131 personas fallecieron y
cerca de 200 resultaron heridas, hasta el momento, en dos atentados con bomba
en Bagdad, la capital de Irak, la mayoría de ellas en una zona comercial en la
que los residentes celebraban el Ramadán.
El primer atentado se dio
cuando camión frigorífico cargado con explosivos estalló en el céntrico
distrito de Karrada, matando al menos 100 personas e hiriendo al menos a 200.
El EI se atribuyó la
responsabilidad del ataque en un comunicado publicado en Internet por los
partidarios del extremista grupo suní, y dijo que la explosión fue un atentado
suicida.
Karrada es muy concurrida
alrededor de la medianoche del sábado, hora a la que los iraquíes comen y hacen
compras durante el Ramadán, el mes del ayuno musulmán, que termina la próxima
semana con el festival de Eid al-Fitr.
Imágenes de televisión local,
tomadas en la mañana mostraron al menos cuatro edificios gravemente dañados o
parcialmente destruidos, incluido un centro comercial que se cree que fue el
objetivo principal del ataque, y varios autos carbonizados.
En un segundo ataque, un
artefacto explosivo también explotó alrededor de la medianoche en un mercado de
Al-Shaab, distrito chií en el norte de la capital, dejando al menos 31 muertos,
dijeron fuentes médicas y policiales a las agencias internacionales.
El ataque es el más letal que
sufre aquel país desde que fuerzas iraquíes apoyadas por Estados Unidos
expulsaron al grupo extremista Estado Islámico (EI) de su bastión de Faluya, al
oeste de la capital.
Haider al-Abadi, primer
ministro iraquí ordenó la ofensiva tras una serie de sangrientos ataques con
bomba en Bagdad, asegurando que Faluya era la plataforma desde la que se
lanzaban estos atentados.
A pesar de las victorias del
gobierno en el campo de batalla, el EI ha demostrado varias veces que sigue
siendo capaz de lanzar ataques en territorio iraquí lejos del frente.
Antes del inicio de la operación
para recuperar Fallujá, el primer ministro de Irak enfrentaba un creciente
descontento social y la capital era escenario de protestas contra el gobierno
provocadas por la indignación popular ante la falta de seguridad.
En un mes, la Zona Verde de
Bagdad, área muy protegida donde están los edificios del gobierno y las
misiones diplomáticas, fue asaltada en dos ocasiones por manifestantes
opositires al ejecutivo.
EI controla todavía Mosul, la
segunda ciudad más grande de Irak, así como importantes territorios en el norte
y el oeste del país.
En su momento de más poder,
en el 2014, la milicia radical arrebató a Bagdad el control de casi un tercio
del país.
Ahora se calcula que los
extremistas controlan solo 14 por ciento del territorio iraquí, de acuerdo con
la oficina del primer ministro del país.
(SEMANARIO ZETA/ Carlos Álvarez
/Domingo, 3 julio, 2016 08:39 AM)
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