Como todo lo que rodea a
Germán Larrea, la sucesión en el Grupo México es un misterio. Ex directivos y
consejeros del conglomerado empresarial, consultados al respecto, no tienen
idea de quién podría suceder al magnate minero al frente de su emporio.
Sin embargo, la sucesión no
es un asunto menor, toda vez que Germán Larrea no sólo preside y dirige al
Grupo México; también es presidente ejecutivo de Ferromex (la ferroviaria más
grande de México), de Compañía Perforadora México (dedicada al negocio
petrolero), de México Compañía Constructora y de la firma de bienes raíces
Fondo Inmobiliario. Asimismo, es presidente del Consejo de Administración de
Souther Copper Company.
De acuerdo con Bloomberg,
Sara Mota de Larrea, viuda de Jorge Larrea, fundador del negocio minero y de
construcción, heredó 32 por ciento de las acciones de Grupo México, las cuales
tienen un valor actual de 5 mil 700 millones de dólares, más otros 2 mil 900
millones en activos líquidos. De este porcentaje, Germán Larrea tiene a título
personal una participación de 13 por ciento, aunque es él quien opera el
negocio en su totalidad. Esto los convierte en la segunda familia más rica de
México.
Su hermano Genaro Larrea Mota
Velasco también era accionista del Grupo México y tenía injerencia en las
decisiones del conglomerado empresarial, donde fungía como vicepresidente. No
obstante, falleció en agosto del 2012, dejando a Germán Larrea (de 75 años) el
destino del imperio.Y ahora la pregunta que se hacen sus accionistas es quién
lo sucederá.
Germán Larrea tiene una sola
hija, universitaria, quien actualmente vive y estudia en Chicago. Al respecto,
la periodista Dolia Estevez publicó en el 2014 una historia peculiar, en la que
supuestamente el empresario mexicano intentó comprar dos dúplex de súper lujo
en dicha ciudad, pero terminó enfrascándose en un litigio con un reconocido
abogado estadounidense. ¿La razón?: el multimillonario quería pagar por dos
penthouses en la Ritz Carlton Residence 10 millones de dólares en lugar de los
17.5 millones que pedía el desarrollador. Luego, el afamado abogado Peter
Francis Geraci ofreció un precio mayor por uno de los departamentos y quitó a
Larrea la oportunidad de quedarse con ellos, lo cual derivó en un
enfrentamiento legal.
Varios integrantes de la
familia Mota Velasco tienen posiciones directivas en empresas del Grupo México,
pero ninguno ‘pinta’ para dirigir el emporio que fundó y forjó Jorge Larrea, y
después expandió su hijo Germán. Uno de los hombres de mayor confianza del
llamado ‘rey del cobre’ es Xavier García de Quevedo, a quien se considera el
segundo ejecutivo más relevante del grupo.
García de Quevedo es
presidente de Minera México desde septiembre de 2001 y presidente ejecutivo de
Southern Copper. Forma parte del Consejo de Administración de Grupo México
desde noviembre de 1999 y ha presidido casi todas las empresas relevantes del
conglomerado, entre ellas Americas Mining Corporation y Ferromex. Empero, el
hecho de ser contemporáneo a Germán Larrea lo hace inviable para sucederlo.
En el Consejo de
Administración del Grupo México, el tercer mayor productor de cobre del mundo,
tienen asiento poderosos empresarios mexicanos. Algunos de ellos, como Valentín
Diez Morodo (el consejero de los ultrarricos), Claudio X. González y Juan
Gallardo Thurlow, con la suficiente liquidez para sacar la chequera y quedarse
con una buena parte del conglomerado.
A diferencia de otras
familias mexicanas de multimillonarios, como los Slim, Baillères, Salinas
Pliego, Garza Lagüera, Del Valle, Aramburuzabala o Servitje, cuyas empresas ya
son presididas y dirigidas por una nueva generación de familiares o ejecutivos,
los Larrea mantienen en secreto (en el mejor de los casos) su sucesión.
POSDATA
En contraste con su hijo
Germán, Jorge Larrea siempre tuvo una relación estrecha con la política y los
empresarios. Fue el fundador del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios junto
con Juan Sánchez Navarro, Rómulo O’Farril, Camilo Garza Sada, Carlos Trouyet, Bernardo
Quintana y el italoamericano Bruno Pagliai. Según la escritora Marcela Briz,
solía ser anfitrión de reuniones entre empresarios y presidentes de la
República, como aquella vez en la que invitó a su casa a Luis Echeverría dos
días después de haber tomado posesión. Su amigo Ramón De Flórez me relató sus
múltiples charlas en el restaurante Villa-Fontana de la Ciudad de México… las
elegantes cenas en su casa de San Ángel… y las fiestas en Nueva York, donde
solía rentar la suite presidencial del Hotel Waldorf-Astoria. En 1994,Jorge
Larrea pasó la estafeta a su hijo Germán, quien a su vez deberá entregarla...
la pregunta de los 64 mil es ¿a quién?
Escríbeme a
mmaldonado@elfinanciero.com.mx y a @MarioMal
Aquí puedes seguir todos mis textos: Historias
de NegoCEOs
(DOSSIER POLITICO/ Mario Maldonado /El
Financiero/ 2016-04-07)
No hay comentarios:
Publicar un comentario