México.- Ni el
talento ni las capacidades profesionales, sino su vida sexual lo que define que
una bailarina obtenga un protagónico y buenos papeles dentro del ballet
Bolshoi, la institución cultural más importante de Rusia y tal vez la compañía
de danza de mayor renombre en todo el mundo. (Fuente 24-horas.mx)
Según Anastasia
Volochkova, una ex estrella de la compañía, apartada de sus filas desde hace 10
años, el Bolshoi es un escaparate de bellas mujeres, de donde son elegidas y
enviadas a fiestas de millonarios rusos para que se metan en la cama con ellos.
Un descomunal
burdel, en eso se ha convertido el ballet desde que el actual jefe del Teatro
Bolshoi, Anatoly Iksanov, está al mando, acusó en marzo Volochkova; pero el
directivo negó tales señalamientos y dijo que se tratan de “desvaríos”.
La versión de
Volochkova apunta a que las bailarinas que no accedían a estas prácticas, eran
relegadas del ballet y se les negaban los papeles principales o a veces ni
siquiera les daban uno secundario.
La bailarina fue
despedida del ballet por ser demasiado “voluminosa” y desde que el director
artístico del Bolshoi, Serguei Filin, fue atacado con ácido en el rostro el 17
de enero, ha redoblado sus críticas hacia la directiva del ballet, a quien
señala como la culpable del tenso y belicoso ambiente que se vive al interior.
Con una larga
trayectoria que data desde 1773, el Bolshoi de Moscú desde hace casi seis meses
se encuentra en entredicho por un ciclón de críticas, rivalidades, revelaciones,
intrigas y rencillas por celos profesionales luego del atentado contra Filin,
que ponen en duda su prestigio.
El ballet Bolshoi es
reconocido a nivel mundial por su calidad dancística.
El adiós a
Tsiskaridze
Las disputas
alcanzaron a la estrella principal Nicolai Tsiskaridze, originario de Tbilisi,
Georgia, quien tiene hasta el 30 de junio para dejar la compañía, pues el
ballet no le renovó el contrato que según el bailarín era vitalicio.
Con más de 20 años
en el ballet, Tsiskaridze estimó que no va a durar mucho tiempo sin un empleo
pues, no sin sobrada soberbia, declaró el domingo pasado al diario italiano Le
Figaro: “El Bolshoi soy yo”.
Una vez dada a
conocer su despedida, el bailarín estrella adujo acoso a su persona desde que
su enemigo declarado Serguei Filin, de 42 años, fue atacado con ácido, hecho
que le dejó graves quemaduras y le afectó la vista, y por el cual se ha
sometido a una serie de operaciones en Alemania para revertir los daños
causados.
En varias
entrevistas acusó a la dirección de la compañía de encabezar una “deliberada
persecución” contra él al amparo del ataque contra Filin.
De hecho Tsiskaridze
fue citado a declarar por la policía de Moscú en dos ocasiones tras la
detención de Pavel Dmitrichenko, de 29 años, otro solista de la compañía
conocido por su papel del villano en el “Cisne negro” y quien ha confesado ser
el autor intelectual del ataque al director artístico de la compañía.
Un mes más tarde del
ataque con ácido a Serguei, el bailarín fue reprendido en dos ocasiones por
haber concedido entrevistas sin el previo permiso de la dirección del Bolshoi.
“El caos en el
Bolshoi continúa. Ahora se están deshaciendo de Tsiskaridze. Parece que Iksanov
tiene más fans”, publicó la bailarina en un mensaje en su cuenta oficial de
twitter, en referencia al conflicto con la actual administración de la ahora
averiada compañía.
“Ataque, sólo la
punta del iceberg”
“No lo puedo creer,
es imposible”, afirmó sorprendido el bailarín Andréi Bolotin al enterarse que
su compañero Pavel Dmitrichenko confesó haber organizado el ataque al director
artístico, a quien no sólo recriminó por haber asumido esa actitud, sino que lo
compadeció al decir que no merece “convertirle en el único chivo expiatorio”
por los conflictos internos en el Bolshoi.
El relegado
Tsiskaridze dice no creerse nada de la versión oficial, a pesar de que
Dmitrichenko y sus dos cómplices se han declarado culpables, y piensa que el
líquido utilizado para el ataque contra Serguei no fue tan corrosivo, pues de
lo contrario “las lesiones hubieran sido muchísimo más graves”, dijo al canal
ruso Rossía-24 horas.
Igual de incrédula
está Volochkova, que cree que el ataque cometido por Dmitrichenko no es más que
la punta de iceberg de un conflicto mucho más profundo y con más protagonistas.
“En el Bolshói reina
la arbitrariedad, la corrupción y el hampa. He sentido en mi propia carne los
métodos de Iksánov”, dijo a un canal de televisión moscovita.
El propio Filin
asegura que el origen del ataque va más allá de Dmitrichenko, pues su esposa,
Maria Prórvich, dijo al diario «Komsomólskaya Pravda» que aunque tras el ataque
pensaron en Dmitrichenko, “Serguéi está convencido de que el círculo de
personas implicadas en este asunto es mucho más amplio”.
En esesentido,
afirma la esposa, Serguei descarta que Dmitrichenko actuara movido por el
supuesto trato discriminatorio hacia su pareja, la bailarina Angelina
Vorontsova, que no recibió el papel principal en el ballet «El lago de los cisnes»
y lleva tiempo relegada.
“Serguéi cree que
los móviles del crimen son otros. La chica es solamente el pretexto, pero
seguro que no es la razón principal”, sostuvo Prórvich.
Sin embargo, de
acuerdo a la prensa rusa, el supuesto maltrato a Vorontsova es motivado porque
en 2008, Filin la invitó a incorporarse al ballet que él dirigía en el teatro
Stanislavski y Nemiróvich-Dánchenko de Moscú, pero ella prefirió la oferta del
Bolshoi.
Por su parte
Vorontsova se ha mantenido en silencio tras la detención de Dmitrichenko, y sus
últimas declaraciones fueron hace un mes, cuando denunció que no era tomada en
cuenta dentro del ballet y su sueldo era de los más bajos.
“No me dejan actuar,
no se imaginan el tiempo que llevo intentando bailar en ‘El lago de los
cisnes’, pero soy rechazada una y otra vez”, declaró a medios extranjeros.
(ZOCALO/Agencias/
17/06/2013 - 03:00 PM
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