lunes, 30 de noviembre de 2015

IMPARABLES LOS “LEVANTONES” EN LOS MOCHIS


Autoridades pasivas y misteriosas ante la violencia en Ahome

Un teléfono celular en el piso y un local de lavado de vehículos vacío fue lo único que militares, policías ministeriales y preventivos encontraron al arrancar la semana.

Las fuerzas del orden habían llegado al lugar ubicado en céntrico sector de la ciudad debido a un reporte de personas desaparecidas. Tres en total.

Las horas pasaron y los días pasaron, y nadie revelaba la identidad de los sustraídos del local.

Tres días después, el miércoles, el subprocurador Regional de Justicia en la Zona Norte, Jesús Arnoldo Serrano Castelo, aceptaba los hechos, obligado por la presentación de la querella en la Unidad Especializada de Búsqueda de Personas.

Sin embargo, el reconocimiento de los hechos fue somero. “No puedo revelar más. Son tres personas. Estamos investigando y por la reserva de la carpeta de investigación no puedo dar detalles”.

El reconocimiento oficial del “levantón” masivo fue precedido por una campaña de localización en las redes sociales.

Un día después de los hechos, el martes (24), familiares, amigos, y desconocidos de un profesor y de un técnico instalador de equipos de sonido los reportaban como ausentes y pedían cualquier informe para localizarlos, pues estos ya no regresaron luego de acudir a un taller ubicado en Miguel Hidalgo y Constitución, en la colonia Centro de Los Mochis.

El primero era el profesor preparatoriano Adrián J. Hernández, quien había acudido el taller a recoger su vehículo y ya no retornó. Era ajeno a las actividades que se desarrollaban en el taller de detallado automotriz, señala el aviso de búsqueda. El segundo es Jesús López, quien habría desaparecido del mismo lugar.

De la tercera persona no hay detalles públicos, aunque un segmento de la carpeta de investigación policial del caso señala que podría ser el encargado o propietario del establecimiento.

De acuerdo con la investigación policial consultada, el caso es sospechoso, pues la consulta a probables testigos no arrojó datos sobre la presencia de un grupo armado o que se hubiese presentado un hecho violento.

Para los investigadores es probable que todos los privados de la libertad fuesen reunidos en el lugar, sometidos y conducidos a un lugar diferente. Pero hasta ahora no encuentran un móvil, y tampoco a los tres jóvenes.

Antes, el 15 de noviembre, la misma suerte habían corrido Edy Alberto León Estrada y Geovany Daniel León Miranda, ambos vecinos de la colonia Jiquilpan. Ambos habían salido juntos a comprar cigarrillos a una tienda de conveniencia. Ya no retornaron a sus casas. Fueron encontrados sin vida y encobijados el 19 de noviembre, frente a una tienda departamental. Habían sido torturados y ejecutados. En el lugar también fueron dejados unos carros de juguete.

El sitio es el mismo en donde el 10 de mayo del 2013 fue emboscado el entonces director de la policía municipal de Ahome, Jesús Carrasco Ruiz. Sobre este pesaban denuncias públicas de comandar un grupo de policías autores de ejecuciones extrajudiciales y de privación de la libertad de civiles.

Doce días antes de ese hecho y apenas iniciando noviembre, el martes 3, los jóvenes guasavenses Juan Carlos Martínez y Eleazar Núñez se esfumaron de la tierra cuando habían visitado esta ciudad. Desde entonces, sus familiares los han buscado, pero no los han localizado.

Para el director de policía municipal de Ahome y Coordinador de la Policía Ministerial del Estado, Gerardo Amarillas Gastélum, la privación de la libertad o “levantones” de los muchachos en la ciudad son un misterio, pues en ninguno se han encontrado vestigios de violencia. Además, las familias han sido reservadas para colaborar con los investigadores, por lo que la localización de las personas resulta tardada.

“De que es raro todo esto, te aseguro que sí lo es. Que nos sorprende a nosotros, también. No hemos  logrado tomar el hilo, por las reservas familiares, pero estamos trabajando. Hacemos más de lo que se puede”.

Leonel Valenzuela Gastélum, presidente del Instituto de Criminología del Noroeste A. C. consideró que la serie de ausencias forzadas en familias locales revela que las operaciones policiales y su planeación fracasaron, pero también saca a la luz probables complicidades y “maridaje” entre el mando único y delincuentes, o en el peor de los casos, un grupo de policías encargado de la “limpieza” de lo que ellos consideran delincuentes. “Todo es muy lamentable y deprimente”.

Myrna Nereyda Medina, fundadora y dirigente de la Asociación Desaparecidos de El Fuerte, consideró irreal, dantesca, y como una realidad de pesadilla que aún desaparezcan personas sin que la autoridad pueda encontrar un solo rastro. “Todo es tan deprimente. Es tan horrible que uno no tiene capacidad para tener esas pesadillas, sin embargo sucede. Y la autoridad como si nada. A ellos nada importa”.

(RIODOCE/ LUIS FERNANDO NÁJERA/ LOS MOCHIS EN 29 NOVIEMBRE, 2015)





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