Seguritech es el nombre de
una empresa que genera muchos murmullos pero de la que nadie quiere
abiertamente hablar. Empezó en 1996 como una compañía que vendía alarmas
vecinales y botones de pánico, de donde evolucionó a una empresa de seguridad
que de la mano de los gobiernos mexiquenses se convirtió en escasos 10 años, en
un emporio nacional de telecomunicaciones, aeronáutica, defensa y construcción.
Su fundador es Ariel Picker, que tiene 51 de las acciones y sus socios son
extraños: Gonzalo Miguel Adalid Mier, General retirado que trabajó en áreas de
seguridad pública, que murió en 2013, tiene 30 de las acciones, y Alicia
Rebolledo Terrazas, que tiene 19, es una notaria pública en Veracruz. Como
Tecnoradio S. A. de C. V., Seguritech es una empresa ligada al poder sumergida
en la opacidad, aunque a diferencia de la primera, el que su campo de acción
sea la seguridad, evita que sus contratos sean públicos.
Personas que han seguido su
vertiginoso crecimiento, recuerdan que Picker se relacionó con el entonces
Gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y con varios miembros de
su equipo. El más conocido, al haber sido puesto al descubierto hace dos
domingos por la revista Proceso, es David Korenfeld, ex director de Conagua,
que fue quien lo impulsó a la diversificación de negocios de Seguritech al
entregarle contratos hidráulicos. Korenfeld fue más que eso, dijo uno de los
que los conocen, porque a través de él Peña Nieto, como Gobernador y después
como Presidente, estableció una relación directa con la poderosa comunidad
judía en México. Picker gozaba de la confianza de Peña Nieto y su equipo
cercano, aunque el volumen más importante de sus contratos, en función de
montos, se ha dado con el gobierno de Eruviel Ávila.
Seguritech era una empresa modesta
que creció apresuradamente. De un negocio concentrado en la Ciudad de México y
el Estado de México, en la última década amplió sus relaciones comerciales a
otros 20 estados, en donde ha instalado la mayoría de los centros de seguridad
conocidos como C2 (que hace monitoreo de video vigilancia), los C4 (centros de
Comando, Control, Comunicación y Cómputo), y los C5 (centros de Comando,
Control Comunicación, Cómputo y Calidad). Todos los contratos, por la razón del
campo que toca, han sido por adjudicación directa. Este tipo de procedimiento
no habría despertado sospecha en la industria, de no ser por que concentran
cerca del 80 de todas las adjudicaciones directas que ha dado el gobierno de
Peña Nieto en materia de seguridad, según cálculos de los expertos, y por la
forma como se entregan.
En la industria se quejan del
favoritismo con el que, a su juicio, se manejan los contratos con Seguritech.
“Cuando llegan a un estado, prácticamente tienen el contrato asignado”, dijo un
ejecutivo en una empresa de seguridad, que citó el caso de un gobierno que
llevaba apenas dos meses en funciones y que entre sus primeras acciones fue dar
todas las asignaciones directas en materia de seguridad a la empresa. Picker,
por otra parte, señaló una persona que conoce la forma como se realizan estos
negocios, sólo los concreta con quienes gobiernan en los estados. “Su fuerza no
está en Korenfeld o en el Estado de México”, añadió otra persona que conoce los
vínculos de Picker con el círculo íntimo de Peña Nieto desde hace tiempo. “La
fuerza proviene de alguna oficina en Los Pinos”.
No está claro en la industria
quién es su padrino dentro del círculo peñista, donde han mostrado una
proclividad para establecer relaciones políticas o empresariales que se
adentran en el conflicto de interés. Pero la certeza de que no hay otro lugar
de donde podría tener el apoyo para que los gobiernos estatales vean a
Seguritech como una empresa pre-etiquetada y le entreguen adjudicaciones
directas, proviene de la facilidad como ha hecho negocio durante estos años. De
la misma manera, la tensión que se ha dado en las últimas semanas ante las
señales de cuando menos cinco gobierno estatales que quieren demandar a la
empresa y a su principal accionista por contratos inconclusos o funcionamiento
parcial, sugiere que por encima de Picker hay personeros tan poderosos que
puedan estar inhibiendo a varios gobernadores a tomar acciones en su contra.
El caso de Seguritech, como
el de Tecnoradio que se exploró en el texto anterior, son dos ejemplos muy claros
del entramado opaco entre Los Pinos y empresarios ligados a altos funcionarios
de la Presidencia. No hay evidencias sólidas que permitan apuntar conflictos de
interés de Seguritech con el equipo de Peña Nieto, y menos aún que sean
beneficiarios de sus ganancias. Pero las sospechas son letales en el último
tercio del sexenio. El caso de Tecnoradio es menos difícil de procesar porque
al no estar en el campo de la seguridad, los conflictos de interés que
aparentemente existen pueden ser solucionados y eliminados. Con el de
Seguritech, la situación es distinto.
No habrá manera de abrir esa
caja negra que es en donde se maneja para conocer el mapa de su crecimiento
desorbitado en la última década, porque sus contratos entran bajo los rubros de
seguridad nacional. La confirmación de que Picker llega a los estados con la
recomendación de Los Pinos, como sostienen en la industria, saldría si alguien
lo denunciara y comenzara una investigación. Eso no sucederá. O al menos, no en
este sexenio, lo que no significa que la protección, quizás mutua, sea para
siempre.
P.D. En la columna anterior, “la
misteriosa Tecnoradio”, se apuntó que el IMER depende de la Secretaría de
Gobernación. Depende de la Secretaría de Educación.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO
RIVA PALACIO/ 28/03/2017 | 04:09 AM)
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