La venta del Complejo Petroquímico
Parajitos se pactó desde el gobierno de Vicente Fox, revela a Proceso el
ingeniero José de la Cruz Chung, quien entre 2001 y 2003 se encargó de los
trabajos de ampliación de esa planta. El especialista muestra expedientes para
documentar las pifias de Pemex Petroquímica para beneficiar a la empresa
Mexichem, del banquero Antonio del Valle, quien adquirió todo el complejo a
precio de ganga. Y aun así no cumplió con los acuerdos pactados. Luego vino la
explosión del 20 de abril…
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
La entrega del Complejo Petroquímico Pajaritos (CPP) al banquero Antonio del
Valle y su firma Mexichem fue un acuerdo transexenal pactado entre la
administración de Felipe Calderón y la de Enrique Peña Nieto. Pero antes de
“regalárselo” a un 60% de su valor, fue “saqueado” durante la administración de
Vicente Fox.
Así lo revelan memorándums de
entendimiento consultados por Proceso, el último de los cuales data de 2009; el
manual de operación de 2011, que obliga a Mexichem a invertir en el complejo
200 millones de dólares –lo que la empresa no había hecho hasta el pasado 20 de
abril, día de la explosión en el área de Clorados III, donde murieron 32
trabajadores y un centenar resultaron heridos–, así como denuncias ante la
Procuraduría General de la República (PGR) y documentos de la Auditoría
Superior de la Federación (ASF).
Los activos del CPP
entregados incluyen la Planta Derivados Clorados III, según cifras de Pemex; la
Planta de Etileno, los turbogeneradores de energía eléctrica y vapor, así como
los servicios auxiliares y el almacén de monómero de cloruro de vinilo (VCM).
El motivo por el cual el
gobierno de Calderón decidió vender el complejo fue para que Mexichem tuviera
en sus manos la cadena de producción completa, cuyo producto último es el
policloruro de vinilo (PVC), y evitar el riesgo de que “cerraran” las empresas
que aportan las materias primas, entre ellos la planta de Pajaritos.
A cambio de este apoyo, el 10
de septiembre de 2013 el dueño de la compañía se comprometió a invertir 200
millones de dólares en el CPP; sin embargo los 87 millones de dólares que correspondían
sólo a la planta Clorados III no se habían aplicado al día de la explosión,
revela el ingeniero José Daniel de la Cruz Chung, quien fue el encargado del
proyecto de ampliación de esa planta entre 2001 y 2003.
El especialista comenta a
Proceso que hasta el 20 de abril pasado estaban operando cinco equipos –TT-501,
AS-501, PC-316, el TT-402 y el TT-504–, adquiridos en la época en que él tuvo a
cargo el proyecto de ampliación de Clorados III.
Aclara que, por negligencia
de Rafael Beverido Lomelín, quien llegó a la dirección de Pemex Petroquímica en
2001, los cinco estaban dañados. No descarta, dice, que uno de ellos haya sido
el causante del accidente de la semana antepasada.
PRIMERO, EL SAQUEO
Los desaciertos cometidos en
la planta de Clorados III y en conjunto del CPP se iniciaron con la
administración de Vicente Fox y de Beverido Lomelín, puntualiza De la Cruz
Chung, quien durante 26 años trabajó en la entonces subsidiaria de Pemex.
Muestra incluso las denuncias
presentadas ante la PGR por daños a Pemex-Petroquímica por la venta irregular
del Complejo Petroquímico Cosoleacaque “como chatarra”, así como por el mal
ejercicio de recursos durante la ampliación de la planta de Clorados III.
También exhibe contratos,
dictámenes técnicos, costos y oficios de la dirección general de Petroquímica
Pajaritos, donde se reconoce el daño a los equipos, e insiste en que uno de
ellos pudo haber provocado la explosión del 20 de abril pasado.
La compleja historia arranca
con la ampliación de la planta de Clorados III ocurrida entre 2001 y 2003. El
proyecto tuvo un costo de 3 mil millones de pesos, cantidad similar a la que,
10 años después, pagó el banquero Del Valle para quedarse con todo el CPP.
La denuncia presentada ante
la PGR el 2 marzo de 2010, por ejemplo, establece como objeto de posible delito
la “ingeniería, procura y construcción de la ampliación de la planta de
derivados Clorados III de 200 mil a 405 mil toneladas por año; su integración y
puesta en operación; daño a las instalaciones, elaboración de contratos de
compra de materia prima y venta de cloruro de vinilo”.
En esa ampliación
participaron la empresa española Duro Felguera y la propia Petroquímica. A la
primera se le otorgó el contrato CO-PA-04-01 por 74 millones 395 mil dólares,
que obligaba a la firma hispana a aportar algunos equipos.
Se firmó otro contrato por 54
millones de pesos con Prestación de los Servicios Profesionales –el
CO-PA-32/00– para el monitoreo y coordinación de todas las obras necesarias
para la ampliación, y otros con diversas compañías para la compra de “equipos
críticos” por 22 millones de dólares. Sin embargo, dice De la Cruz, “éstos
estaban por debajo del proyecto y los pagó Pemex-Petroquímica”.
Antes de que concluyeran los
trabajos de ampliación y el contrato mismo, Pemex-Petroquímica exigió a Duro
Felguera que “echara a andar” los equipos nuevos, algunos de los cuales estaban
muy deteriorados. Eso causó daños estimados en 400 millones de pesos. También
se averió un horno, cuya reparación costó 900 millones de pesos.
Como prueba de las
afectaciones causadas por la necedad de echar andar equipos antes de que
concluyera el proyecto, De la Cruz muestra el oficio de la Dirección General de
Petroquímica Pajaritos, en el cual se admite “el daño a los equipos nuevos
integrados al proyecto Clorados III: el TT-5001, AS-501, PC-316, TT-402 y
TT-504”.
En resumen, la ampliación
resultó con “un daño de 2 mil millones de pesos”, según la denuncia de De la
Cruz, encargado del Proyecto de ampliación de Clorados III.
Antes, el 18 de noviembre de
2008, él mismo interpuso una denuncia penal en la PGR donde aludió a la
solicitud de un préstamo de 20 millones de dólares autorizado por el Deutsche
Bank “con cargo al proyecto Clorados III” (expediente
Ac/PGR/VER/CTZ/1/051/2008).
Relata que, como encargado
del proyecto, le pidieron firmar esa solicitud con el pretexto de que era para
“financiar el proyecto y la compra de equipos”. Él se negó pues, dice, el
proyecto contaba con una partida presupuestal y no requería esos recursos.
En su querella detalla que en
la revisión de la cuenta pública de 2002 por parte de la ASF hay un solo pago
por 7 millones 616 dólares con cargo al crédito solicitado al Deutsche Bank.
“Todavía no sabemos qué pasó con el resto de dinero”.
ACUERDO TRANSEXENAL
El 5 de mayo de 2009 el
director de Pemex-Petroquímica, Rafael Beverido Lomelín, firmó con Mexichem el
memorándum de entendimiento para entregarle la planta de Clorados III.
El documento, cuya copia
obtuvo Proceso, así como los memorándums de entendimiento de septiembre de 2007
y de enero de 2008 –que reveló la ASF– existían, incluyendo el Manual de
Operación del 15 de noviembre de 2011. Los documentos muestran que la entrega
del complejo petroquímico al banquero Del Valle se hizo el 10 de septiembre de
2013 –durante la administración de Peña Nieto–, con la firma de la entrega
final.
Pemex Petroquímica pidió a la
empresa Oxy Vinyls una evaluación de la planta de Clorados III –que había sido
saneada con la ampliación de 2001 y 2003–, y que dicha evaluación se entregara
a Mexichem para que ésta hiciera su propuesta de compra.
Así, en lugar de entregar la
evaluación a Pemex-Petroquímica, el gobierno pidió que se enviara a la empresa
de Del Valle. Según las declaraciones de ambas partes, durante 2008 “el
tecnólogo” de Oxy Vinyls realizó una evaluación operativa de la planta
Clorados III y entregó a Mexichem los documentos titulados: Pemex Pajaritos VCM
III Plant Assessment y Capital Project Budgetary Investment Estimates, en lo
sucesivo Evaluación 2008.
Ambas partes
–Pemex-Petroquímica y Mexichem– se obligan mantener en secrecía durante 10 años
el memorándum “y toda información relacionada con el mismo”.
Mexichem establece que “es
productor de cloro y de plicloruro de vinilo (PVC), que requiere el incremento
en la producción de cloruro de vinilo (VCM) para estar en posibilidad de
integrar la cadena de cloro hasta PVC, tal y como lo realizan los principales
productores de PVC en el mundo, siendo así más rentable. Por lo tanto, ha
considerado integrar dicha cadena en México”.
Los firmantes reconocen
también “la necesidad de alentar la industria nacional a través de la
integración de la cadena cloro-VCM-PVC… necesidad de realizar inversiones en
equipo y tecnología para incrementar producción… hacer negocios rentables bajo
un entorno de mercados abiertos a la libre competencia para no correr el riesgo
de cerrar sus respectivas instalaciones en el país”.
En la ampliación de Clorados
III (2001-2003) se planteó aumentar la elaboración de cloruro de vinilo a 405
mil toneladas por año. Con dicho memorándum, Mexichem se comprometía a invertir
60 millones de dólares, recuerda la diputada federal Rocío Nahle, que ha
trabajado en Pemex-Petroquímica.
VENTA A MODO
Tanto Nahle como el ingeniero
De la Cruz cuestionaron que Pemex-Petroquímica aceptara que Oxy Vinyls,
encargada de hacer la evaluación de Clorados III, entregara a la postora
Mexichem el documento de 2008.
Oxy Vinyls dijo lo que
necesitaba la planta y, con base en ello, Mexichem hizo la propuesta de compra
años más tarde.
En el sexenio de Felipe
Calderón se intentó todo para concretar la entrega de Pajaritos a Antonio del
Valle. El 20 de octubre de 2011 la entonces Comisión Federal de Competencia
autorizó “la concentración de la cadena productiva” y el 9 y 17 de noviembre de
ese año tanto Pemex como Pemex-Petroquímica “recomendaron a sus consejos de
administración aprobar” la alianza estratégica entre Mexichem y Pajaritos.
Ya echada a andar la entrega,
el 15 de noviembre de 2012, 16 días antes de que Enrique Peña Nieto llegara a
Los Pinos, el gobierno de Calderón elaboró el Manual de Operación de la
sociedad tomando como base las necesidades que la misma Oxy Vinyls elaboró en
2008.
Esa firma, al igual que
OxyChem, forma parte de la Occidental Petroleum Corporation. De manera
coincidente, el 30 de julio de 2012 Mexichem anunció que crearía una empresa
conjunta con OxyChem para producir 500 mil toneladas al año de etileno y así
garantizar el suministro a largo plazo para producir PVC.
El CPP produce etileno,
Mexichem (que esta frente al complejo) produce cloro. La mezcla de etileno y
cloro genera cloruro de vinilo, materia que se requiere para producir PVC.
Ante la pregunta de por qué
se le encargó a Oxy Vinyls la evaluación de la planta de Clorados III en 2008,
el ingeniero De la Cruz explica que Geon Co., es el dueño de la patente de las
plantas de los clorados. Aclara también que “después de que Geon tuvo problemas
económicos, lo absorbió Oxy Vinyls, por ello le correspondió a ésta hacer la
evaluación, porque Pemex-Petroquímica está obligado a recurrir al dueño de la
patente, pero no a entregar los resultados de la evaluación a Mexichem”.
A diferencia de los 60
millones de dólares que Mexichem se comprometió aportar en 2009 si se quedaba
con Pajaritos, en el Manual de Operación del 15 de noviembre de 2011 se habla
de 200 millones.
La sociedad que finalmente se
firmó el 10 de septiembre de 2013 tuvo, para Mexichem, un costo de 3 mil
millones de pesos, e incluyó la planta de Clorados III, la de etileno, los
turbogeneradores de energía eléctrica y vapor, así como los Servicios
Auxiliares y almacén de VCM.
La sociedad entre Mexichem y
Pemex-Petroquímica dio origen a la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo,
dada de alta en España, donde 58.5% es propiedad de Mexichem y 41.5 % de Pemex.
En la página cuatro del
Manual –activos que participan en la sociedad– se establece:
“Todos los activos del
Complejo Petroquímico Pajaritos, excepto los que se indican en el punto 3.2. El
alcance incluye las instalaciones de proceso que comprenden las plantas de
producción de etileno, de monómero de cloruro de vinilo (VCM), de producción y
distribución de servicios auxiliares, tratamiento de efluentes, así como los
edificios, talleres, vialidades internas, racks de tuberías y demás
infraestructura necesaria para la producción y almacenamiento de etileno y VCM,
las instalaciones y patios de vías para el embarque de VCM en carros tanque e
infraestructura para el envío de VCM a la terminal marítima.”
De acuerdo con el ingeniero
De la Cruz, la venta de todo el CPP en 3 mil millones de pesos fue una ganga,
pues tan sólo la ampliación de Clorados III, a inicios de 2001, tuvo un costo
de 3 mil millones de pesos; en servicios auxiliares se pagaron mil 500 millones
de pesos; por cuatro tanques de almacenamiento de cloroetano, 40 millones; por
tres de cloruro de vinilo, 75 millones, y en turbogeneradores se invirtieron
289 millones.
En total, la cifra es cercana
a los 5 mil millones de pesos; es decir Mexichem pagó 60% del costo de lo que
invirtió Pemex aquellos años. Por si fuera poco, la empresa de Del Valle se
comprometió a invertir 87 millones de dólares sólo en la planta de Clorados
III. Hasta el 20 de abril pasado no lo había hecho, reitera De la Cruz.
En la revisión de la cuenta
pública de 2013, la ASF confirma fallas en los equipos al explicar por qué no
se alcanzó la producción estimada: “No obstante, por la antigüedad y las
condiciones físicas de las plantas, la producción programada en ese periodo se
afectó por fallas en los equipos de la planta de Clorados III en la sección de
pirólisis en los vaporizadores y en los hornos”.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ JESUSA
CERVANTES/ 5 MAYO, 2016)
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