La falta de inversión, tanto económica
como tecnológica y en materia de recursos humanos, han provocado que Pemex esté
rezagado en la exploración de aguas profundas en el Golfo de México, zona en la
que las grandes empresas petroleras de Estados Unidos, en plena crisis
petrolera global, lograrán obtener cifras históricas de extracción en los
siguientes dos años. Ahora, la única forma en la que México podría aspirar a
una parte de las aguas del Golfo será a través de una alianza en la que, de
acuerdo con especialistas consultados, tendría el papel de aprendiz del
proceso, pero no de un líder.
Ciudad de México, 21 de marzo
(SinEmbargo).– Pemex puede observar, desde el Golfo de México, cómo las
oportunidades que no tomó en su debido tiempo se van y otros las aprovechan. O
mejor dicho: cómo sus oportunidades están ahí y no puede tomarlas debido a su
crisis financiera y también por la falta de expertise. Esa zona, un territorio
compartido con Estados Unidos y Cuba, es una de las más ricas en petróleo y gas
del mundo, razón por la que por años ha estado en la mira de las estrategias
energéticas de los tres países.
De acuerdo con datos de la
Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas
en inglés) y publicados por Baltimore News, en 2016 y 2017, el vecino del norte
alcanzará cifras récord en producción de petróleo de aguas profundas, esto a
pesar de los altos costos que los procesos de extracción tienen en esas zonas y
de la disminución de los precios del petróleo a nivel global, y no obstante lo
estrictos que son esos proyectos por los plazos de entrega, que son largos y
menos flexibles que otros.
La razón por la que a las
empresas petroleras de Estados Unidos les esperan años fructíferos a pesar de
la crisis en el sector, es porque simplemente invirtieron en aguas profundas y
hoy el producto ha madurado. Fue 2015 el año de la puesta en marcha de proyectos
en el Golfo de México para Shell, ExxonMobil, Anadarko Petroleum, Noble Energy
y LLOG Exploración.
Un ejemplo: en 2017, Shell
iniciará un proyecto de aguas profundas para bombear petróleo desde
profundidades de 9 mil 500 pies. De ahí sacará 50 mil barriles en una primera
fase, para después llegar a los más de 2 mil millones barriles. Según la EIA
hay seis proyectos más programados para 2016 y 2017.
Para la empresa productiva
del Estado, Pemex, el escenario es diferente. A pesar de las reformas promulgadas
en 2008 por Felipe Calderón Hinojosa y 2013 por Enrique Peña Nieto, la crisis
por la que atraviesa es evidente. El año 2016 lo inició con un ajuste
presupuestal de 100 mil millones de pesos que afectó, principalmente, al área
de Exploración y Producción.
En 2015 registró una pérdida
neta de 97.7 por ciento y una caída de 6.7 por ciento en la producción
petrolera.
La crisis petrolera provocó
que el precio del barril se colocara en 25 dólares, frente a los 50 dólares que
las autoridades estimaban meses antes.
Como lo reconoció el propio
titular de la Secretaría de Economía (Sener) Idelfonso Guajardo, el futuro de
Pemex depende de las alianzas. En el caso del Golfo de México, Pemex
difícilmente puede aspirar a alguno de los 10 contratos que se subastarán en la
Ronda 1.4 en áreas contractuales de aguas profundas, por la crisis financiera
que atraviesa, podría hacerlo en consorcio con grandes petroleras que cuenten
con la experiencia necesaria.
De acuerdo con especialistas
consultados por SinEmbargo, por la capacidad tecnológica, técnica y económica
de Pemex, se optó por la actividad en aguas someras (de menos profundidad) o en
tierra, y el proyecto de las aguas profundas se abandonó.
Lo que queda ahora es que
esta empresa desarrolle los proyectos en aguas profundas que se le asignaron en
la Ronda Cero y aspirar a una alianza en la Ronda 1.4, con empresas expertas en
aguas profundas y aprender de ellas, aunque eso signifique que las aguas del
Golfo de México pasen a manos extranjeras.
Arturo Carranza Edwards,
socio consultor de Solana Consultores, comentó que a pesar de que el potencial
de ese territorio es muy grande, al igual que el interés de Pemex por
desarrollarlos, no hay ni la tecnología, ni el conocimiento, ni las inversiones
para poder hacerlo, a pesar de la experiencia de Cantarell, que le dio a Pemex
liderazgo en aguas someras.
“Dadas las características de
los proyectos en aguas profundas y lo complejos que son, generalmente requieren
de la formación de alianzas entre petroleras que tienen la capacidad financiera
y operativa para enfrentar las complejidades. Pemex está abandonando el
monopolio y precisamente por la regulación a la que estaba sometida no tenía
todas las herramientas, o las que tenía no eran las suficientes para enfrentar
los retos tecnológicos requeridos”, agregó Carranza Edwards.
Al respecto, Adrián Duhalt
Gómez, doctor en Geografía Económica y académico en la Universidad de las
Américas Puebla (UDLAP), es la competencia lo que permitió que la industria
petrolera de Estados Unidos llegara a los niveles actuales, ya que han tenido
la posibilidad de invertir o reinvertir recursos para mejorar procesos.
En el caso de Pemex no
ocurrió, ya que además tiene cargas fiscales y obligaciones con los
trabajadores.
“No ha estado en la posición
para desarrollar tecnología en todos los procesos que lleva a cabo y uno de
ellos fue aguas profundas, donde estamos rezagados”, expuso Duhalt Gómez.
El de las aguas profundas,
consideró, es un campo que se abandonó porque no era prioridad entrar, “si no
se tienen las capacidades, mejor te dedicas a otras áreas, como las aguas
someras o en tierra. Esa es la realidad. Para mantener la plataforma de
inversión se tenía que invertir en lo que se podía”.
EL DESASTRE QUEDÓ ATRÁS
El mayor desastre natural en
la historia de Estados Unidos, ocurrió en 2010, luego de que la empresa British
Petroleum (BP) ocasionara el derrame de 4.2 millones de barriles de petróleo en
el Golfo de México. Luego de ese episodio se suspendieron las perforaciones
durante varios meses. Hoy ya es de nuevo una realidad. La producción
incrementará 8 por ciento en 2016 y otro 10 por ciento en 2017, o lo que es
1.83 millones de barriles por día, según la EIA.
De acuerdo con Carranza
Edwards, son ya 10 años en que los proyectos de aguas profundas del lado de
Estados Unidos presentan actividades importantes en términos de exploración y
de producción de hidrocarburos durante la última década.
“La producción de crudo que
viene de aguas profundas de Estados Unidos representa un porcentaje muy
importante de la producción total de hidrocarburos, principalmente, porque las
empresas de allá han logrado ser eficientes en un contexto de precios bajos,
por el impresionante avance de las tecnologías que se aplican en este tipo de
proyectos y sobre todo, porque las empresas grandes le invirtieron antes de
este ciclo de precios bajos, de tal suerte que lo que se hizo en los últimos 10
años, por lo menos en 2015 y 2016 lo estamos viendo ahora”, comentó.
De acuerdo con el estudio The
Offshore Oil and Gas Industry in the Gulf of Mexico/Key Economic
Characteristics of the Supply Chain elaborado por la consultora Boos Allen
Hamilton, BP, Shell y Chevron son las empresas con más participación en la
región y manejan cerca del 60 por ciento de la producción total.
También cuentan con el 43 por
ciento de la infraestructura para la refinación de Estados Unidos y están
asentadas en la zona costera del Golfo. ExxonMobil es la más grande refinería
en la región, con casi 20 por ciento de la capacidad, seguida de
ConocoPhillips, con 9.7 por ciento, y Shell, con 8.9 por ciento.
También en esa zona hay 82
plantas procesadoras de gas y también son propiedad de las grandes petroleras.
A Pemex corresponde la
porción central del Golfo. Ahí se tienen ubicadas seis provincias: Salina del
Bravo en la que hay presencia de hidrocarburos líquidos; Cinturón Plegado
Perdido donde se realizaron varios descubrimientos importantes de aceite como
Baha, Trident, Greay White, Tobajo, Silvertip y Tiger, además de que se
confirmó la existencia de yacimientos de aceite; Cordilleras Mexicanas donde
hay hidrocarburos en fase gaseosa y aceites medios y ligeros; Salina del Istmo,
donde podría haber desde gas y condensado, hasta aceites superligeros a
pesados, hidrocarburos gaseosos y condensados, líquidos; el Cinturón Plegado
Catemaco con gas y aceite ligero, y Abisal del Golfo de México, la parte
central y más profunda del Golfo y que podría ser la última frontera en el
Golfo de México Profundo.
De acuerdo con información de
Pemex, en la zona del Golfo de México está el 50 por ciento de las reservas
petroleras del país.
“En cuanto a los proyectos de
aguas profundas en el Golfo de México de México, las actividades son muy
incipientes a diferencia de lo que pasa en EU, donde se han desarrollado
proyectos muy grandes, a gran escala. Se ha desarrollado infraestructura para
transportar el petróleo, inversiones muy grandes. En México no han existido
inversiones más que de Pemex en proyectos muy concretos, no más de 20”, señaló
Carranza.
De 2006 a 2011, Pemex hizo
sólo 18 perforaciones de aguas profundas, una cifra pequeña en comparación con
otras empresas, como Petrobras, que en el mismo periodo realizó 101.
En 2012, los gobiernos de
México y Estados Unidos firmaron un acuerdo para asegurar de manera jurídica
los hidrocarburos y yacimientos transfronterizos en el Golfo de México, con lo
que buscarían evitar la explotación unilateral.
En ese entonces, Felipe
Calderón señaló que dicho tratado abonaría al aprovechamiento más eficiente de
los energéticos que estaban “subutilizados” por no explotar los yacimientos
transfronterizos. Dijo también que esa firma acababa con el temor de muchos de
que el petróleo fuera extraído unilateralmente desde la frontera de Estados
Unidos, ya que la división de territorios no está hecha de manera ordenada.
La firma del acuerdo señala
que cualquier yacimiento conjunto se deberá explotar de manera conjunta y las
ganancias serán repartidas equitativamente.
En ese evento, el Secretario
de Energía, Jordy Herrera dijo que la falta de certeza jurídica en lo referente
a ese tema, era razón por la que Pemex no tenía incentivos para invertir en
exploración y explotación en esa zona.
A pesar del alto potencial de
esas reservas de hidrocarburos y de la viabilidad para ser explotados no hay
mecanismos para acordar qué porcentaje corresponde a cada país y así
permanecen, sin ser explotados.
LA JOYA DE LA CORONA
Para los especialistas entrevistados,
la esperanza de Pemex se centra, ahora, en la Ronda 1.4 considerada “la joya de
la corona”. A pesar del ajuste presupuestal la empresa se ha dicho interesada
en participar por alguno de los 10 contratos de aguas profundas, sin embargo,
consideraron también, aún es precipitado hacer algún pronóstico.
“Es la ‘joya de la corona’,
porque en este tipo de proyectos se estima que exista un gran potencial de
hidrocarburos. Tomando en cuenta el potencial de estos yacimientos, puede haber
un gran interés de particulares y de Pemex”, consideró Carranza.
Esta licitación estará
abierta para los particulares. Pemex podrá participar y licitar y presentar su
propuesta y competir con particulares para ver si logra que se le asigne alguno
de los contratos.
Para Duhalt Gómez, el único
escenario que ve para Pemex si decide participar en la Ronda 1.4 es el de las
alianzas, en una posición en la que no será el líder del proyecto, pero en la
que podría aprender y eventualmente adquirir las habilidades para participar.
“Si Pemex no entrara a la
Ronda 1.4 sería lamentable. Sería perder la oportunidad de aprender de aguas
profundas porque en México no hay ninguna empresa que tenga la capacidad. No es
sorprendente que México no haya entrado porque no tiene la capacidad ni
financiera ni técnica”, agregó el académico.
(SIN EMBARGO.MX/ Daniela Barragán/ marzo
21, 2016 - 00:00h)
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