Marco Appel/ Prisma Internacional
BRUSELAS
(apro).- La farmacéutica belga Sterop, ubicada en esta capital europea,
vendió en 2007 y 2008 un total de 4.5 toneladas de efedrina, un químico
que sirve para producir drogas sintéticas, al narcotraficante mexicano
Ezio Benjamín Figueroa Vázquez, quien incluso viajó en 2006 a Bélgica
para cerrar contratos de exportación, revela una investigación llevada a
cabo por la Fiscalía Federal de este país.
El periódico local De
Standaard, que dio a conocer tal investigación judicial el 17 de junio,
señala que otra empresa de nombre Andacon, con sede en Moorslede, una
localidad al noroeste de Bélgica, cercana a la frontera con Francia,
exportó también 100 kilogramos de efedrina al mismo personaje durante
esos años.
Figueroa Vázquez fue detenido en septiembre de 2011 por
agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) por estar
presuntamente implicado en la importación a México de pseudoefedrina y
efedrina provenientes de Bélgica, Francia y países de Asia, que luego
entregaba a los cárteles de la droga para la elaboración de
metanfetaminas y su venta en Estados Unidos, México y otros países.
Posteriormente,
el 2 de noviembre, un jurado federal de Virginia, en Estados Unidos, lo
inculpó de lavado de dinero y tráfico de precursores químicos, y en
abril de 2012 la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA) emitió una
restricción para que sus ciudadanos no realizaran negocios con 16
compañías, 15 de ellas localizadas en México y una en Panamá que,
dedicadas a las bienes raíces, la construcción y la industria
farmacéutica, estaban relacionadas con Figueroa Vázquez y su hijo,
Hassein Eduardo Figueroa Gómez.
El jefe de Operaciones Financieras
de la DEA, John Arvanitis, declaró en esa ocasión que, “durante años,
esta organización criminal sirvió como un importante facilitador en
nombre de algunas de las más violentas y brutales redes de droga con
sede en México y el mundo”.
Las autoridades belgas comenzaron su
investigación en 2008, luego de que las aduanas del aeropuerto
internacional de Bruselas, Zaventem, interceptaron 5 mil frascos con mil
pastillas de efedrina cada uno, relata De Standaard. El remitente del
envío era la firma Sterop y el país de destino México, lo que despertó
las sospechas de los agentes aduanales, ya que la importación de
efedrina estaba prohibida por el país.
Lieve Pellens, una
funcionaria de la Fiscalía Federal, explicó a la cadena pública VRT que
fue la enorme cantidad de píldoras de efedrina lo que también prendió
las alertas de la autoridad, y mencionó que, durante los dos años que se
examinaron, tuvieron lugar “decenas de envíos” que contabilizaron en
total más de 70 millones de píldoras hacia una empresa mexicana que
resultó inexistente.
La farmacéutica Sterop entregó al
narcotraficante mexicano 4.5 toneladas de efedrina, mientras que
Andacon, una pequeña empresa intermediaria que no produce medicamentos,
exportó 100 kilogramos más de píldoras, algunas veces envueltas en
simples bolsas de plástico.
Las autoridades belgas estiman que la
cantidad de efedrina que Sterop exportó a México es suficiente para
producir 3 mil kilogramos de “cristal” o “hielo”, diminutivos con los
que se conoce a la presentación cristalina de la metanfetamina, una de
las drogas más peligrosas que existen, cuyo ingrediente de base es la
efedrina, contenida en los jarabes para la tos y otros medicamentos
antigripales, recuerda el rotativo belga.
Cada kilogramo de
“cristal” tiene un valor de 90 mil euros en el mercado clandestino,
agrega, y expone que, según la DEA, Figueroa Vázquez sostenía contactos
con Joaquín El Chapo Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, además de que
logró importar a México desde 2006 más de 300 toneladas de efedrina de
países como África del Sur, Israel, Siria, China y Bélgica.
La
Fiscalía Federal, que cerró su investigación, imputó a ocho personas los
cargos de narcotráfico, asociación criminal y fraude, entre ellas
Figueroa Vázquez y los responsables de ambas farmacéuticas, quienes
argumentan que ellos cumplieron con las reglas para la exportación de
efedrina fijadas por la Agencia Federal de Medicamentos y Productos de
Salud de Bélgica y que desconocían que sus productos eran importados por
la mafia mexicana.
La firma Sterop incluso acusa que uno de sus
empleados, identificado sólo como Christian D., efectuó los contratos
mexicanos sin permiso de la empresa, aunque la compañía es también
investigada por otra grave irregularidad: haber comprado medicamentos en
China y venderlos a Libia como si fueran de fabricación belga.
Pellens
asegura que “es imposible” que ambas compañías belgas no supieran de
las “malas intenciones” del importador mexicano, dada la enorme cantidad
de efedrina que estaban movilizando al país, la cual, por otro lado,
era comprada a precios superiores a los del mercado.
Apro solicitó a Pellens una entrevista, pero hasta este viernes 28 no había respondido.
Desvíos europeos
A
principios de la década pasada, México importó 50 toneladas de efedrina
checa proveniente de una o varias plantas ubicadas en la localidad de
Roztoky, próxima a Praga, en ese momento el primer centro productor del
químico en el mundo. Esas importaciones estaban presuntamente destinadas
al mercado clandestino de Estados Unidos, de acuerdo con una nota del
diario Reforma publicada el 28 de diciembre de 2002.
Posteriormente,
el Reporte Mundial de Drogas 2006 de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) indicó que 99% de la producción de metanfetaminas en México
fue, en 2004, destinada al mercado estadunidense.
En 2002 se
aseguraron en la zona fronteriza 1.1 toneladas de anfetaminas; en 2003
esa cifra se elevó a 1.7 toneladas y, en 2004, se confiscaron dos
toneladas, añadió el informe.
El reporte 2013 de la ONU, publicado
el 26 de junio anterior, reportó que en México se habían incautado en
2010 unas 13 toneladas de metanfetaminas, y que en 2011 ese monto se
había disparado a 31 toneladas, la mayor cantidad intervenida en el
mundo, superando a Estados Unidos por primera vez.
Para intentar frenar ese boyante negocio del narcotráfico, México prohibió la importación de efedrina y pseudoefedrina en 2008.
No
obstante, la Comisión Europea divulgó en agosto de 2011 un documento
interno en el que recomendó “fortalecer en la Unión Europea (UE) el
control de productos médicos que contengan efedrina y seudoefedrina”.
El
documento –al que tuvo acceso Apro— contextualiza que ambas sustancias
están en la UE controladas por la Regulación 111/2005 cuando se trata de
precursores de drogas, pero en su calidad de medicamentos para uso
humano ellas son excluidas de esa normativa y pasan a la autoridad de la
Directiva 2001/83/EC en la materia, por lo que “pueden ser fácilmente
extraídas de los productos médicos que las contienen y usadas para la
manufactura de drogas ilícitas”.
“Específicamente –plantea el
reporte– los grupos del crimen organizado apuntan a esos productos
médicos que contienen esos dos precursores químicos con el objetivo de
darle la vuelta a las medidas de control de la Regulación 111/2005 y
poder abastecer los laboratorios clandestinos de drogas para la
manufactura ilícita de metanfetamina”.
El documento subraya que
hay una “creciente preocupación internacional por el desvío en la
utilización de tales medicamentos” para la elaboración de “cristal”, una
droga “con un alto potencial de abuso y adicción”, y que incluso un
estudio sobre precursores ilícitos efectuado por la misma institución en
2009 recomendó “realizar una evaluación de impacto para encontrar
potenciales soluciones de control a nivel europeo”.
A pesar de la prohibición de 2008, México continúa apareciendo como un país de atención al tráfico de efedrina y pseudoefedrina:
“La
UE es usada para el tránsito, trasbordo y exportación de esos productos
en ruta hacia México, donde se efectúa la manufactura ilícita a gran
escala de metanfetamina”, acusa el citado documento de la Comisión
Europea.
Recalca que el Reporte Mundial de Drogas 2011 de la ONU
registra que en el país se incrementó la producción de metanfetamina
entre 2005 y 2009. En ese periodo, añade, creció en México la producción
de una a seis toneladas, y de 50 a 170 el número de los laboratorios
que las producen.
Debido a la falta de controles suficientes sobre
esos precursores, “en varios Estados miembros de la UE las
exportaciones y/o trasbordos de esos productos no han sido detenidos o
confiscados incluso es muy probable que éstos serán mal utilizados en la
producción ilícita de metanfetamina”, como lo prueba, dice el reporte,
los resultados del proyecto PRISM contra el desvío y tráfico de
precursores de la Junta Internacional de Fiscalización de
Estupefacientes de la ONU.
/ 28 de junio de 2013)
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