Miguel Ángel Vega
Estados Unidos sigue
haciendo el gran negocio con los narcos: ahora fue el turno del sinaloense
Ovidio Limón Sánchez, quien pagó 2.6 millones de dólares por una condena a
modo.
El 13 de abril del
2009, el Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó una lista con los
once hombres más buscados por la DEA, que entonces encabezaban Arturo Beltrán
Leyva, Joaquín el Chapo Guzmán y Vicente Carrillo Fuentes. En un cuarto
peldaño, sin embargo, aparecía el nombre de un desconocido: Ovidio Limón
Sánchez, a quien la DEA, el FBI y el ICE (Immigration, and Customs Enforcement)
identificaban como “gente del Chapo”, pero más curioso resultaba que fuera más
requerido que Ismael el Mayo Zambada, Ignacio Nacho Coronel y Juan José
Esparragoza, el Azul, quienes ni siquiera aparecían en la lista.
Tal era la
relevancia de Ovidio, que ni Víctor Emilio Cázarez, Tony Tormenta, el Coss o el
Lazca, incluso ni los hermanos Miguel Ángel y Alejandro Treviño Morales, que
también conformaban la lista, resultaban tan relevantes para la DEA como
Ovidio.
La cacería entonces
inició y dos años y medio después el Ejército mexicano lo arrestó en una zona
residencial de Culiacán, para inmediatamente recluirlo en la cárcel de Puente
Grande, en Jalisco.
No pasó ni un año
para que el Gobierno mexicano lo extraditara, puesto que Ovidio era el “cuarto
hombre más buscado por la DEA, y significaba una fuerte amenaza para Estados
Unidos”.
Pero es precisamente
en suelo estadounidense donde el caso entró como en un túnel, ya que días
después de su extradición, Ovidio Limón Sánchez fue presentado ante una corte
federal de Los Angeles y, a sugerencia de su abogado, se declaró culpable. Ante
esto, el juez, Andrew J. Guilford determinó castigarlo con una pena de 120
meses de prisión, haciéndole válido el tiempo que estuvo encarcelado en México.
Lo que entonces era
un secreto es que, antes de ser sentenciado, Ovidio acordó ceder 600 mil
dólares en efectivo a Estados Unidos, además de propiedades valuadas en más de
dos millones de dólares; era el precio de una pena benévola considerando la
magnitud de su “peligrosidad”.
¿Qué otros acuerdos
hizo la defensa de Ovidio con el sistema judicial estadounidense para lograr
una condena tan ligera? Eso es un misterio.
Luego de un juicio
sigiloso y rápido, el nombre de Ovidio Limón Sánchez apareció en la listas del
Departamento de Prisiones de Estados Unidos (BOP), en donde se explica que está
recluido en una cárcel de mediana seguridad de Phoenix, Arizona, y que saldría
libre el 5 de junio de 2021.
El juez federal
Andrew J. Guilford, quien luego de ser informado que el acusado cedería 600 mil
dólares en efectivo, además de una mansión en Los Angeles, determinó condenarlo
con un castigo “ejemplar” de 120 meses en prisión, además de validarle su
encarcelamiento en México.
No por eso la Corte
Federal de Estados Unidos del Distrito Central de California, ubicada en la
esquina de las calles Spring y Temple, del centro de Los Angeles, pasaría por
alto una multa adicional por 100 dólares que Ovidio debía pagar de inmediato,
“dada por la gravedad de sus delitos”.
Así Estados Unidos
terminaba negociando, una vez más, con otro narcotraficante “poderoso”, como en
su momento hizo con Osiel Cárdenas Guillén, a quien decomisó 50 millones de
dólares, o Benjamín Arellano Félix, a quien quitó 100 millones de dólares, o
Héctor el Güero Palma o Javier Torres Félix el JT, cuyos casos fueron a puerta
cerrada, y que según el BOP, saldrán libres en los próximos años.
La pantomima estadounidense
Una lista de los
narcotraficantes más buscados del mundo, publicada por la DEA en el 2009, con
nombres, apodos, edades, estatura y hasta peso, hacía ver el documento
espectacular. Ahí aparecían lo nombres de Arturo Beltrán Leyva, Joaquín el
Chapo Guzmán, Ovidio Limón Sánchez, Emilio Cázarez Salazar, Heriberto Lazcano
Lazcano, entre otros, seguidos de la leyenda Wanted, y entonces el sello de la
DEA.
De todos ellos, solo
Ovidio está en poder del gobierno de Estados Unidos, mientras el resto, o
siguen prófugos, o bien han sido muertos.
El expediente 8:09-CR-00201-AG,
confirma que, efectivamente, se dio un acuerdo entre Ovidio y el gobierno
estadounidense, y aclara que además de las propiedades y el pago de 600 mil
dólares deberá hacerse “antes que purgue la condena”.
Un agente de la DEA,
cuestionado sobre las sentencias de Estados Unidos, reconoció que eran
“suaves”, pero dijo que ellos no podían hacer nada.
“Nosotros solo
hacemos nuestro trabajo, el castigo que determina un juez y ahí ya no es
competencia de nosotros”, dijo el agente, quien solicitó no se revelara su
identidad.
Acuerdos bajo el agua
Cuando Ovidio Limón
se enteró que podía ser sentenciado a pasar el resto de sus días en prisión,
según el Código Penal Federal de Estados Unidos, y que además podrían
decomisarle 4 millones de dólares, contrató a una firma de abogados encabezada
por Frank Ragen para que hiciera una rápida negociación.
La defensa de
Ovidio, originario de Mocorito, Sinaloa, de inmediato se entrevistó con los
fiscales estadounidenses Jennifer Water y André Birotte, con quienes habría
acordado que su defendido se declararía culpable a cambio de una sentencia
“justa”.
Los acuerdos fueron,
precisamente, que Ovidio cediera 600 mil dólares en efectivo, además de una
propiedad localizada en el 7007 de la avenida Gage, en Los Angeles, y que en su
momento declarara contra narcotraficantes que sean presentados en corte; todo
ello a cambio de la pena mínima de diez años de prisión. Según las leyes
federales, además, le harían válido el tiempo que estuvo encarcelado en México,
un periodo de poco más de un año.
Ovidio oyó la oferta
y de inmediato la aceptó. Cuando fue presentado ante el juez Guilford, sin
dudarlo un segundo, se declaró culpable.
El acuerdo estaba
hecho, y solo era cuestión de “actuarlo”, según lo establecía la burocracia judicial
de ese país.
Los cargos
Los cargos por los
que Ovidio fue sentenciado fueron distribución y posesión de cientos de kilos
de cocaína, incluso, en el expediente se explica cómo varios departamentos de
Policía del sur de California, incluyendo de la Policía de Los Angeles (LAPD) y
de Anaheim (APD), ejecutaran cateos en sus diferentes domicilios, encontrando
en al menos dos ocasiones, varios kilos de cocaína lista para su distribución.
Por ello, si Ovidio
era apenas un distribuidor, resulta extraño que la DEA lo haya ubicado como un
gran operador de Joaquín Guzmán Loera y que estuviera por encima de capos como
el Lazca.
Lo cierto es que, a
pesar de que se dice que Ovidio era uno de los hombres más apegados al Chapo
Guzmán, el expediente no menciona el nombre de Joaquín Guzmán en lo absoluto,
aunque sí supone que era un comprador de cientos de kilos de cocaína en el sur
de California, y los adquiría de cárteles mexicanos, aunque no específica cuál.
El misterio del
porqué la DEA lo ubicó como el cuarto narcotraficante más poderoso y peligroso
del mundo, mientras que el DOJ lo pone como un simple distribuidor continuará
como eso: un misterio.
LA CRONOLOGÍA DE UN ACUERDO
2006. Una corte
federal del Distrito Central de California, en Los Angeles, presenta una orden
judicial para catear propiedades de Ovidio Limón Sánchez, a quien la DEA
identifica como un distribuidor de cocaína en esa región.
2007. La misma corte
del Departamento de Justicia de Estados Unidos, en Los Angeles, emite cargos
contra Limón Sánchez, por lo que es requerido por la justicia.
2009. La DEA, el
FBI, el ICE y el ATF identifican a Limón Sánchez como el cuarto narcotraficante
más importante del mundo y lo cataloga como un peligro para Estados Unidos.
2011. El 9 de
noviembre, el Ejército mexicano, con información de inteligencia de agencias
estadounidenses, localizan y arrestan a Ovidio en Culiacán, Sinaloa. Dos días
después Ovidio es recluido en la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande,
en Jalisco.
2012. El 8 de mayo,
y aun cuando Ovidio Limón ya estaba encarcelado, el Departamento del Tesoro de
Estados Unidos emitió un boletín prohibiendo a sus conciudadanos a realizar
cualquier tipo de transacción con Ovidio, por sus nexos con el crimen
organizado.
2012. El 20 de
septiembre, Ovidio Limón Sánchez, es extraditado a Estados Unidos.
2012. El 3 de
diciembre de ese mismo año, Ovidio es sentenciado a 120 meses de prisión.
2012. El 5 de
diciembre, Ovidio Limón Sánchez es trasladado al penal de mediana seguridad
Safford FCI, en Phoenix, Arizona, donde purgará el resto de su condena. Su
fecha de liberación está programada para el 5 de junio del 2021.
(RIODOCE.COM.MX/Miguel Ángel Vega/ febrero 4, 2013 )
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