Desde septiembre pasado, autoridades
federales civiles y militares, así como las de Guerrero, saben quiénes, cómo
operan y cuál es su ámbito de influencia, pero nadie detiene a los integrantes
de Los Ardillos y Los Rojos, quienes tienen postrada a la entidad gobernada por
Héctor Astudillo. Reportes consultados por Proceso incluyen fechas y nombres de
los criminales… pero la impunidad sigue.
CHILPANCINGO, GRO.– Desde
hace más de un año la banda de Los Rojos y Los Ardillos desataron una ola de
ejecuciones, desaparecidos y desplazados en la zona baja de La Montaña en su
disputa por la estratégica plaza de Chilapa.
Ante la red de complicidades
de políticos, tropas castrenses y funcionarios con el narco que han sacado a la
luz las refriegas, el gobierno federal implementó un operativo
policiaco-militar el jueves 28, similar al que existe en la región de Tierra
Caliente, no obstante que éste sólo ha polarizado la violencia en ese entorno.
Desde septiembre pasado,
autoridades federales identificaron a los operadores de ambos grupos
delincuenciales. Conocen sus zonas de influencia y el control que ejercen en
los municipios de la zona que conecta la región Centro con La Montaña
guerrerense, donde han sembrado muerte y terror, amparados por políticos
locales, según los documentos oficiales obtenidos por Proceso.
Uno de ellos, elaborado por
la Fiscalía General del Estado (FGE), indica que Zenén Nava Sánchez, El
Chaparro, es el líder de Los Rojos, una pandilla que se afincó en Chilapa. A su
vez, Celso Ortega Jiménez, La Vela, hermano del exdiputado local Bernardo
Ortega, quien hoy lidera la corriente perredista denominada Movimiento
Alternativo Social, encabeza a Los Ardillos.
El informe refiere que el
defenestrado gobernador Ángel Aguirre Rivero, postulado por el PRD, y Bernardo
Ortega, presidente del Congreso en la LX Legislatura local, conforman el brazo
político de Los Ardillos, cuyo bastión se encuentra en el poblado de
Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, desde donde controlan los
municipios de Tixtla, Mochitlán, José Joaquín de Herrera, Atlixtac y Zitlala.
El reporte de la FGE,
entregado al gobierno federal, señala que Los Ardillos forman parte de la
estructura del grupo de Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, capturado en agosto
de 2010 y extraditado a Estados Unidos el 30 de septiembre de 2015.
Y añade que desde hace meses
el grupo se apropió de tierras en los municipios de Heliodoro Castillo,
Leonardo Bravo, Tixtla y José Joaquín de Herrera, bajo el amparo de Aguirre
Rivero y Bernardo Ortega, para controlar las regiones del Centro y La Montaña.
Los municipios controlados
por la familia de Bernardo Ortega son utilizados como “centros de acopio y
trasiego de droga” por Los Ardillos. Éstos también cuentan con
narcolaboratorios donde elaboran drogas sintéticas. Además de producir y
comercializar droga, los integrantes del grupo se dedican a secuestrar,
extorsionar a los comerciantes locales y a cobrarles el derecho de piso…
Fragmento del reportaje que se publica
en la edición 2048 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ EZEQUIEL
FLORES CONTRERAS PUBLICADO: 2 FEBRERO,
2016)
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