MONTERREY,
N.L. (apro).- Al menos una veintena de personas se manifestó esta
mañana al sur de la ciudad para recordar a Fabián Hernández Vázquez, de
33 años, quien fue secuestrado un día como hoy pero del 2011.
Familiares
del comerciante mueblero desaparecido se colocaron en el cruce de las
calles Jaumave y Lincoln, en la colonia Jardín de las Mitras, donde
exhibieron mantas y pancartas con la imagen de la víctima.
Los
padres de Fabián, con personas allegadas a otros secuestrados y
activistas locales, repartieron volantes en los que invitaban a la
ciudadanía a aportar información relacionada con este caso.
Los
familiares de Hernández residen en el Estado de México, y vienen a Nuevo
León con el propósito específico de recordar a su hijo ausente y
enterarse de los avances de la investigación que, como en la mayoría de
los casos, se encuentra estancada.
Florinda Vázquez Beltrán, madre
de la víctima, implora a la ciudadanía que aporte pistas a las
autoridades para encontrar a su hijo, quien fue secuestrado a punta de
bala después de una persecución que se originó por causas no
establecidas aún.
Personas que acompañaban a Fabián y que
sobrevivieron al ataque señalaron que hubo numerosos transeúntes que
presenciaron el incidente, entre ellas, estudiantes de un colegio
privado ubicado a una cuadra del escenario del ilícito.
Entre lágrimas, Vázquez Beltrán clama:
“Pido
a todos los jóvenes de la escuela que está ahí, el Insuco, que se
tienten el corazón, que piensen un poquito, que no tengan miedo y nos
aporten algún dato, es lo que les pido porque no quiero que a alguno de
ellos le pase lo que estamos viviendo nosotros”.
La hermana
Consuelo Morales, presidenta de la agrupación Ciudadanos en Apoyo a los
Derechos Humanos (Cadhac), señala que la movilización para recordar a
Fabián busca invitar a la ciudadanía a que se involucre en la búsqueda
de los desaparecidos.
“Tarde o temprano la verdad va a florecer.
Después de esta manifestación tenemos la seguridad y la fe de que algún
ciudadano puede tener información y aportarla. Esa persona no va a
perder nada y sí va a ganar mucho”.
Fabián, sus padres y hermanos llegaron en 1980 a Monterrey, procedentes del Estado de México.
Por
cuestiones laborales, la familia tuvo que regresar en el 2006. Fabián,
quien entonces era pasante de Arquitectura de la Universidad Autónoma de
Nuevo León (UANL), decidió quedarse.
Había instalado un negocio de muebles en el área de Los Cavazos, en el municipio de Santiago, sobre la Carretera Nacional.
Su
padre Hipólito Hernández lo recuerda como un competente carpintero que
decidió establecer su propia empresa con la que prosperaba.
La
noche del 11 de julio de 2011, Fabián circulaba junto a otros
trabajadores de su empresa en su camioneta Nissan Estaquitas color gris,
cuando sujetos armados que viajaban en un Jetta gris oscuro robado
abrieron fuego contra ellos.
En la persecución, la camioneta volcó
en Jaumave y Lincoln. Los perseguidores sustrajeron al empresario del
vehículo siniestrado y se lo llevaron con rumbo desconocido en otra
unidad, un Audi.
Nadie lo ha visto desde entonces.
La madre
de la víctima supone que tal vez sus captores lo vieron en posesión de
dinero, pues había entregado unos muebles en la cercana colonia Cumbres,
y por eso decidieron secuestrarlo con violencia.
Desde que supo que su hijo desapareció, su vida se ha vuelto insoportable:
“Esto
es algo que ya no sé qué hacer. A veces por la noche yo me quiero salir
para buscar a mi hijo. Le pido a la gente que se apiade de nosotros,
que nos ayude, que no tenga miedo y haga una llamada anónima, o al
correo de Cadhac.
“Se lo pido a la sociedad con el alma, por lo
que más quiera, que denuncie, porque ya no sabemos qué hacer”, implora
la mujer visiblemente afectada.
En la protesta de esta mañana
participaron los integrantes de la Agrupación de Mujeres Organizadas por
los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León (Amores),
que se ha coordinado con Cadhac y el Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad (MPJD) para exigir a la Procuraduría estatal resultados en las
investigaciones.
Luego de 40 minutos de protesta, el padre Elías
encabezó una oración con los presentes. Pidió una pequeña botella de
agua embotellada, la bendijo y con ella roció a los congregados para dar
por concluido el evento.
De 2009 hasta ahora, Cadhac lleva un
registro de mil 74 desaparecidos, de los que han sido encontrados 51,
algunas vivos y otras por su identificación a través del ADN de sus
restos.
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