El 23 de junio, el Diario
Oficial de la Federación (DOF) publicó el acuerdo que establece al Golfo de
Ulloa como una “zona de refugio pesquero” y “Área Específica de Restricciones
Pesqueras”, es decir, se determinó una veda obligatoria para pescadores de la
región para reducir la posible interacción de la pesca y así evitar la
mortandad de tortuga amarilla (Caretta Caretta), ya que con anterioridad,
ambientalistas denunciaron la alta mortandad de especies, lo cual llamó la
atención del gobierno de Estados Unidos y se puso sobre la mesa la posibilidad
de un embargo pesquero.
Dicha disposición entró en
vigor y concluye el 30 de septiembre de 2016, además de que tendrá una
temporalidad de dos años, situación que dejó mal paradas a las autoridades
estatales, las cuales tuvieron que
acatar la determinación establecida por la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
“En el ánimo de no generar
pretextos para tener una sanción económica en el mercado de Estados Unidos a
nuestros productos del mar, que son importantes, ha tomado la determinación de
decretar esta veda en el Golfo de Ulloa durante
dos meses y medio”, expresó Carlos Mendoza Davis, gobernador de Baja
California Sur.
Incluso la medida llamó a las
autoridades locales a aceptarla, lo cual para algunos sectores como el de
Comondú significa una grave pérdida económica, por ello Francisco Pelayo
Covarrubias, presidente de ese municipio, reconoció que los estudios no han
sido certeros en señalar a la actividad pesquera como principal factor de
mortandad de la tortuga amarilla “para demostrarle a todo el mundo, al gobierno
de los Estados Unidos que está señalando a nuestros pescadores en el Golfo de
Ulloa de la mortalidad o mortandad de la tortuga amarilla que no somos
nosotros”.
Justamente en los recorridos
que llevó a cabo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), en
las bitácoras se inscribió que “no se aprecian señas de arte de pesca como
factor”, lo cual ha sido ignorado por ambientalistas y el propio gobierno
norteamericano. Pero al verse inminente el embargo pesquero, tuvieron que
acceder a la veda.
Ambientalistas consideran que
el periodo servirá para determinar las causas reales de la mortandad, aunque
esto signifique paralizar las actividades y detonar un fuerte problema
económico en los puntos de aprovechamiento en el Golfo de Ulloa.
Gustavo Alanís, director general
del Centro Mexicano de Derecho Ambienta (CEMDA) exhortó a que los pescadores
“puedan cambiar sus redes, que puedan mejorar sus artes de pesca y en
consecuencia la actividad se vuelva más sustentable”.
Incluso las voces se alzaron
ante esta disposición, pues para la Federación de Cooperativas Pesqueras de la
Capital del Estado (FEDECOOP), la medida debe ser pareja, por ello, “pedimos
haya personas de inspección, ya que si están deteniendo a los pescadores
registrados, también debe ser para los que realizan la actividad ilegal”,
advirtió su presidente, Alejandro Tirado Martínez.
En respuesta a la petición de
la inspección, César Estrada Neri, delegado de SAGARPA en Baja California Sur,
indicó: “La delegación de la PROFEPA participa en las investigaciones,
prácticamente nosotros colaboramos para estar al pendiente de los datos que nos
proporcionen”.
Pero esta veda obligada va a
generar problemas económicos. Primero, porque sólo se repartirán 72 millones de
pesos para pescadores afectados, en algunas comunidades que son netamente
pesqueras, es insuficiente el recurso determinado para su región, incluso se
les hace una burla el presupuesto al que van a acceder, ya que en comunidades
como Poza Grande en Comondú, los habitantes tendrán que sobrevivir con 20 pesos
diarios, sacando el promedio por día según el número de habitantes que dependen
de la pesca y lo destinado para sobrellevar el año.
“Son 700 personas con 400 mil
pesos al mes, que es una comunidad netamente pesquera, no hay otra actividad
más que la pesca, si lo dividimos estamos hablando que les van a tocar 20 pesos
al día”, lanzó Tirado Martínez, e incluso se quedó corto: el recurso para la
zona dividido da a poco más de 19 pesos.
Pero se avistan otros
problemas para la zona urbana y cualquier punto donde tengan acceso a los
productos del mar, ante el desabasto de especies en mercados locales, pues al
cesar la pesca en el Golfo de Ulloa, muchas especies importantes para la
temporada de verano “como la pierna, el verdillo, jurel, lenguado, tal vez la
garropa, que son los productos que salen de ahí”, se verán limitados, “sólo ven
la posibilidad de conseguir el producto, si no es aquí sería en otras partes
del país, también traen producto de Sinaloa, el chiste es tener el producto”,
afirmó Ángel Castro, locatario del Mercado Bravo en La Paz, lo cual va a
incrementar los costos principalmente en el mercado.
En ese sentido, la
Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) ha puesto a disposición sus
oficinas para aquellos ciudadanos que se sientan violentados por aumentos en el
precio de pescados y mariscos.
Su titular en Baja California
Sur, Isaías González Nava, insistió en
que “estaremos vigilantes para atender las quejas de los ciudadanos, si se
sorprende a algún comerciante de estos productos con aumentos abusivos será
sancionado, ya que no se puede especular por este problema, deberán justificar
todo aumento”.
Otro de los problemas que ya
se tiene previsto por pescadores de la zona del Golfo de California (el Golfo
de Ulloa se localiza por el Pacífico Mexicano), es la migración de pescadores a
otras zonas de captura y que por falta de trabajo, recursos o alimento,
pudieran invadir otras zonas de aprovechamiento pesquero.
“Estamos en contra de las
autoridades porque permiten que esta gente esté brincando al Golfo de
California, si ahorita son 20 pescadores mañana van a ser 50, pasado van a ser
100, y es un problema que yo lo considero como una bomba de tiempo.
El grupo de ambientalistas,
que es el que crea los problemas, no los resuelve de fondo como los están
ocasionando con esta cooperativa del barrio del Esterito”, lamentó Miguel
Méndez Sánchez, presidente de la Federación Los Sitios.
Por su parte, el Gobierno de
la República apoyará con un recurso basado en el promedio de los últimos cinco
años de producción, sin embargo, algunas comunidades van a resentir la veda
establecida por los bajos recursos que recibirán, por ello el gobernador del
Estado reconoció que será importante “hacer un ejercicio como ya lo hemos
anunciado con todos los que se dedican a la pesca en esa zona, de poderles
recompensar, porque de eso viven, el ingreso que van a dejar de tener a
propósito de la veda. Se tiene contabilizada, nosotros creemos que vamos a
dispersar recursos alrededor de los 40 millones de pesos”, finalizó Carlos
Mendoza Davis.
(SEMANARIO ZETA/ Ezenario BCS / Antonio
Cervantes/ Martes, 5 julio, 2016 12:00 PM)
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