Durante
décadas el PAN presumió de ser el partido de la “leal oposición”, pero
conforme adquirió fuerza comenzó a evidenciar su debilidad intrínseca
pues en rigor nunca se preparó para gobernar, según el investigador
Carlos Arriola, quien conoce de cerca la historia del panismo. A partir
de 2000, dice, el partido se llenó de oportunistas, como Vicente Fox, un
candidato caudillesco que encarnó los valores opuestos a los de Manuel
Gómez Morín, el fundador de Acción Nacional.
Álvaro Delgado
MÉXICO, D.F. (Proceso).- “La
lógica del poder y el dinero le está ganando a la lógica del bien
común”, sentencia el diagnóstico autocrítico de la Comisión de Reflexión
del Partido Acción Nacional (PAN) integrada tras la derrota de la
elección de 2009, antesala del colapso que sobrevino el año pasado.
Y describe:
La lucha por el poder es la prioridad.
En el comportamiento de los panistas no aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder.
Se ha olvidado la mística del partido.
No ha habido congruencia entre la democracia exigida y las prácticas del partido.
Perdimos el valor de la ciudadanía, hasta en la integración del IFE.
Falta trabajo y compromiso personal de los militantes.
Se perdió la responsabilidad ética ante el juicio ciudadano.
Y
sigue: “No hemos sabido convertir nuestra doctrina en políticas
públicas y programa de gobierno… Ya no somos el partido del cambio”.
En el apartado “Impunidad por razones de índole política”, el diagnóstico obtenido por Proceso y que hasta ahora sigue mantenido en secreto por la cúpula del PAN, es contundente:
Se han tolerado los actos de corrupción de militantes y funcionarios panistas.
No se sanciona a miembros que hablan mal de funcionarios del partido y de sus dirigentes hacia afuera.
Aplicación discrecional de estatutos y reglamentos.
No hay castigo para militantes y funcionarios que trabajan para el contrario.
Esta
evaluación del PAN y sus propuestas de solución elaboradas por una
comisión de 10 panistas encabezados por José Luis Coindreau, fue
desdeñada por las facciones dominantes y la degradación fue
extendiéndose hasta la grotesca disputa por las chequeras del grupo
parlamentario en el Senado que protagonizan los incondicionales de
Gustavo Madero y de Felipe Calderón.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1913, ya en circulación.
/ 29 de junio de 2013)
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