Marginado del primer círculo
del Vaticano, distanciado de la vida social que acostumbraba con los hombres
del poder en México, referente de confrontación al interior del de la
Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y distante de la exhortación del
Evangelii Gaudium para el mundo actual, el arzobispo primado de la Ciudad de
México, cardenal Norberto Rivera, prepara la renuncia para su jubilación como
obispo diocesano.
Tras 50 años de sacerdocio,
casi 20 de Arzobispo primado y en plena cuenta regresiva para su dimisión,
Rivera Carrera se prepara para cumplir con lo establecido en el Derecho
Canónico (norma jurídica que regula a la Iglesia católica), en medio de
constantes diferendos con la CEM, tras la reciente visita a México del Santo
Padre.
El Derecho Canónico establece
que al cumplir los 75 años de edad, todos los obispos deben presentar al Papa
una carta de renuncia al ejercicio pastoral de sus diócesis, y Norberto Rivera
nació el 6 de junio de 1942, por lo que este año cumplirá 74 años y a más
tardar en junio del año próximo deberá enviar su carta correspondiente a Roma.
El cardenal Rivera Carrera
tiene la expectativa de que Su Santidad le rechace la renuncia como lo hizo con
los arzobispos de las arquidiócesis de Morelia y de San Cristóbal de las Casas,
Alberto Suárez y Felipe Arizmendi, respectivamente, ante los eventos políticos
que se avecinan en el país, con la elaboración de la Primera Constitución
Política de la Ciudad de México y los procesos electorales rumbo al 2018.
El Papa tiene la facultad
exclusiva de aceptar o rechazar la renuncia de los obispos. Y una vez aceptada
ésta, éstos se convierten en arzobispos u obispos eméritos, sin ninguna
responsabilidad en sus Diócesis o Arquidiócesis. Conservan su cardenalato hasta
los 80 años y se convierten en cardenales eméritos, sin derecho a voto.
A la fecha, no hay elementos
de juicio ni tendencia alguna para la elección de los sustitutos, toda vez que
también esa es una facultad exclusiva de Su santidad. Norberto Rivera es uno de
los cinco cardenales mexicanos, junto con Alberto Suárez Inda, (Morelia); Juan
Sandoval Íñiguez (cardenal emérito de Guadalajara; José Francisco Robles Ortega
(Guadalajara), y Javier Lozano Barragán (Zacatecas).
EL EMINENTÍSIMO ARZOBISPO PRIMADO
El arzobispo primado de
México, Eminentísimo Norberto Rivera Carrera, nació en La Purísima, municipio
de Tepehuanes, del estado de Durango, es el trigésimo quinto sucesor de Fray
Juan de Zumárraga y custodio de la imagen de la Virgen de Guadalupe del
Tepeyac.
Fue ordenado sacerdote en
Roma el 3 de julio de 1966 por Su Santidad el Papa Pablo VI, en la Basílica de
San Pedro. Se ha desempeñado como Vicario cooperador de la parroquia de Río
Grande, estado de Zacatecas de 1966 a 1967; Profesor de Teología Dogmática,
Asesor Diocesano del Movimiento “Jornadas de Vida Cristiana”, Prefecto de
disciplina de alumnos de Filosofía y Miembro del Consejo Presbiteral, entre
otros.
En 1995 fue electo Obispo de
Tehuacán. En la CEM, fue presidente de la Comisión Episcopal para la Familia,
Representante de la Región Pastoral Oriente, Participante del Sínodo de los
Obispos de América Latina en 1997, presidente de la Comisión Episcopal de
Cultura, Participante de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del
Caribe, y Miembro del Consejo Superior de la Universidad Pontifica de México,
de 1993-1995.
En 1995, fue designado
Arzobispo Primado de México, como el Trigésimo Cuarto Sucesor del Obispo Fray
Juan de Zumárraga, por Juan Pablo II. El 18 de enero de 1998, fue declarado en la
Basílica de San Pedro, en Roma, Cardenal.
Rivera Carrera fue también
uno de los cardenales electores que participaron en el cónclave de abril de
2005 en el que fue elegido Benedicto XVI, y participó en el Cónclave de 2013,
en el que fue elegido Jorge Mario Bergoglio como papa, tras la renuncia de
Benedicto XVI.
Recibió al papa Juan Pablo
II, la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el primer santo indígena del
continente americano, pero cuya construcción de su Parroquia (ubicada en
Avenida Montevideo) esta desde hace años abandonada, por lo que no se optó por
el silencio sobre la misma durante la reciente visita papal.
Desde 2007 y hasta la fecha,
ha fungido como Capellán del Estado México-Sur de Los Caballeros de Colón en
México. Siendo Obispo de Tehuacán, Puebla, fue Capellán del Consejo de esa
Diócesis hasta su traslado a la Arquidiócesis de México en 1995.
Norberto Rivera ha sido
acusado públicamente de encubrir a curas pederastas, y se le involucró en las
averiguaciones del caso del presbítero Nicolás Aguilar Rivera, perseguido por
la policía de Los Ángeles, como presunto responsable de abuso sexual a más de
un centenar de menores, tanto en Estados Unidos como en México.
En 2006, su nombre fue
incluido en una demanda levantada por Joaquín Aguilar Méndez, donde se le acusó
de presumiblemente ayudar al sacerdote Nicolás Aguilar para evitar que fuera
procesado por actos lascivos contra menores.
Rivera Carrera respondió que
no se encontraba laborando en dicha diócesis en las fechas que indicaban sus
acusadores, por lo que no es posible pudiera encubrir a nadie. La Suprema Corte
de Justicia del Estado de California, en Estados Unidos, declaró improcedente
dicha demanda en 2009.
ALBERTO SUÁREZ Y FELIPE ARIZMENDI
En enero de 2014, el entonces
arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, presentó su carta de renuncia al
papa Francisco, quien rechazó la dimisión. En su carta expresaba su deseo de
que pronto fuese sustituido por un nuevo pastor, pero en los primeros días de
2015 el Papa designó al arzobispo Suárez Inda Cardenal, aun siendo proveniente
de una Arquidiócesis que nunca antes había tenido un purpurado.
Con la elección de Suárez
Inda, Jorge Mario Bergoglio rompió una tradición interpretada como un mensaje
para el Episcopado Mexicano, que sólo había tenido obispos de la Ciudad de
México, Guadalajara y Monterrey.
Alberto Suárez Inda nació el
30 de enero de 1939, en Celaya, Guanajuato, se ordenó como sacerdote en 1964 en
la Arquidiócesis de Morelia y al crearse la diócesis de Celaya en 1973 formó
parte de la nueva circunscripción. En 1985 fue nombrado obispo de Tacámbaro y
en 1995 el papa Juan Pablo II lo designó como el octavo arzobispo de Morelia.
Suárez Inda se ha mantenido
alejado de los reflectores, y lejos de utilizar su influencia para codearse con
grupos de poder, ha utilizado su encargo para condenar la violencia que ha
golpeado Michoacán en los últimos años y criticar a las autoridades que
permiten esa situación. “Ya basta, no queremos más sangre, muertes,
desaparecidos, dolor ni más vergüenzas”, dijo.
En mayo de 2015, el obispo de
la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel informó
que con motivo de cumplir hoy 75 años de edad, había enviado su renuncia al
Papa Francisco, por medio del Nuncio Apostólico en México, Christope Pierre.
El mismo representante
diplomático del Vaticano en México, le informó que de Roma le habían respondido
con la solicitud de continuar un tiempo más en este ministerio pastoral en la
diócesis, sin determinar cuánto tiempo sería esta prolongación.
Arizmendi Esquivel dijo no
tener inconveniente en acceder a la petición. “Mientras Dios, por medio del
Papa, no me comunique el término de mi servicio en esta diócesis, seguiremos
trabajando juntos en la consolidación del proyecto de Iglesia de nuestro respetado
y querido Tatik Samuel Ruiz García, como una Iglesia autóctona, liberadora,
evangelizadora, servidora, en comunión y bajo la guía del Espíritu Santo”.
LA ARQUIDIÓCESIS DE NORBERTO
Durante su arzobispado y con
el apoyo del empresario Carlos Slim se ha ampliado y modernizado el segundo
Santuario católico más visitado del planeta, la Basílica de Guadalupe y en
unión con gobierno e iniciativa privada, ha logrado la restauración de la
Catedral Metropolitana, propiedad federal, que amenazaba con colapsarse.
Se ha preocupado por crear
una de las oficinas de comunicación arquidiocesanas más importantes del país,
desde donde se difunde la vida y el magisterio de la Iglesia Católica en
publicaciones como L’Osservatore Romano (edición española para México y EU), así
como el semanario católico “Desde la fe”, diario que cuenta con la mayor
difusión en América Latina (más de 450 mil ejemplares).
En esta misma Oficina
funciona una Agencia de Publicidad, un Instituto de Educación para los Medios
(que responde a su interés por formar formadores que orienten en el uso
responsable de los medios de comunicación, como una necesidad de la actuales
familias) una Dirección de radio y televisión, otra de Sistemas y un
departamento de Pastoral de la Comunicación.
Lo anterior le validó las
críticas de padres y diáconos de la CEM y de parroquias de la misma
Arquidiócesis, que señalan a su portal y el mismo diario Desde la Fe como
órganos más políticos que evangelizadores.
La Arquidiócesis de México
tuvo su origen, después de la llegada de los conquistadores. La Iglesia
católica envió misioneros a los territorios recién conquistados que, con el
paso del tiempo, formarían parte de la Nueva España y de la primera diócesis de
México, que estuvo en Yucatán e incluía todo el territorio desde Tlaxcala hasta
la Península.
Los límites de la Diócesis de
México al principio no se encontraban bien definidos, de la Arquidiócesis de
Tlaxcala se desprendería el territorio de la original diócesis de México.
Al concluir el sitio de
México-Tenochtitlán en 1521, los españoles deseaban hacer de Puebla la capital
del nuevo territorio, sin embargo el peso político, demográfico y militar de la
antigua Tenochtitlán los obligó a abandonar esos planes y a establecer la
capital en lo que es ahora la Ciudad de México.
Desde 1500 hasta 1863, la
Arquidiócesis de México se extendía del Atlántico al Pacífico, específicamente
de Tampico a Acapulco. Actualmente, su territorio ocupa únicamente el
territorio de la Ciudad de México.
Su primer obispo y arzobispo
fue el franciscano fray Juan de Zumárraga. La Arquidiócesis Primada de México
está dedicada a la Asunción de María y cuenta con un territorio de mil 479, que
abarcan el Distrito Federal.
Ha tenido 34 arzobispos, de
los cuales siete llegaron a ostentar al mismo tiempo el cargo de Virrey de la
Nueva España, conjuntando así los principales cargos del Reino; en el siglo
XIX, el arzobispo Labastida fue regente durante el imperio de Maximiliano de
Habsburgo, siendo el último que ostentó poder político.
A partir del arzobispo Miguel
Darío Miranda, todos los arzobispos primados de México han sido electos
cardenales por el Papa. Los antecesores de Norberto Rivera abarcan desde Fray
Juan de Zumárraga (1468-1548), hasta Ernesto Corripio y Ahumada (1919-2008),
quien dejo el cargo a Rivera Carrera, nombrado Arzobispo el 13 de junio de
1995.
¿EL DISTANCIAMIENTO SERÁ EL OLVIDO?
A pesar de este vasto y largo
camino, el cardenal Norberto Rivera Carrera, hoy vive un camino de desencuentro
con sus cofraternos de la CEM, y que se hizo evidente no solo a raíz de su
virtual marginación del comité organizador de la visita pastoral de Francisco,
sino también después ésta con las diferencias de opinión sobre los mensajes
dejados por el Vicario de Cristo.
La “prudente” distancia
observada toda la estancia papal, entre el papa Francisco y el cardenal
Carrera, se materializó en las diferencias de opinión exhibidas sobre la
realidad de México manifiestas por la Arquidiócesis de México, a través de su
semanario “Desde la Fe”, y las declaraciones hechas por la CEM.
Las máximas autoridades
eclesiásticas se vieron en la necesidad de aclarar que “Desde la Fe” no era del
órgano oficial de la Iglesia católica de México, ni la Arquidiócesis la máxima
autoridad católica del país.
“Son estilos”, dicen
sonrientes sacerdotes y párrocos, para quienes, hoy por hoy, Norberto Rivera,
está lejos de la “Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Santo padre
Francisco a los obispos, a los presbíteros y diáconos a las personas
consagradas y a los fieles laicos sobre el anuncio del evangelio en el mundo
actual”.
Igual sonríen asertivos,
cuando se les pregunta si los mensajes papales contra los príncipes, la
ostentación, la vanidad y los acuerdos por debajo de la mesa, llevaban
dedicatoria por aquellas convivencias y reuniones de golf, cartas y comilonas,
en las grandes residencias de estancias y habitaciones lujosas, con amplios
jardines y albercas.
En menos de tres meses, el
próximo 6 de junio, durante el cumpleaños 74 del Arzobispo primado de México se
verá si es como “Dicen que la distancia es el olvido…”, pero en 14 meses no
habrá vuelta de hoja, Norberto deberá enviar a través de la Nunciatura
Apostólica su carta de renuncia al Papa Francisco para su jubilación.
(DOSSIER POLITICO/ Tomado de: Salvador
Pavón / El Sol de México/ 2016-03-21)
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