La
maestra Elba Esther Gordillo comenzó la venganza contra el Presidente Enrique
Peña Nieto, a quien responsabiliza directamente de meterla a la cárcel acusada
de delincuencia organizada y lavado de dinero. La maestra quiere que el PRI
pierda la Presidencia y que se desintegre la candidatura de José Antonio Meade.
El vehículo es el apoyo a Andrés Manuel López Obrador, y la acción más
dramática tras ese respaldo, se dio este fin de semana al intentar reventar la
XLIV Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional en Puerto Vallarta, que debe
iniciar este lunes, donde concluiría su periodo legal como líder del magisterio
y sería electo quien realiza esa función desde que fue detenida hace cinco
años, Juan Díaz.
La
contraofensiva inició el viernes, cuando en forma casi coordinada, se presentó
un amparo interpuesto por tres maestros del sindicato en Baja California,
Campeche y Chiapas para suspender de manera provisional las funciones de Díaz,
como presidente del Consejo General. Con ello, quieren impedir que en la
reunión en Puerto Vallarta, se regularice su interinato y sea electo presidente
del Consejo General en relevo de Gordillo. Dos jueces, en Campeche y Chiapas,
desestimaron la solicitud de suspensión por tratarse, precisamente, de un
interinato. Pero uno en Tijuana le dio entrada. Quien convenció al juez de
otorgar la suspensión fue Juan Iván Peña Neder, ex funcionario de la Secretaría
de Gobernación en el Gobierno de Felipe Calderón, que estuvo preso hasta 2013
por haber presuntamente traficado con permisos para casinos.
Peña
Neder es una figura interesante en el entramado de la ofensiva de la maestra
contra el Presidente Peña Nieto y sus colaboradores. Hace tiempo se vinculó con
el yerno de la maestra, Fernando González, con quien organiza actos con los
grupos integrados a las llamadas redes sociales progresistas de Morena y con
comités en todo el país. González dijo que él no estaba detrás de los amparos,
pero su camarada de acciones políticas en los últimos meses sí. Peña Neder ha
estado muy cerca del círculo interno de la maestra, y fue quien llevó a René
Fujiwara con López Obrador. Morena ha dicho que Peña Neder no es miembro del
partido ni tiene funciones asignadas de manera oficial, lo que no ha impedido
que junto con González lleven meses trabajando para López Obrador.
La
ofensiva no para ahí. La búsqueda de venganza sigue en Puerto Vallarta, un
territorio controlado por Díaz, quien supuestamente tiene garantizados los
delegados suficientes para mantener el mando del sindicato. La cara pública de
la oposición es la de Rafael Guzmán Ochoa, quien fue secretario general del
sindicato bajo la presidencia de Gordillo, y que se sumó a la campaña de la
candidata de Morena al Gobierno del estado de México, Delfina Gómez. Guzmán
Ochoa ha buscado sistemáticamente minar a Díaz, pero no lo ha logrado.
Los
dos maestros se dieron un mano a mano en laa elección de secretario general de
la Sección 36 del sindicato en el estado de México en 2016. En aquella
votación, Gordillo le pidió armar una planilla con Alberto Hernández Meneses,
quien había sido dirigente de esa sección, y que era apoyado -con el único fin
de controlar esa sección- por el entonces Gobernador Eruviel Ávila, y por la ex
Senadora Ana Lilia Herrera. Era la primera vez desde 1936, cuando se fundó el
sindicato, que no había una planilla de unidad y al final, Díaz ganó la
votación con el 65 por ciento del respaldo a su candidato, contra 35 por ciento
que obtuvo el apadrinado por Guzmán. Él no es el enemigo de quien, según
observadores de la vida política del sindicato, Díaz se debe cuidar. El
adversario real es el maestro Moisés Jiménez.
Jiménez
es una fuerza que puede ser más destructora que las viejas caras conocidas. Fue
dirigente de la Sección 15 en Hidalgo, y perseguido por los ex gobernadores,
Miguel Ángel Osorio Chong y Francisco Olvera -hoy responsable del PRI en la
Ciudad de México-, y que tiene diferencias con el actual Gobernador Omar Fayad.
Fue nombrado en diciembre coordinador nacional de Estructura y Redes de Morena,
reclutado por el equipo de López Obrador no por ser un generador de votos, sino
porque, como apuntaron los observadores del sindicato, les va a aportar el know
how de la organización territorial para la defensa del voto, que es donde el
candidato presidencial tiene vulnerabilidades.
La
lucha por el control del sindicato es fundamental para los intereses de la
maestra. Con el control del magisterio, puede ir alineándolo al proyecto de
López Obrador de revocar la Reforma Educativa en caso de llegar a la
Presidencia. La razón por la cual el equipo de Peña Nieto decidió meterla a la
cárcel era porque estaban convencidos de que no podría hacerse esa reforma con
ella al frente del sindicato. Gordillo está convencida que Peña Nieto, a quien
consideraba su amigo, la traicionó. Junto con él, todo su equipo. Sólo ha
cambiado su opinión sobre el ex Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, de quien hoy piensa que no lo dejaron apoyarla.
La
venganza de la maestra, explicado por expertos en el tema, es atacar al
Presidente sin confrontarlo directamente. Pero el objetivo principal de su
regreso político, desde la prisión domiciliaria que vive, es apoyar la derrota
de Peña Nieto y Meade. Que pierda la Presidencia es su principal anhelo, sin
importar tanto quién gane. En 2006 esa también era su ambición, que perdiera
Madrazo. En aquella ocasión, cobró la factura que le debían. En esta, la guerra
está en marcha.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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@rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO
RIVA PALACIO/ 12/02/2018 | 03:00 AM)
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