Luis Fernando Nájera
La draga de brazo largo desenterró tres cuerpos que hasta ahora permanecen
con etiqueta mortuoria de desconocidos, al poniente de la ciudad, justo en un
predio agrícola, tramo que en su tiempo fue elegido para deshacerse de
cadáveres.
Tras el hallazgo, desfilaron familias completas por las planchas de
autopsias buscando a sus seres queridos que desaparecieron hace meses, ya sea
privados de la libertad por grupos armados de desconocidos o en operativos
policiales.
La Procuraduría General de Justicia del Estado tomó muestras de tejidos
para las pruebas genéticas, buscando con ello acelerar el proceso de
identificación.
Y es que los cuerpos estaban tan descompuestos que los rostros ya no tenían
rasgos. Solo eran carne en descomposición, y huesos. Tan putrefactos estaban,
que uno de los cuerpos se trozó en dos, por la cintura, cuando la cuchara de
acero lo levantó. Eran de estatura regular, sin más señas, porque las carnes ya
no daban para apreciar el tono de la piel; tenían tatuajes y cicatrices.
Las carnes revelaron que las tres personas fueron asesinadas con disparos
en el pecho, porque las balas dejaron sus agujeros.
Por las condiciones de los cuerpos, estos tenían más de un mes y menos de
60 días de muertos.
No fue el robo el motivo de la triple ejecución, pues uno de los cadáveres
tenía 50 pesos en el bolsillo de su pantalón. Además, las ropas eran de marca
pirata, y por las condiciones, ya muy usadas.
Vestían de mezclilla, con playeras y sudaderas. Una era roja y la otra
entre negra y azul. Uno de ellos portaba un cinturón que como hebilla usaba un
abridor. Lo ató al cuero con cinta aislante negra. Uno portaba zapatos entre
los estilos mineros y Flexi, el otro tenis. El tercero tenía solo calcetines.
Fueron sacados de un desagüe agrícola. Bayoneta le llaman los que siembran
a esa construcción. El sitio se encuentra a medio kilómetro del camino más
transitado: la vieja vereda al ejido Compuertas, por el rumbo de la
desaparecida zona roja o de tolerancia. El lugar es más bien utilizado por los
que siembran alimentos, pero también por los que siembran cadáveres.
Por las condiciones del hallazgo, señalan las primeras investigaciones,
después de ser “sembrados” los cuerpos, alguna máquina niveladora o bulldozer
los sepultó con maleza y tierra, pero después fueron desenterrados por la draga
de brazo largo. El operador se pegó tal susto que en cuanto soltó los cadáveres
se bajó despavorido de la máquina, llamó a la Policía y se fue.
Hecho público el desentierro, familiares de Efrén Ulises Valenzuela Muro,
Luis Carlos Acosta Muro e Irving Jared Blanco Rodelo, desaparecidos el 31 de
enero en las faldas del cerro de La Memoria, presuntamente a manos de la
Policía Municipal, acudieron al sitio, con la mala espina de que se tratara de
ellos.
Finalmente no fueron, ellos y las familias respiraron aliviadas, aunque la
angustia pesa como hormigón armado en sus espaldas.
A la funeraria llegaron también familiares de José Ernesto Espinoza
Camacho, un mecánico que en noviembre 12 del 2012 fue privado de la libertad
por policías municipales que lo interceptaron en la carretera a Bachomobampo.
La camioneta Ford Lobo que conducía nunca fue encontrada. Tampoco resultó ser
él, ni ninguno de los dos chicos de Compuertas que ese mismo día fueron
levantados.
Francisco López Leal, subprocurador regional de Justicia, dijo que hasta el
fin de semana los cuerpos no habían sido reclamados, aunque varias personas han
acudido a la funeraria a fin de identificar los restos.
Y para acelerar ese proceso, las muestras ya fueron enviadas a laboratorios
genéticos para identificar el ADN, puesto que fue orden del procurador Marco
Antonio Higuera Gómez.
Mientras que peritos locales elaboran otras pruebas para determinar la
posible identidad. A la par se esculcan en denuncias presentadas por
desaparición a fin de obtener datos que concuerden con la vestimenta de los
cadáveres y con los tiempos que marcan los cuerpos descompuestos. Hasta el
momento no se ha logrado avances en ello.
Los cuerpos se mantendrán algún tiempo prudente, pero después serán
sepultados en la fosa común, porque no se pueden exhibir para la
identificación, debido al estado de putrefacción.
López Leal dijo que todas las personas que acudan a identificar los restos,
tendrán facilidades.
El jefe de la Policía en Ahome, Jesús Carrasco Ruiz, afirmó que hay
imposibilidad para identificar los cuerpos localizados en el dren, porque hay
decenas de desaparecidos, y no son solo del municipio, sino también de otras
demarcaciones.
El alcalde Zenén Aarón Xóchihua Enciso no hizo comentarios en torno al
hallazgo de los tres cuerpos, pues sostiene que el municipio es seguro y se
puede pasear con tranquilidad.
(RIODOCE.COM.MX/ Luis
Fernando Nájera/ marzo 3, 2013)
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