángeles y los
demonios, las conspiraciones, los mensajes, las señales y el amor entre los
seres humanos, como parte de la salvación de la Tierra.
Originalmente,
Montaño Mancera logró pasar desapercibida, pues su aspecto es el de cualquier
pasajero, hasta que empleados comenzaron a verla hablar consigo misma mientras
caminaba por la zona de mostradores.
Se hizo más evidente
su presencia cuando le dio por alzar la voz y predicar sobre el cielo y el
infierno.
Rivadeneyra explica
que legalmente no pueden pedirle que se vaya a la mujer, porque no altera el
orden en el lugar, ni comete delito alguno.
“Nosotros como
aeropuerto lo que podemos hacer es monitorearla, tratar de saber en dónde está
y salvaguardar su integridad, y que nadie la agreda o que agreda a alguien.
Hasta el momento no ha hecho nada de eso.
“Lo que sabemos de
ella es que es mexicana, tiene pasaporte mexicano. Su nombre es Marcela Silvia
Montaño Mancera y nació en 1968, en el DF. Hemos tratado de buscar apoyo de las
autoridades, llamamos al DIF, pero no hemos tenido respuesta; no hay un centro
siquiátrico en el estado, no hay personal capacitado para atenderla”, explica.
Comenta que Marcela
costea su estancia ahí. Saca dinero de cajeros electrónicos, come en los
restaurantes de las terminales, paga con tarjeta American Express y se asea un
poco en los sanitarios. Incluso cambia de ropa.
“Sabemos que padece
de un cuadro de esquizofrenia que se controla con medicamentos; mientras los
toma su comportamiento es normal”, agrega.
(EL DIARIO,
EDICIÓN JUAREZ/ El Universal | 2013-07-11 | 08:45)
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