Soy
un preso político; las acusaciones de secuestro y robo son falsas
Mario
Luna Romero, autoridad y vocero de la tribu yaqui, una de las figuras más
visibles del rechazo al acueducto Independencia, obra impugnada desde su
licitación en Sonora, habla por primera vez desde que fue detenido, el pasado
11 de septiembre, en Ciudad Obregón. Las preguntas de La Jornada son enviadas
por escrito por medio de la organización de la tribu yaqui comisionada para las
visitas.
Mario
no duda en responsabilizar al gobernador de Sonora, Guillermo Padres Elías, de
lo que pueda sucederle a él y a su familia. De igual manera, advierte,
responsabilizo al Estado mexicano en su conjunto por lo que pueda pasarle a
cualquier miembro de la tribu yaqui y a la integridad territorial del mismo
pueblo, ya que el Estado con sus omisiones a las leyes nacionales e
internacionales está poniendo en riesgo la supervivencia de este pueblo
milenario que lucha por no morir.
Es
irónico, indica, que mientras se anuncia una danza de miles de millones de
pesos para callar las protestas de los habitantes (de la ribera) del río
Sonora, a los voceros de la tribu yaqui nos persiguen y encarcelan para no
cumplir con las resoluciones judiciales que ordenan detener la operación del
acueducto Independencia y su posterior desmantelamiento.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Luna
Romero, de 43 años y padre de cuatro hijos (un varón y tres mujeres), espera
hoy tras las rejas el dictamen de libertad o el auto de formal prisión del
juzgado tercero de primera instancia de Hermosillo, Sonora. También mientras
espera el veredicto, su pueblo bloquea la carretera Internacional y en
distintas partes del mundo se organizan expresiones de solidaridad. En México
exigen su libertad inmediata el Congreso Nacional Indígena (CNI), el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y más de 150 organizaciones que
integran la Misión Civil de Observación.
Su
detención, le informaron, fue en cumplimiento de la orden de aprehensión girada
hace un año por privación ilegal de la libertad y robo de vehículo, denunciados
por Viviana Bacasegua y Francisco Delgado Romo: Me dijeron que sólo hasta hoy
habían podido ejecutarla. Yo le dije al subprocurador que me fue a ver que no
me habían aprehendido porque no habían querido, pues yo tengo constante
actividad pública en toda la tribu y en varias ciudades dentro y fuera del
estado. Me detuvieron cuando quisieron, pues realmente yo nunca me escondí ni
opuse resistencia.
Junto
con su defensa, el representante yaqui solicitó la ampliación del término
constitucional y se reservó el derecho a declarar. El lunes 15 mis abogados
trajeron a declarar al juzgado tercero de lo penal a los testigos que yo
presenté, aparte de las autoridades tradicionales, para hacer constar que no
estuve en el lugar de los hechos y yo no doy órdenes en mi tribu, al contrario:
yo estoy bajo las órdenes de mis autoridades y del pueblo.
La
detención del integrante de la autoridad de Vícam, uno de los ocho pueblos que
conforman la tribu, se da en un contexto en el que –dice Luna desde el Centro
de Readaptación Social número dos, en Hermosillo– los gobiernos estatal y
federal se encuentran enfrascados en una lucha mediática en la que ninguno de
los dos quiere asumir las responsabilidades jurídicas, políticas y sociales de
las acciones corruptas y de omisión que han derivado en malversación de fondos
del ejercicio público, acaparamiento y venta de recursos naturales como agua y
minerales, sin olvidar los grandes lotes en Hermosillo y demás partes de la
sierra sonorense, y acciones tan criminales como los tandeos de agua a la
población de la capital del estado.
El
panorama, añade, contempla también la publicación de que el gobernador
Guillermo Padrés se construye para uso particular una presa con capacidad de 4
mil millones de metros cúbicos, a la par que construye el acueducto
Independencia, obra mediante la cual despoja de agua a nuestra tribu yaqui, sin
un estudio mínimo de impacto ambiental y mucho menos justificación alguna. Y
todo ante la complacencia y silencio cómplice de la Conagua, Profepa, Semarnat
y demás.
Otro
elemento que rodea su detención es la contaminación del río Sonora, que debería
abastecer de agua a la ciudad de Hermosillo y sus habitantes. Y todo esto
mientras se abren 3 mil hectáreas de cultivo agrícola y se proyectan
desarrollos inmobiliarios con lagos artificiales y parques acuáticos. Y al
mismo tiempo organizan una campaña de odio racial contra la tribu yaqui y
fabrican escenas criminales para desprestigiar a los defensores del río Yaqui.
En
estos cinco días de prisión, Mario Luna no sólo ha recibido la solidaridad de
organizaciones nacionales e internacionales. En el Cereso, custodios e internos
le muestran respeto y le brindan apoyo y seguridad. Escucharon por la radio
sobre su detención y desde que llegó le manifestaron simpatía y adhesión a su
causa. Los reos le ofrecieron una cobija, un traste para comer y agua limpia,
como muestra de apoyo e indignación con el gobierno.
NO DEBEMOS CAER EN EL JUEGO DEL GOBIERNO
Hombre
de campo, curtido en las batallas por los derechos indígenas, Mario Luna no
duda en advertir que no debemos caer en el juego perverso del mal gobierno de
enfocar la lucha en mi liberación y descuidar la lucha por el agua y
territorio.
Además,
indica, no tienen ningún argumento jurídico válido para mantenerme encerrado.
Es claro y evidente que soy un preso político, porque están violando todos mis
derechos políticos, constitucionales y humanos. Me acusan de un delito
inexistente, del cual no fui partícipe; en la tribu yaqui se aplicaron las
normas y leyes internas, y usos y costumbres, a una persona que se dijo yaqui y
que además resultó un conocido operador político de Guillermo Padrés.
Inscribe
su detención en el contexto de persecución a quienes luchan por defender su
territorio. Hoy, dice, “veo con más claridad y admiro aún más la fortaleza y
dignidad de otros luchadores sociales que se encuentran en la misma situación
que yo, como (José Manuel) Mireles, de Michoacán; Ernesto Salgado, Juan Carlos
Flores y Enedina Rosas, de Puebla, y muchos otros que enfrentan penas injustas.
“A
los compas zapatistas les agradezco su solidaridad y apoyo por medio de mis
compañeros de lucha dentro del Congreso Nacional Indígena (CNI). Agradezco
también a la Misión Civil de Observación a la consulta yaqui, integrada por más
de 150 organizaciones de la sociedad civil. A las compas y los compas solidarios
que desde sus humildes trincheras han manifestado su preocupación y apoyo, sólo
les puedo decir que permanezcan firmes. ¡Namakasia! ¡Vamos a ganar!”
(DOSSIER
POLITICO / La Jornada/ 2014-09-17)
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