Algunos lo consideran un viejo zorro de
la política en México. Otros, un dinosaurio que representa al PRI de la
prehistoria. Lo cierto es que el ex Gobernador viajaba casi en solitario entre
“peñistas” y “Atlacomulco” y no resistió la derrota de su partido en las
pasadas elecciones. Este día ha anunciado que deja la presidencia nacional
priista. Pero no se fue suavecito y citó a Luis Donaldo Colosio: “Lo que los
gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”.
Manlio Fabio Beltrones. Perdió. Foto:
Cuartoscuro
Ciudad de México, 20 de junio
(SinEmbargo).– Manlio Fabio Beltrones Rivera, zorro de la política para algunos
y para otros un representante del más viejo Partido Revolucionario
Institucional (PRI), dimitió a su cargo como presidente nacional después de la
derrota sufrida en las pasada elecciones del 5 de junio.
“Siempre he sido factor de
unidad y no de división en el PRI. Toca hacer una pausa para continuar en la
búsqueda de los objetivos que durante muchos años hemos venido encarando. La
vida y la política siempre imponen retos, siempre es necesario actuar con
responsabilidad y asumir con lealtad las consecuencias. Presento mi renuncia
para permitir que una nueva dirección encabece las transformaciones que nuestro
partido requiere y le urgen”, dijo.
Manlio, quien fue electo para
presidir su partido hasta 2019, viajaba en solitario dentro del PRI, en donde
“peñistas” y “atlacomulcos” –corrientes ligadas al Presidente Enrique Peña
Nieto– tienen gobierno y poder. Había logrado mantenerse firme gracias a que
sumó triunfos en años pasados, pero en 2016 perdió incluso bastiones
históricos, como Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.
El PRI ganó sólo cinco de las
12 gubernaturas que estuvieron el disputa y perdió tres en las que no había
existido alternancia política desde que nació el partido, hace 89 años. El
declive priista en Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas e incluso en Chihuahua
abrió la puerta a que partidos de oposición ampliaran su presencia en los
estados, principalmente Acción Nacional (PAN) y Movimiento Regeneración
Nacional (Morena).
Pero el sonorense no renunció
suavecito. En un discurso crítico, llamó a la reflexión pero además se lanzó
contra los resultados de quienes hacen gobierno.
“Vemos una derecha ultra
conservadora que critica las preferencias sexuales y es misógina. Son
posiciones francamente fascistas. También vemos –dijo–, a una izquierda que
sólo protesta en las calles, pero no hace propuestas. Es ésta y no otra la
disyuntiva que debemos hacer los priistas: retrocedemos en lo que hemos
avanzado y permitimos que avance el populismo fracasado en otros países”.
“Entendámoslo bien: lo que
está en juego no es la numeralia electoral, sino el proyecto de Nación para el
siglo XXI”, dijo ante su propio partido.
“Las reformas transformadoras
han recibido reconocimiento entre nosotros y también a nivel internacional, y
es hora de profundizar en lo avanzado, en lo que no pudo hacer la derecha
conservadora en 12 años. El proyecto de transformación que encabezamos nos
ubica en el centro progresista, un proyecto donde todos quepan y se sientan
representados”, agregó.
“También los resultados son
una respuesta a políticas equivocadas y a los excesos de políticos de todos los
partidos, aseguró”.
Y citó a Luis Donaldo
Colosio: “Lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten”.
“No basta el diálogo
fructífero con el Presidente y los gobernadores. El Gobierno debe comprometerse
más con su partido”, dijo.
Manlio agregó que “la
selección de nuestros candidatos y candidatas fue un proceso difícil y se
realizó tomando en cuenta a las fuerzas que conforman el partido. Cada uno de
los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional cumplió con sus tareas. Lo digo
con plena convicción –añadió– con otros candidatos los resultados no hubieran
sido diferentes en las pasadas elecciones, y somos el partido más competitivo
en los 12 estados en los que se eligió Gobernador”.
“Además –expuso–, algunos
partidos como Morena y el PRD están incluso en peligro de perder su registro en
varias de esas entidades. Pese a todo, mantenemos un nivel de alta competencia,
porque los electores no entregaron cheques en blanco a los nuevos gobernantes,
ni a los nuestros ni a los de otros. Estamos obligados a escuchar las voces de los
ciudadanos que quieren que la modernidad se refleje en los bolsillos de los
mexicanos. No están satisfechos con sólo enterarse de que vamos bien, sino que
quieren sentirse bien”.
LA NUMERALIA ES LA NUMERALIA
Pero la numeralia es la
numeralia. El PRI se hundió y el PAN se volvió a levantar después de diez años
de constantes derrotas –desde que Felipe Calderón Hinojosa ganó la Presidencia–
y se ha convertido en una opción para 2018. La derrota del PRI fue calificado
por la prensa extranjera como un antecedente de lo que puede ser, justamente,
esa anhelada elección presidencial de 2018. También lo vio como un reflejo del
hartazgo ciudadano por la falta de soluciones a sus demandas de seguridad,
empleo y mejores ingresos y por la falta de castigo a distintos actos de
corrupción cometidos por la clase en el poder y que permanecen impunes.
Algunos politólogos mexicanos
dijeron en días pasados que a Beltrones no le sería perdonada esta derrota,
sobre todo porque no es cercano al grupo en el poder. Sin embargo, también
hablaban de un descalabro en el que Manlio Fabio es menos responsable de lo que
se le atribuye. La administración Peña Nieto ha sumado errores en distintos
frentes –desde lo económico hasta lo social, pasando por la seguridad– y la
popularidad del Presidente está en niveles nunca antes registrados en un
mandatario mexicano. Además, los mismos gobernadores acumularon deudas,
violencia, sospechas de corrupción, escándalos y repudio.
Pero Manlio parece no haber
podido argumentar lo suficiente a su favor, y ahora se va.
Beltrones Rivera, nacido en
Villa Juárez, fue Gobernador de su estado, Sonora. También ha sido Diputado
federal y Senador y ha presidido tanto la Cámaras de Diputados como el Senado
de la República.
En días pasados, Beltrones
dijo: “Como partido mayoritario en el poder tenemos mayor responsabilidad que
otros porque la gente espera más de nosotros. Somos el partido que gobierna a
la mayoría de la población nacional, cerca de la mitad de las entidades federativas
[15] y que ganó 43 por ciento de los ayuntamientos en disputa en la pasada
elección, además de haber obtenido la mayoría en siete de los 12 congresos
locales que serán renovados. Estos son datos duros. Tenemos que cuidar la
unidad y cohesión interna para conservar la confianza de los electores en todo
el país, pero principalmente ahí donde perdimos por escaso margen y los
ciudadanos decidieron darnos la mayoría en los congresos locales, porque desean
que sigamos siendo factor de equilibrio y gobernabilidad”.
El lunes 13 de junio, en
conferencia de prensa, le preguntaron:
–En este análisis que ha
hecho en torno a lo ocurrido el domingo pasado, ¿ha pensado usted en dejar la
dirigencia nacional del partido en este proceso de análisis? Y también, ¿si van
a mandar a llamar a cuentas a los gobernadores, por ejemplo de Chihuahua, de
Quintana Roo, de Veracruz, a Javier Duarte?
Respondió:
“Sería tan equivocado como el
triunfalismo que evocan algunos que tampoco todavía hacen sus reflexiones de
qué fue lo que sucedió. Nosotros estamos abocados a ese análisis importante que
permita la toma de decisiones. De lo contrario triunfalismos o derrotismos,
vienen a confundir verdaderamente al electorado. Entiendo las preguntas de
orden e interés periodístico, pero ustedes también entenderán que lo más firme
son los números que hoy venimos aquí a presentar, con los triunfos de dos de
nuestros candidatos”.
Pero los datos son los datos
y la suma de Manlio no fue suficiente para mantenerse al frente del partido.
En el caso de Quintana Roo,
un ex priista, Carlos Joaquín, quien fue postulado por la coalición PAN-PRD
derrotó al priista Mauricio Góngora Escalante al obtener 45. 68 por ciento de
la votación, contra el 35.69 por ciento de su oponente.
En Tamaulipas, el panista
Francisco Javier García Cabeza de Vaca obtuvo una ventaja todavía más amplia al
lograr el 50.15 por ciento de los votos, comparados con el 36.03 de su oponente
priista Baltazar Hinojosa Ochoa.
En Veracruz, otro ex priista,
Miguel Ángel Yunes Linares, de la coalición PAN-PRD, venció al priista Héctor
Yunes Landa, su primo, con el 34. 41 por ciento de los sufragios.
Otra de las pérdidas del PRI
fue el estado de Chihuahua, donde el panista Javier Corral Jurado obtuvo 39.51
por ciento de los votos, mientras que el priista Enrique Serrano Escobar logró
el 31.18 de los votos.
(SIN EMBARGO.MX/ REDACCIÓN / JUNIO 20,
2016 - 7:19 PM)
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