"Póngase sereno, usted
va a matar a un hombre”, le habría dicho el Che Guevara al suboficial del
Ejército boliviano Mario Terán minutos antes de ser asesinado.
Entonces, el militar cerró
los ojos y disparó en las piernas de Guevara, quien se desplomó.
El hombre disparó de nuevo
hasta alcanzar el brazo, el hombro y el corazón del líder revolucionario, que
murió a sus pies.
Así lo cuenta el diario
español El Mundo a partir del relato que el asesino del Che entregó por escrito
a sus superiores.
De acuerdo con ese medio, que
ayer publicó un reportaje de investigación sobre la muerte de Guevara, Mario
Terán Salazar fue el hombre que ese 9 de octubre de 1967 disparó contra el
guerrillero argentino en la localidad de La Higuera, en el sudoeste de Bolivia.
Han pasado 48 años desde
aquel día y a sus 73 años el ex suboficial aún niega su autoría en el asesinato
del Che.
Sin embargo, uno de los
superiores de Terán, el ex general boliviano Gary Prado, afirmó al mismo medio
que Terán Salazar fue quien respondió a la orden que llegó desde La Paz en
nombre del Presidente René Barrientos: “Saluden a papá” fue la señal en clave
que Terán escuchó y ejecutó.
De acuerdo con El Mundo, se
ha gestado un mito en torno a la muerte del guerrillero argentino para causar
confusión o camuflaje.
El mismo Terán Salazar dice
en la entrevista que en el Ejército boliviano habían “dos o tres Marios
Teranes, pero con diferentes apellidos maternos”.
Sin embargo, hubo una prueba
que el mismo Terán Salazar no pudo negar.
Cuando los periodistas le
enseñaron a Terán Salazar la foto que la periodista francesa Michele Match le
tomó al supuesto verdugo del Che en Cochabamba, Terán dijo “Sí, soy yo (...)
Allí me la tomaron en la puerta de la escuela... Había varios que insistían en
quererme fotografiar y hablar conmigo. Y justo salí a la calle. Y bueno, ya. Me
posé y es la única foto”.
Asimismo, el capitán Gary
Prado confirmó la identidad de Mario Terán en la foto y dijo que él es el
hombre que mató al Che. “No se le puede culpar de lo ocurrido.
Las circunstancias llevaron a
eso no más. Cuando le sacaron esa foto le hice una recomendación: no te metas
en este baile. ¿Por qué le aconsejé que se quedara callado? Para que no hubiera
venganza contra él. Y me hizo caso”, aseguró Prado, quien a sus 28 años apresó
al Che tras un sangriento combate ocurrido a unos siete kilómetros de la
localidad de La Higuera.
Cuando el Che Guevara llegó a
Bolivia en noviembre de 1966, lo hizo de forma clandestina bajo la identidad de
un economista uruguayo.
En Bolivia el Che buscaba
seguir impulsando los movimientos revolucionarios fuera de las fronteras
cubanas, luego de que su proyecto fracasara en Congo.
Su misión en el suelo boliviano
era iniciar la revolución desde el corazón de América del Sur con la esperanza
de propagarla por el resto de la región.
Con el apoyo de ciudadanos cubanos,
bolivianos, peruanos y argentinos, el guerrillero formó el Ejército de
Liberación Nacional de Bolivia (ELN), que lo acompañó en su última batalla el 8
de octubre de 1967, día en que fue capturado por el capitán Prado junto a otros
guerrilleros bolivianos, como Simeón Cuba “Willy”.
“Lo entregué vivo y luego lo
mataron” explica Prado, quien sabe de primera fuente que fue su soldado Mario
Terán Salazar el que ejecutó la orden.
“Tengo la versión correcta de la ejecución que
me contaron los participantes”.
Según Prado, cuando el
coronel Joaquín Zenteno recibió la orden por radio “señaló con el dedo a dos: usted,
a “Willy”; y usted, indicó con el dedo a Mario Terán, al Che”.
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