CIUDAD DE MÉXICO, (apro).- El
nuevo avión presidencial, un Boeing Dreamliner 787 con un costo cercano a los 3
mil millones de pesos, arribó durante las primeras horas de hoy al Aeropuerto
Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La aeronave aterrizó cerca de
las 2:00 horas de este miércoles, procedente de Dallas, Texas, donde se habrían
realizado las últimas pruebas y ajustes.
La compra fue polémica,
primero por lo oneroso y, segundo, porque para su integración a la flota
presidencial debió construirse un nuevo hangar en el AICM que se contrató por
un monto de mil millones de pesos a una de las empresas de Juan Armando
Hinojosa Cantú, el contratista del peñismo, quien es propietario de Grupo Higa,
conocido por ser el constructor y financiero de las casas de la primera dama,
Angélica Rivera, y del secretario de Hacienda Luis Videgaray, respectivamente.
De hecho, el arribo del avión
presidencial fue programado originalmente para el 18 de diciembre, pero debido
al retraso en las obras del hangar, su llegada se pospuso mes y medio, tiempo
en el que se realizaron diferentes pruebas y se acumularon horas vuelo para
valorar su funcionamiento.
Encargado por el gobierno de
Felipe Calderón, el nuevo avión, que ha sido llamado “José María Morelos y
Pavón”, sustituirá al actual TP-01 “Presidente Juárez”, un Boeing 757-225 en
operaciones desde 1988, cuando fue comprado por el gobierno de Miguel de la
Madrid.
La sustitución del TP-01 se
decidió después del accidente en el que murió el secretario de Gobernación,
José Francisco Blake Mora, el 11 de noviembre de 2011, cuando el helicóptero en
que viajaba se desplomó. El asunto motivó un análisis de seguridad que habría
concluido en la renovación de varias de las aeronaves del gobierno.
El pasado 14 de enero, la
Presidencia de la República emitió una nota informativa detallando las
conclusiones de la mencionada consultora.
La justificación de la
Presidencia de la República –después de un supuesto análisis contratado a la
consultora especializada Ascend FligthGlobal—es que el Boeing 757 es viejo y
está deteriorado, su producción fue descontinuada, lo que dificulta la
adquisición de refacciones y, por sus emisiones contaminantes, ya no puede
aterrizar en algunos aeropuertos internacionales como si lo hará el Dreamliner
787-8.
Entre las ventajas
argumentadas por la Presidencia destaca que el nuevo avión tiene espacio para
más pasajeros, es más seguro según el análisis del Estado Mayor Presidencial y
la Fuerza Aérea, y permite una mayor distancia en vuelos trascontinentales sin
necesidad de reabastecerse de combustible.
La misma consultora recomendó
conservar el avión presidencial, luego de que el año pasado el gobierno de Peña
Nieto encargara un análisis de la compra, porque venderlo implicaría una
perdida de 58% de su costo.
Desde el 14 de enero hasta
esta mañana, la Presidencia de la República no ha difundido información sobre
el arribo de la nueva aeronave, que en las próximas dos semanas se destinará al
entrenamiento y capacitación tanto de la tripulación como del personal de
tierra.
(PROCESO / ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
PUBLICADO/ 3 FEBRERO, 2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario