El ex candidato presidencial del PAN y
actualmente promotor del Frente Ciudadano por México (FCM) comió con dos
gobernadores y con Romero Deschamps, uno de los hombres más señalados de
corrupción en México. “Ojalá no se indigeste”, le dice el ciudadano, al final
del video.
Ciudad de México, 24 de
noviembre (SinEmbargo).– Un ciudadano increpó en un restaurante a Diego
Fernández de Cevallos, ex candidato presidencial por el Partido Acción Nacional
(PAN) y ahora promotor del Frente Ciudadano por México (FCM), y al Senador
Carlos Romero Dechamps. Los dos comieron junto con Carlos Lozano de la Torre,
ex Gobernador de Aguascalientes, y Mariano González Zarur, ex mandatario de
Tlaxcala, están en la misma mesa.
Fernández de Cevallos, un
polémico abogado, es conocido también como “El Jefe” Diego. Los dos
gobernadores son del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Romero Deschamps, líder del
sindicato de trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) y miembro del PRI, es
uno de los hombres más señalados de corrupción en México y a menudo se le pone
como el ejemplo de la descomposición del sistema político mexicano.
En 2000, Romero Deschamps fue
acusado y hallado culpable por el desvío de mil millones de pesos del sindicato
que dirige para la campaña de otro priista, Francisco Labastida Ochoa, el
primer candidato del PRI que pierde una elección presidencial.
Pero el entonces Presidente
Vicente Fox Quesada no hizo nada. Romero y Labastida quedaron libres de toda
culpa.
En el video difundido por el
ciudadano se escucha cómo Fernández de Cevallos es increpado.
–¿Comieron bien, señores? –dice el ciudadano.
–Muy bien, muy bien –responde
Diego Fernández.
–Cincuenta millones de mexicanos no, fíjese –agrega el
ciudadano.
De acuerdo con INEGI y
Coneval, 53 millones de mexicanos viven en pobreza en México.
–Así es esto –responde el panista.
Fernández de Cevallos le
pregunta a cuál de los 50 millones de mexicanos pertenece, “a los de acá o a
los de allá”.
–Yo trabajo, fíjese –le revira el ciudadano–. No he
robado al país, gracias a Dios, ¿eh? Que lástima me da. Pero qué bueno. Bonita
vida. A ver el karma cómo le va. Muy bien con el señor Deschamps, usted.
“Buen provecho”, agrega el
ciudadano. Y l final, lo despide con un: “ojalá no se indigeste”.
(SIN EMBARGO/ REDACCIÓN / NOVIEMBRE 24, 2017, 8:14 PM)
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