La inseguridad durante el sexenio que
está por concluir dejó una víctima a la que no se le ha prestado mucha
atención: el sector del autotransporte de carga. Mover mercancías por carretera
ya es una pesadilla en la que los operadores de tractocamiones sufren asaltos
de la delincuencia organizada –destacadamente en la carretera México-Veracruz,
“la ruta de la muerte”– y después deben enfrentar la ineptitud o corrupción de
las autoridades, y también, desde luego, el incremento desmedido en los costos
de las pólizas de seguros.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
La llaman “el triángulo peligroso”, “la ruta de la muerte” o “territorio
huachicol”. Es la carretera México-Veracruz –con una derivación hacia
Tlaxcala–, donde el sector del autotransporte de carga vive una de sus peores
crisis, afectado por el crimen organizado, que impone ahí su ley.
“Es la ruta actualmente más peligrosa. Después
de las 11 de la noche hasta las cinco de la mañana las autoridades no se hacen
responsables, ni la Policía Federal ni la Policía Estatal. Hasta (los
delincuentes) matan a los operadores; a veces los secuestran en lo que mueven o
venden la unidad”, dice a este semanario Jesús Rosas, operador de un camión de
carga.
El presidente de la Confederación
Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), Elías Dip Ramé, confirma en
entrevista que los asaltos se han incrementado: “Los robos en la carretera
fácilmente son de unas 50 unidades diarias, tanto dentro de la ciudad como en
los trayectos carreteros. Uno de los puntos más peligrosos para los operadores
y para las empresas es el triángulo integrado por Tlaxcala, Veracruz y Puebla,
las rutas México-Veracruz y México-Tlaxcala”.
Agrega: “Ahí nuestro problema
es serio, porque los camiones que te roban, si son de modelo reciente, en
muchos lugares los venden –ya tienen cliente– o los desarman en 24 horas.
Venden partes que incluso nosotros mismo compramos, porque, ¿a quién se las
venden? ¡A los transportistas!”
La situación es alarmante, al
grado de que las empresas aseguradoras decidieron no ofrecer sus servicios en
dicha entidad, pues no resulta costeable. Sólo de 2016 a 2017 hubo un alza de
57% en el robo de vehículos. En 2016 se registraron dos mil 698 hurtos; el año
pasado fueron cuatro mil 237 robos.
En todo el sexenio de Enrique
Peña Nieto, según cifras de las aseguradoras, el aumento del robo de autos en
dicha zona se disparó 198%, casi nueve veces más que la tasa de crecimiento
nacional, que fue de 23.6% entre 2012 y 2017.
La situación empeora en
Tlaxcala, donde el hurto de automóviles se disparó 408% de 2012 a 2017,
mientras que de 2016 al año pasado incrementó 90%. Según la Asociación Mexicana
de Instituciones de Seguros (AMIS), en el primer año del sexenio de Peña Nieto
apenas se robaban 186 vehículos, mientras que en el 2017 la cifra pasó a 944
unidades.
PRIMAS ASCENDENTES
El pasado 30 de enero, Carlos
Jiménez Palacios, titular del seguro de automóviles en la AMIS, aseguró en
conferencia de prensa que “estos incrementos de robos no se ven en el resto de
los estados. Es alarmante y es un reflejo de la prevención y del actuar frente
al delito”.
Reconoció que la industria
del seguro ya registró pérdidas en Puebla, viéndose en la necesidad de
incrementar las primas hasta 12% para camiones y autotransporte de carga.
Recaredo Arias, presidente de
la AMIS, dice en entrevista: “No puede ser que el Kenworth esté dentro de los
tres vehículos más robados; es un camión y el número de parque es bajo”.
Según cifras de la AMIS, del
total de vehículos que se robaron en Puebla en 2017, la mayor parte corresponde
a equipo pesado: 34%. Le siguen los automóviles, con 33%, mientras las pick-up
ocupan el tercer lugar en incidencia de robo, con 29%. Las motocicletas ocupan
el último sitio, con sólo 4%.
En todos los casos la
tendencia es al alza desde 2014, pero en el caso del transporte pesado
(tractocamiones y remolques), el delito de robo creció 224% en lo que va del
sexenio de Enrique Peña Nieto.
“Muchas veces no se trata de
la marca o tipo del camión que se roban. Es la mercancía la que les interesa a
los delincuentes, principalmente autopartes, abarrotes, electrodomésticos.
Sucede que en los retenes ellos abren la caja, revisan los papeles y si uno no
trae mercancía que les interese, te dejan ir”, aclara Jesús Rosas, quien
transporta textiles. También señala que los asaltantes cuentan con aparatos
avanzados que permiten eliminar todo tipo de rastreo satelital.
Arias señala: “Tiene que ver
mucho con la delincuencia organizada, porque la mercancía robada luego se
desplaza a través de la economía informal; hay toda una delincuencia organizada
que roba a transporte, se los lleva a bodegas y desde esas bodegas se abastecen
tianguis y diferentes lugares”.
Precisa que “eso pasa de
manera muy particular en Puebla, pero el robo de mercancías está fuerte en
varios estados, Por ejemplo, todo el corredor de Iztapalapa y Vallejo con la
salida a Querétaro y una parte de la carretera, ahí también son muy altos los
índices de robo. En Guerrero también. En Puebla se atribuye parte de los robos
al transporte para trasladar gasolina robada, de huachicol, como le llaman
vulgarmente”.
Para el líder de la Conatram,
la situación es mucho más complicada, pues además de sufrir el robo, los
transportistas enfrentan casos de corrupción en las instancias de justicia, con
las grúas y hasta con las mismas aseguradoras. De acuerdo con Dip Ramé, el
Ministerio Público es otro cáncer, porque no atiende las denuncias si no hay
dinero de por medio.
“La recuperación de la
unidad, si es que la encontraron, va acompañada de billetes; pueden ser de 20
mil a 30 mil pesos. Si no encontraron la unidad te dicen: ‘El robo fue en
Chihuahua. Váyase a Chihuahua a presentarlo’, cuando el delito es federal”, reprocha.
Y remata: “Para nosotros es
un problema la corrupción con el delincuente organizado, porque va organizado
con el Ministerio Público y los jueces. No te digo que todo esté generalizado,
pero la mayoría no hace su trabajo como debe ser. Si la unidad fue recuperada y
puesta a disposición del Ministerio Público y ya arreglaste toda la
tramitología para sacar tu unidad, viene el siguiente obstáculo: las grúas”.
Asegura que las grúas forman
parte de la delincuencia organizada, porque por un salvamento en el que
pudieran cobrar de cinco mil a 10 mil pesos, la tarifa se dispara hasta 185 mil
pesos.
“La ley se la pasan por el
arco del triunfo. Y aquí viene otra parte de la delincuencia: la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes o los directores de los centros de dicha
dependencia, quienes tienen la obligación de que se cumpla el reglamento o la
norma y vigilar la operación de los centros concesionados de almacenamiento de
vehículos, que son las pensiones”, enfatiza.
Agrega que la obligación de
la SCT es hacer que la pensión cumpla lo dispuesto por la ley y cobre conforme
a una tarifa oficial. Sin embargo “no lo hacen. Nos la pasamos peleando con la
Secretaría, pleito tras pleito y obviamente logramos que de 200 mil pesos, te
cobren 20 mil. ¡Qué caritativos! Gracias al trabajo que hacemos, no podemos
pasarnos todo el día peleando con la autoridad para que haga cumplir la ley”.
–¿En el sexenio ha aumentado
el robo de autotransporte?–se le pregunta.
–De 2012 a esta fecha,
fácilmente llevamos 150% o 200% más robos. Las pólizas, que costaban entre 40
mil y 50 mil pesos, para quien sufrió entre uno y dos robos se incrementan a
120 mil, 150 mil o hasta 200 mil pesos. Si no tuvo robos en dos años, entonces
su póliza es barata. Pero ahora los seguros dicen que si el robo fue nocturno,
te cuesta hasta 20% del deducible.
Añade: “Toda esta situación
perjudica al transporte. ¿Te vas a parar a la mitad del recorrido, esperando
que den las seis de la mañana para circular? Las compañías de seguros, estoy de
acuerdo que son negocios y muchas han perdido, pero también han ganado miles de
millones de pesos. Al pagar una póliza no debes hacer ese incremento cada que
hay incidencia”.
–¿La industria cuenta con el
capital suficiente para atender el mercado, que presenta cifras históricas en
términos de robo de autos? –se le pregunta a Arias.
–Nos estamos acercando a un
nivel donde ya no está habiendo márgenes de utilidad en el seguro de
automóviles, pero esto no significa matemáticamente un incremento de tarifas.
Donde sí se hace un alza de tarifas es en el robo de mercancías, porque ahí las
aseguradoras tienen que actuar con deducibles, con coaseguros, con pedir
ciertas medidas de seguridad, como que los transportistas salgan en convoyes,
roten choferes, roten macheteros y se supervise o rote a los despachadores.
Arias da cifras del sector:
“Tenemos 17 centavos más. Es decir que por cada peso de reservas, tenemos
invertidos 1.17 pesos, y tenemos reservas por 1 billón 75 mil 913 millones de
pesos; y el capital de los seguros es 2.4 veces el capital que se requiere: 256
mil millones de pesos es lo que tenemos de capital. Las reservas son para todas
las obligaciones de la compañía”.
FOCOS ROJOS
La inseguridad tiene al país
con los focos rojos prendidos; de acuerdo con el líder de las aseguradoras, el
robo de automóviles es un reflejo de la situación de criminalidad; el año
pasado se llegó a la cifra récord de 90 mil 187 unidades hurtadas. Dicha cifra
significa un aumento de 27.2% respecto del año pasado, es decir el mayor
crecimiento en el presente sexenio.
“Sentimos que los niveles de
violencia e inseguridad en el país están en sus peores momentos. Como contexto,
nosotros habíamos tenido una baja consistente desde noviembre de 2011 en el
robo de automóviles y desde mediados de 2015 ya empezó a subir y ha venido
haciéndolo a ritmos altos, de forma que estamos en los peores niveles”,
sentencia Recaredo Arias.
La Cámara Nacional de
Autotransporte de Carga señaló recientemente: “El tema del robo al
autotransporte marcó 2017 como el año más inseguro para nuestras empresas.
México atraviesa por una crisis de inseguridad que se ve reflejada
lamentablemente en la operación del autotransporte del país. El tema de
inseguridad es el rubro más demandado y dolido por nuestros afiliados”.
Apenas esta semana la
Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) reveló que 44% de
sus agremiados han sido víctimas de ese delito en el último año, según la
plataforma Data Coparmex, que da seguimiento a los temas de mayor relevancia
pública y económica de México.
Este reportaje se publicó el 18 de febrero de 2018 en
la edición 2155 de la revista Proceso.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ JUAN CARLOS CRUZ
VARGAS/ 23 FEBRERO, 2018)
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