MASACRES
EN LA SIERRA. Atribuidas a los líderes asesinados.
Crece
tensión en Mazatlán por la muerte de dos líderes de grupos delictivos
Según
las autoridades federales, el finado José Ángel Ibargüen Campos, el Angelillo,
lideraba un grupo delictivo vinculado a Alfredo Guzmán Loera, el Guano, hermano
de Joaquín el Chapo Guzmán Loera.
En
tanto que la Secretaría de Marina (Semar) sostiene que Juan Francisco Patrón
Sánchez, el Chico y/o el H.2, muerto a balazos en un enfrentamiento el jueves
9, en Tepic, Nayarit, capitaneaba un grupo armado conectado con el Cártel de
Los Beltrán Leyva.
A
los conocidos en la jerga policial como el Angelillo y el Chico y/o el H-2, las
fuerzas federales les adjudican haber protagonizado hechos violentos que
estremecieron la zona sur del estado.
El
asesinato de los dos presuntos líderes de grupos delictivos se sumó a la
tensión que ya había en Mazatlán por los enfrentamientos entre grupos
delictivos protagonizados en Culiacán.
Esto,
aunado a la cercanía de la celebración del Carnaval Internacional de Mazatlán
2017, del 23 al 28 de febrero con el tema de Alebrijes y Dragones.
El
9 de febrero, un día después de confirmada la muerte de José Ángel Ibargüen
Campos en el túnel Las Ventanas, en la supercarretera Mazatlán-Durango, la
Semar informaba que Patrón Sánchez había sido “abatido a balazos junto con
siete de sus presuntos cómplices en un enfrentamiento suscitado en Tepic, Nayarit”.
De
acuerdo con información de la Semar, Patrón Sánchez fue ultimado en un
operativo instrumentado por ella misma, la Secretaría de Defensa Nacional y la
Policía Federal, en la colonia Lindavista, ubicada en Tepic, Nayarit.
La
información añadía que Patrón Sánchez, quien ofreció resistencia ante el
ataque, controlaba el trasiego de la droga de la región en Nayarit y el sur del
estado de Jalisco.
Considerado
por las fuerzas federales como hombre clave del Cártel de los Beltrán Leyva, la
noticia de la muerte de Patrón Sánchez revivió en Mazatlán el recuerdo de la
masacre ocurrida en 2011, en el estacionamiento de la entonces discoteca
Antares, ubicada en avenida del Mar, en donde un comando armado asesinó a seis
personas y dejó dos decenas de heridos.
Después,
una manta exhibida en una barda señalaba como responsable de la matanza al hoy
finado Juan Francisco Patrón Sánchez.
El
miércoles 8 de febrero, la sicosis por las balaceras ocurridas en Culiacán puso
en alerta a las fuerzas federales, estatales y municipales de seguridad en
Mazatlán.
“Estamos
en alerta permanente esperando el ‘efecto cucaracha’ por los hechos violentos
de esta semana en Culiacán”, dijo uno policía, cuya atención estaba puesta en
las balaceras de la capital del estado.
Las
fuerzas federales fueron desplegadas por diversos sectores del puerto para
intentar inhibir que los grupos criminales que operan en la zona sur de Sinaloa
repliquen sus enfrentamientos como las balaceras protagonizadas en Culiacán.
La
noticia de la muerte del presunto líder del grupo delictivo atravesó las
montañas de la sierra de Concordia y viajó por las ondas hertzianas hacia el
estado de Durango, también tierra de emboscadas: “Sí, es el Angelillo”.
Según
el reporte de la Policía Municipal, José Ángel Ibargüen Campos, de 43 años,
había fallecido en el Hospital Integral de Concordia, víctima de un atentado a
balazos, ocurrido la mañana del martes 8 de febrero en el túnel Las Ventanas,
de la Autopista Mazatlán-Durango.
De
acuerdo con este reporte, el fallecido, quien era originario de El Palmito,
Concordia, Sinaloa, tenía una lesión de bala en la parte posterior del tórax de
lado derecho, sin orificio de salida.
Una
versión extraoficial afirma que la muerte de Ibargüen Campos fue fruto de un
enfrentamiento protagonizado alrededor de la una de la tarde del miércoles 8,
entre grupos delictivos, en el mencionado túnel de la carretera de cuota.
Lo
anterior contrastaba con el parte policial elaborado en la tesitura de que se
trataba de un homicidio de una persona dedicada a la renta de maquinaria.
La
información extraoficial aseguraba que el finado capitaneaba un grupo delictivo
cuyo territorio tenía como sede El Palmito y la zona serrana aledaña.
Al
menos desde 2014 no había enfrentamiento entre grupos delictivos tanto en La
Petaca, Concordia, Sinaloa, como en la comunidad La Escondida, Pueblo Nuevo,
Durango, donde las autoridades federales no sacaran a relucir el nombre de José Ángel “N”, y lo vincularan directamente
con los homicidios.
Por
ello, el miércoles 8, a nadie causó sorpresa cuando versiones extraoficiales lo
responsabilizaban de asesinatos ocurridos el año pasado en los poblados de La
Escondida y La Petaca.
Lo
mismo pasó cuando se dio a conocer la noticia de la muerte de Patrón Sánchez,
pues las autoridades federales lo relacionaban con la escalada de asesinatos
perpetrados en Tepic, Nayarit.
Aunque
la noticia de la muerte de José Ángel Ibargüen Campos no tuvo el alcance ni el
impacto de Juan Francisco Patrón Sánchez, ambos hechos en si mismos
multiplicaron la tensión que ya se vivía en Mazatlán debido a los
enfrentamientos de grupos delictivos en pleno día en Culiacán.
(RIODOCE/
CAYETANO OSUNA/ MAZATLÁN EN 13 FEBRERO, 2017)
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