En
medio de la crisis del sistema de salud en México, la alerta de una posible
privatización de la salud ha causado controversia entre los ciudadanos, sobre
todo cuando se habla de que los dos sistemas de procuración del servicio más
importantes del país –el IMSS y el ISSSTE– podrían estar al borde de una crisis
financiera.
Esto,
de acuerdo con especialistas, es un rumor con el objetivo de privatizar la
salud para adoptar el modelo anglosajón, en el que la población es la que
compra paquetes de seguros médicos.
Pero
si estas dos instituciones no están en situación crítica, como lo han
manifestado algunos legisladores, especialistas y funcionarios, ¿entonces qué
provoca que no los mexicanos no reciban un servicio de primer nivel?
Para
los expertos, los cambios en la esperanza de vida, la falta de políticas de
prevención y la corrupción podrían ser las principales causas de que el sistema
en México no esté funcionando como debería.
Ciudad
de México, 23 de julio (SinEmbargo).– El Sistema de Salud en México no ha cambiado
mucho durante los últimos tres sexenios y lo que lleva el actual, el del
Presidente Enrique Peña Nieto. El acceso a la salud está limitado y cada día se
va deteriorando la imagen de las instituciones encargadas de procurar este
sector.
Según
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval), en 2010 alrededor de 38 millones de personas presentaban carencia de
acceso a la salud.
En
ese contexto, el Gobierno de Peña Nieto ha intentado instaurar una Reforma de
Salud que universalice los servicios sanitarios a los mexicanos con la
inclusión de participaciones privadas en dicho sector.
Así
el Gobierno federal busca rutas de universalizar la salud mediante convenios de
intercambio de servicios entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y
el Seguro Popular y alianzas con el sector asegurador, pese a que las demandas
sociales están encaminadas a mejorar los servicios, ampliar el catálogo de los
mismos y reducir la negligencia médica.
Con
un presupuesto que no ofrece ampliar el servicio a la población para garantizar
su derecho a la procuración en este materia, el Presidente propuso que Ley
General de Salud fuera modificada con el objetivo de crear un Sistema Universal
de Salud para lograr un fondo único de financiamiento con recursos del la
Secretaría de Salud, del IMSS e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado (ISSSTE) .
Dicha
reforma con posibles modificaciones al Artículo 4 Constitucional pretende
también homologar y reducir las prestaciones de salud y seguridad social y
lograr que las 284 intervenciones del Catálogo Universal de Servicios
Esenciales (Causes), sean las mismas que determina la Secretaría de Salud, lo
que significa que se tendrán que homologar las atenciones que ofrece el Seguro
Popular.
El
IMSS tiene finalidad de garantizar el derecho a la salud, asistencia médica,
protección de los medios de subsistencia y servicios sociales, y el
otorgamiento de una pensión que está garantizada por el Estado.
El
instituto realiza en un día más de 486 mil consultas médicas, de las cuales más
de 330 mil son de medicina familiar, más de 79 mil son de especialidades, 58
mil son atenciones por urgencias y alrededor de 19 mil son consultas dentales.
Además,
diariamente se registran poco más de 5 mil 500 egresos hospitalarios y 4 mi 100
cirugías. También se atienen más de mil 200 partos.
De
acuerdo con el Sistema de Información Médico Financiero (SIMEF), en 2014, 5.2
millones de derechohabientes al ISSSTE utilizaron los servicios de salud del
Instituto, esto es el 40.8 por ciento de la población amparada.
Quienes
más utilizaron sus servicios fueron las personas de entre 50 y 59 años de edad.
Es en los estados de Zacatecas y Nuevo León, donde se registra más actividad y
el Estado de México y el Distrito Federal en los que menos.
Entre
las principales causas de hospitalización están las causas obstétricas, y la
colelitiasis y la colecistitis, seguidos por la diabetes, insuficiencia renal y
las enfermedades isquémicas del corazón.
Se
registraron 25.4 millones de consultas en 2014, siendo las primeras causas de
atención el control de hipertensión y diabetes. En seguida, se registraron las
infecciones de vías respiratorias superiores y la consulta dental.
Son
la diabetes y la hipertensión, la principal causa de mortalidad en el Instituto
y son una carga para la atención hospitalaria y de consulta externa.
En
ese contexto, dice el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria
(CIEP), si se quiere hablar de universalizar los servicios de salud en México
deberíamos empezar por unificar paquetes de salud, hacer el gasto en salud más
eficiente y evaluar si éste debería aumentar y finalmente disminuir
considerablemente el gasto privado.
ENTRE LO PÚBLICO Y LO PRIVADO
El
acceso a los servicios de salud es un derecho establecido en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo proveer de estos
servicios a toda la población requiere de un reto para los gobiernos, pues
implica valorar el modelo que se
adoptará, así como el nivel de gasto destinado a este fin, considerando el
gasto público y el privado.
Actualmente,
el modelo mexicano tiene características de los sistemas Bismark (utilizado en
Alemania) y el Beveridge (establecido en Inglaterra). Mientras el primero no
pretende dar servicios médicos a toda la población y se financia a través de
cuotas y pagos complementarios, el segundo sí tiene ese objetivo de cubrir a
todos los ciudadanos por medio de impuestos.
México
tiene características de ambos, pero se asemeja más al modelo Bismark, debido a
que cuenta con tres sectores que proveen servicios de salud: instituciones de
seguridad social, sector público [Secretaría de Salud] y sector privado.
El
financiamiento en nuestro país se realiza
través de cuotas que cubren los trabajadores y empleadores (IMSS,
ISSSTE, etcétera) y pagos complementarios como es el caso del Seguro Popular
para aquellos débiles de la población mayores ingresos.
Sin
embargo, de acuerdo con el CIEP, no es
posible afirmar que los niveles de satisfacción de los pacientes son parecidos
a los niveles de satisfacción que reportan los pacientes en Alemania. De igual
manera, es sabido que el tiempo de espera para recibir atención médica en
México es considerable y no comparable con lo reportado en el modelo Bismark.
Alejandra
Macías Sánchez, investigadora del CIEP, opina que “lo ideal sería que
pudiéramos tener un esquema de seguridad social como el de Inglaterra, pero para
ello necesitamos que las finanzas públicas sean más fuertes, pero el gasto se
reparte en varias políticas que sólo van hacia la salud”.
Datos
de la OCDE muestran que el gasto público en salud en Alemania se ubicó entre el
8.3 y 9 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2012, por su parte,
Reino Unido gastó 7.8 por ciento en el mismo periodo. Respecto a gasto privado,
el primero ascendió a 2.7 por ciento del PIB, mientras en el segundo fue de 16
por ciento; es decir 1.5 por ciento del PIB.
En
México, el gasto público en 2012 fue de 3.1 por ciento del PIB y el privado se
ubicó en la misma cifra, lo que corresponde al 50 por ciento del gasto total
dirigido a servicios de salud.
El
presupuesto en salud en 1982 era del 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB). Para la administración del Presidente panista Vicente Fox Quesada
(2000-2006), el porcentaje cayó a 2.7 por ciento.
El
gasto que México destina a salud, dice el CIEP, está muy por debajo del
promedio que los países mas desarrollados gastan en este rubro. En Alemania,
que tiene un gasto en salud más alto, la proporción del gasto privado es poco
menos de la mitad de lo que se gasta en México de manera privada.
Tan
sólo el 11 por ciento de los gastos administrativos en el sector salud mexicano,
representan el triple del promedio entre los países de la OCDE.
Al
respecto, Alejandra Macías comenta: “Partamos que el 50 por ciento del gasto en
salud del país es privado: ya hay instituciones públicas privadas que otorgan
el servicio, habría que esperar cual es la propuesta del Ejecutivo, porque una
cosa es cómo se propone y cómo se opera”, aunque reconoció que sí significaría
un problema para los usuarios.
LA UNIVERSALIZACIÓN
El
Gobierno federal ha mantenido un discurso de proveer a la población mexicana
con servicios de salud de manera universal. En 2003, se llevó a cabo la Reforma
de Salud que dio paso a la creación del Sistema de Protección Social en Salud
(Seguro Popular) con el que se logró afiliar a cerca del 100 por ciento de la
población a alguna institución de salud, lo que no se tradujo en acceso
efectivo para toda la población a atención médica.
Aunque
el Seguro Popular constituye un avance importante para mejorar el acceso a la
salud de los mexicanos, según datos la consultora PricewaterhouseCoopers México
(PwC) hasta 2013 el 20 por ciento de la población aún no estaba afiliada a esta
modalidad de servicio. Mientras que 13 por ciento del padrón está duplicado con
población derechohabiente del IMSS o del ISSSTE.
Hasta
ahora, sólo el 2.8 por ciento de la población se atiende en instituciones
privadas.
En
ese contexto, un tema de discusión entorno a las reformas y que ha generado
especulación sobre una posible privatización del sector salud es la llamada
“universalización” de los servicios.
En
septiembre de 2014, la Secretaria de Salud, Mercedes Juan López, dio a conocer
que el gobierno federal trabajaba para crear un sistema universal donde los
tres principales organismos de salud ofrecieran un servicio convergente.
El
investigador de la Universidad Autónoma de México (UAM), Gustavo Leal
Fernández, considera que “esta propuesta camina justo en el sentido opuesto de
estas demandas de la sociedad. Se pretender modificar el Artículo 4 para
degradar el derecho a la salud”. Además detalla que las principales demandas de
la sociedad son mejor atención y que el Estado las garantice.
Información
de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, indica que siete de
cada 10 usuarios de consultorios privados están afiliados a un servicio de
salud; 39 por ciento al Seguro Popular y 29 por ciento a la seguridad social.
El
organismo detalló que el 79 por ciento de las medicinas las pagan las personas
y que el gasto de bolsillo para pagar consultas particulares, medicamentos o
tratamientos representa el 44 por ciento del total.
Para
el especialista de la UAM, la Secretaría lo que quiere es que el Estado se
comprometa sólo atender a un grupo de padecimientos y que se hagan explicitas
las garantías que éste cubra.
“Pero
resulta que estas garantías son sólo las que se abarcan los paquetes básicos
del Seguro Popular, que no cubren, como una aseguradora privada lo que nos
enferma y nos mata, es decir las 288 intervenciones de (causes) de servicios
esenciales”, precisa.
Leal
Fernández agrega que “lo que el gobierno nos quiere ofrecer es una póliza de
gastos médicos menores cuando lo que demanda es una de gastos mayores”.
Este
hecho respalda las especulaciones sobre una supuesta quiebra financiera del
IMSS y el ISSSTE que desembocaría en la privatización de las instituciones de
salud y en la intención de que se adopte el modelo anglosajón para que los
mexicanos gasten más en este sector.
¿ISSSTE E IMSS EN QUIEBRA?
Tras
la entrega de los Informe sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS
2014-2015 y el Informe Financiero y Actuarial 2015 del ISSSTE, el Diputado
perredista Miguel Alonso Raya advirtió del riesgo que tienen de sufrir una
quiebra financiera y comentó que “intencionalmente o no están dejando que ambas
instituciones se deterioren, que pierdan el apoyo social y la confianza, para
más tarde justificar la necesidad de reformarlas por inviables”.
El
legislador precisó que tanto la nueva Ley del Seguro Social, que entró en vigor
el 1 de julio de 1997, como la Ley del ISSSTE, en vigencia a partir del 1 de
abril de 2007 no garantizan una mayor cobertura de la seguridad social, una
mejor atención médica, pensiones dignas y la viabilidad financiera de estas
instituciones.
En
respuesta a una supuesta privatización del instituto, el encargado de la
Dirección General del ISSSTE, Luis Antonio Godina Herrera, dijo que era un
“rumor de redes sociales”.
El
presupuesto para el IMSS este año es de 497 mil 695 millones de pesos; es decir
tuvo un aumento de sólo 4.2 por ciento respecto a 2014, debido a que es la
institución de seguridad social con más ciudadanos inscritos: 71 millones 151
mil 867 personas al cierre de 2014, el 59 por ciento de la población total.
En
el informe financiero se establece que la situación financiera del IMSS
continúa bajo presión por la demanda creciente de servicios de salud, por lo
que ha tenido que recurrir a la generación de ingresos propios.
Los
niveles de déficit de operación se han mantenido desde 2012.
En
2014, los ingresos de operación fueron de 332 millones 227 pesos y el gasto fue
de 331 millones 955 pesos. El costo neto del periodo para el ejercicio de 2014,
ascendió a 764 millones 208 mil pesos.
La
perspectiva para el cierre de 2015 no es muy alentadora en cifras. Se proyecta
que los ingresos sean de 522 millones 129 mil pesos y un gasto de 524 millones
187 mil, es decir, un déficit de poco más de 2 millones de pesos.
El
IMSS prevé un crecimiento basado en ingresos propios que son de 305 millones 538
mil pesos y en la eficiencia en la
administración de recursos. También un
crecimiento de 5 por ciento anual por el incremento de los ingresos, ya que en
comparación con 2013, sólo tuvo un crecimiento de siete décimas.
Esto
sería generado por un crecimiento superior en el número de trabajadores
asegurados (0.3 por ciento anual en 2015-2041).
Pero
si los niveles de empleo, así como las mejoras en el salario no mejoran, hay un
efecto negativo también en el IMSS.
Por
su parte, el presupuesto del ISSSTE es de 208 mil millones de pesos.
Los
ingresos del año, sin considerar las transferencias del Gobierno Federal,
ascendieron a 88 mil 317 millones de pesos. Estos ingresos presentan un
incremento de 4.88 por ciento respecto a 2013, derivado del incremento de 3 mil
214 millones de pesos, en la recaudación de cuotas y aportaciones y al aumento
de 2 mil 232 millones de pesos en la venta de servicios otorgados por
TURISSSTE.
Sin
embargo, de los nueve fondos se registraron gastos y pérdidas por más de 22 mil
millones de pesos.
El
total de costos y gastos alcanzó un importe de 101 mil 108 millones de pesos.
Este resultado fue mayor en 8.18 por ciento respecto al ejercicio anterior.
En
cuanto a las transferencias del Gobierno Federal al ISSSTE, estas disminuyeron
10.30 por ciento, pasando de 14 mil 570 millones de pesos en 2013 a 13 mil 70
millones de pesos en 2014. Dichos ingresos se aplicaron para disminuir los
déficits de operación del ejercicio en cinco de los nueve fondos del Instituto.
Finalmente, el Estado de Actividades presentó un ahorro de 279 millones de
pesos.
En
cuanto al ahorro del presupuesto, de 2013 a 2014 es notoria un disminución
drástica, ya que pasaron de los 5 mil 310 millones de pesos a sólo 279 millones
de pesos, lo que refleja un financiamiento que si bien no muestra adeudos, se
encuentra al límite. Lo mismo ocurre con su indicador de solvencia –que indica
el importe de activos del Instituto para hacerle frente a las obligaciones del
mismo– que se ubicó en 1.84 pesos , después de estar en 2.06 pesos en 2013.
POSIBLES CAUSAS DEL DETERIORO
Los
institutos han intentado justificar que parte de dicha baja en sus finanzas se
debe a las enfermedades crónico degenerativas y el aumento en la esperanza de
vida, además por los montos que se destinan al pago de pensiones de los
trabajadores, sin embargo, especialistas en el sector salud y economía
coincidieron que se trata de un “problema integral y estructural” .
Gustavo
Leal explica a SinEmbargo que “la situación financiera que enfrentan los
Institutos tiene que ver con la privatización que hizo Ernesto Zedillo con la
Ley del Seguro Social de 1995 , cuando le quitó al IMSS su suporte de ingresos
principal que eran las pensiones y las colocó en el sistema privado que hoy
conocemos como afores”.
El
IMSS expuso en su reporte que el déficit se debe, entre otros factores, al
descenso de la fecundidad y una disminución en la mortalidad, que se ha
detectado ya desde hace tres décadas, es decir, un incremento en la esperanza
de vida y también, en un progresivo proceso de envejecimiento de la población,
lo que tiene como consecuencia, una mayor demanda de servicios de rangos más
altos de complejidad y costos.
Y
por lo tanto, también disminuye la población en edad de cotizar en relación con
los pensionados. De esos ingresos, gran parte se toma para financiar los gastos
médicos de los pensionados actuales.
Esta
situación también ha frenado la inversión en infraestructura, ya que para los
siguientes cinco años sólo se destinaron 27 millones 219 mil pesos. En este
rubro, para 2016 y 2017 se estima un déficit
de 15 y 16 millones de pesos respectivamente, por lo que será necesario
utilizar reservas del seguro de enfermedades y maternidad .
El
déficit que se estima para 2018 es de 21 millones 152 mil pesos y también sería
atendido por el mismo fondo, que en ese año se agotaría. El IMSS estima que
para el cierre de este año, las reservas serán de 13 millones.
De
acuerdo con el reporte del IMSS, durante 2014, el 26.6 por ciento del gasto en
el seguro de salud se concentró en cinco enfermedades crónicas: cáncer, daños
cardiovasculares, hipertensión arterial, problemas renaces y diabetes. Esto
significó el uso de 6 mil 336 millones de pesos.
En
cuanto a créditos personales, se otorgarán en 2015, 24 mil millones de pesos.
En
el último año, se registraron un total de 25 millones de consultas, se
realizaron 251 mil cirugías, 363 mil hospitalizaciones. Se invirtieron mil 359
millones de pesos en infraestructura.
Los
subsistemas públicos están golpeados también por el pago de pensiones. Sólo en
el ISSSTE este rubro representa 60 por ciento de su presupuesto.
De
acuerdo con su informe, durante 2014 el número de trabajadores afiliados al ISSSTE
tuvo un incremento de 4.3 por ciento. Para ese año, la mayor parte de los
trabajadores y pensionados del IMSS registró una edad promedio de entre 50 y 54
años y en menor medida, de 40 y 44 años.
En
ese panorama, para 2050 se contará con 1.95 trabajadores activos por cada
pensionado, por lo que el ISSSTE prevé modificaciones para atender a una
población más longeva y por lo tanto, a las enfermedades que esta padezca.
El
desabasto de medicamento es otro de los problemas que un derechohabiente debe
librar. Se estima que 33.6 por ciento el gasto de bolsillo que realizan los
pacientes, tiene que ver con la compra de medicina que no surten las farmacias
del sector público.
El
Diputado perredista Antonio Sansores Sastre, integrante de la Comisión de Salud,
menciona que “el IMSS cada año tiene más personal y hay más trabajadores que
van cumpliendo con la edad necesaria para retirarse […] además que la esperanza
de vida ha crecido y los beneficios que otorga de manera universal abarcan
hasta los hijos de los pensionados” .
Por
otra parte considera que “el Sector Salud invierte mucho en atender las
enfermedades crónico degenerativas, cuando se pueden prevenir como el caso de
la diabetes”.
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