Desde
la cúpula universitaria hay un nuevo mutis en el tema de plagio; esta vez el
denunciante es un prestigiado investigador de El Colegio de la Frontera Norte,
Alejandro Espinoza Valle, y el texto copiado viene de una publicación de esa institución
en un tema delicado para la comunidad universitaria. Quien tomó los textos del
investigador es Luis Ongay Flores, director del Centro de Estudios Culturales
de la Universidad
Al
revisar la tesis de una de sus alumnas de maestría en El Colegio de la Frontera
Norte en Tijuana, el investigador Víctor Alejandro Espinoza Valle encontró
primero unas ideas y luego un texto que le parecieron familiares.
Leyó
el documento y se dio cuenta que era parte de un material elaborado por él,
pero en la cita del trabajo académico, se le atribuía a otra persona.
“Estaba
muy molesto con mí estudiante, y le pedí que me explicara, me dijo que lo había
tomado de un documento, y al revisarlo, mi sorpresa fue que no se trataba de
tomar una idea, sino párrafos y párrafos completos” expone Espinoza Valle en
cuanto a la acción que considera un delito: plagio.
El
texto en cuestión estaba firmado por Luis Ongay Flores, un egresado de la
Licenciatura en Administración Pública por la Universidad Autónoma de Baja
California en Mexicali y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de
Sinaloa. Desde abril de 2010 se desempeña como director del Centro de Estudios
Culturales de la UABC.
“Se
trata de una situación de plagio, amén de hacer citas mal hechas de otros
autores. Lo cierto es que ahí había un problema de plagio. En la academia es
uno de los hechos muy cuestionados”, expone el prestigiado académico
bajacaliforniano con Doctorado en Ciencia Política por la Universidad
Complutense de Madrid y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y
actual investigador de El COLEF.
El
texto de Ongay fue publicado en la revista Culturales -del CIC Museo- en la
edición de enero-junio de 2010, bajo el título “No Soy Mexicano, Soy de
Tijuana, Juventud e Identidad en la Frontera Norte de México”.
El
original fue publicado por Espinoza Valle en 2008, bajo el título “Alternancia
Política y Gestión Pública”, en edición conjunta COLEF-Plaza Valdez Editores.
A
raíz del descubrimiento, el investigador envió, el 22 de agosto de 2014, un
documento dirigido al rector de la UABC, Felipe Cuamea -con copia entre otros
al COLEF-, donde notifica lo sucedido y solicita “una respuesta acorde con la
gravedad de los hechos denunciados, conforme a los códigos de ética de la
academia internacional y nacional”,
escribió Espinoza Valle en el documento, y amplió:
“Uno
de los valores compartidos por las comunidades científicas, es el respeto a las
autorías de las ideas y escritos de los autores. No hacerlo así es considerado
plagio, y se reconoce como una acción grave que debe ser sancionada por las
autoridades competentes y por el resto de la comunidad. Es la única vía para
recuperar el prestigio de la institución donde se cometió la falta”, sentenció
el investigador de El COLEF, en reclamo a una respuesta que hasta la fecha no
ha llegado.
En
febrero de 2014, ZETA publicó la denuncia de un doble plagio a Sergio Castro
Becerra, egresado de la UABC Ensenada, por estudiantes de maestría de la
Universidad Autónoma de Nuevo León, pero la Máxima Casa de Estudios no actuó en
consecuencia. Luego, en junio, el pedagogo Rafael Reséndiz denunció cómo un
trabajo propio fue reproducido en un documento de la UABC -el Modelo Educativo-
y exhibió el plagio, pero no hubo respuesta desde Rectoría. “No voy a hablar
sobre ese tema”, dijo tajante y sin más explicación el aún rector universitario
Felipe Cuamea.
COPIAS
La
UABC publicó en la revista Culturales -volumen VI, número 11, de enero a junio
de 2010-, un ensayo sobre la ideología fronteriza basada en el modelo de
Tijuana enfocado a lo que significa ser joven en un contexto de globalización.
“¿Puede
darse una identidad cosmopolita como respuesta cultural lógica al proceso de
mundialización y a la globalización económica que lo acompaña?”, es la pregunta
eje que mueve a la disertación firmada por Luis Ongay, titulada “No Soy Mexicano, Soy de Tijuana,
Juventud e Identidad en la Frontera Norte de México”, que incluye 13 citas y se
extiende a lo largo de 42 páginas.
Ahí
fue donde Espinoza Valle descubrió una serie de párrafos copiados, algunos
entrecomillados, otros no, otros más citando a Alejandro Espinoza -un escritor
cachanilla, homónimo- y un título del Instituto de Cultura titulado “Las
Visitas”, publicado en 1997, que al parecer no tiene nada que ver con el tema.
El
investigador se muestra evidentemente molesto, menciona casos como el de
Sealtiel Alatriste, funcionario de la UNAM que retomó algunos párrafos de otros
autores en sus artículos periodísticos, pero al descubrirse el plagio hace dos
años, fue tal la presión que tuvo que regresar el prestigioso Premio “Javier
Villaurrutia” e incluso renunciar a la universidad.
“Es
un delito muy grave hacer un plagio”, asevera el ex director general académico
de El COLEF, en alusión a los artículos 427 y 28 del Código Penal Federal, el
cual cita:
“Se
impondrá prisión de seis meses a seis años, y de 300 a 3 mil días de multa, a
quien publique a sabiendas una obra sustituyendo el nombre del autor por otro
nombre”.
Espinoza insiste en que se trata de un hecho
grave, y menciona también la Ley de Derechos de Autor, refiriendo que paso de
la sorpresa a la indignación, al descubrir el plagio en el trabajo publicado
por la UABC.
De
igual manera, indica que los delitos de plagio no prescriben, que no se trata
de un error de forma donde se les haya pasado entrecomillar, dado que se
tomaron varios párrafos.
“Fue con toda la alevosía y la ventaja, el
tomar los textos y atribuírselos, es gravísimo porque es el trabajo de uno y es
lo más mal visto en el mundo científico-académico, y las instituciones donde
sucede esto, las que desean preservar su prestigio, pues tienen que tomar
cartas en el asunto”, acusó.
El
investigador hace alusión de casos como el de países europeos, uno de ellos
implicó la caída de un Presidente, al que se le sorprendió el plagio en su
tesis de doctorado.
“No se puede dejar pasar esto, a un estudiante
de postgrado que se le sorprende plagiando, se le da de baja inmediatamente, no
hay contemplaciones”, dice en referencia a la política de El COLEF en ese tema.
“Todas las universidades de prestigio
explícitamente tienen reglamentado sobre el plagio, en Estados Unidos es baja
automática de cualquier universidad. Es el equivalente a un hurto, se está
robando no solo la idea, se toman párrafos y párrafos, y no hay comilla
alguna”.
Aparte,
cuestiona que el texto haya aparecido en una revista arbitrada que se revisa
por dos académicos de otra institución, dictaminan y, si es favorable, se
publica. Además, Luis Ongay encabeza el CIC Museo, el cual funge como Unidad
Académica, donde se oferta la Maestría en Estudios Culturales.
“Es
más preocupante aún, pues si él es un directivo, tiene bajo su responsabilidad
publicaciones e investigaciones. Él tiene que supervisar el trabajo académico
de los investigadores, no es alguien que no sepa cuáles son las reglas de la
academia”.
Emitido
con fecha 22 de agosto, un mes después, la UABC no ha dado respuesta al
cuestionamiento de Espinoza Valle, aunque agrega;
“El
pasado 11 de septiembre recibí una comunicación personal por parte de Luis
Ongay, donde se minimiza la gravedad de sus actos, pero no es la respuesta
solicitada a la institución; incluso yo no formulé petición alguna, ni lo
incluí en el oficio enviado al rector. La respuesta la espero de este último”.
Se
buscó la versión del director del CIC Museo, pero, bajo el argumento que se
trataba de una situación institucional, se rehusó a la entrevista.
ROBO
La
doctora en Derecho y académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, Ana
Laura Nettel Díaz, publicó en la revista especializada de esa institución
-Alegatos, es el nombre-, edición número 83, abril de 2013, un interesante
artículo relacionado con el plagio.
Comenta
sobre el origen del término -que viene del latín- y la etapa romana en la Edad
Media, y que metafóricamente tiene que ver con el robo de niños.
Bajo
la óptica de que la obra es “el hijo” de artistas y creadores, resulta el
equivalente a un rapto, a un robo de infante.
Entre
el detallado análisis, la especialista refiere que en México no existe
legislación al respecto, y que la Ley lo infiere como un acto administrativo.
Incluso cita la Ley de Derechos de Autor y la parte del Código Penal, pero
asegura que no hay claridad en ese precepto.
“Es
importante aclarar que no existe el plagio como delito en la legislación
mexicana”, expone Nettel Díaz, citando a otro especialista, José Luis Caballero
Leal, quien durante una reciente mesa de análisis denominada “El Plagio
Literario”, mencionó textualmente que “… en las poco más de 22 mil palabras que
consta la Ley de Derechos de Autor y su reglamento, no hay una sola que defina
el plagio. Es interesante hacer notar que la palabra plagio tampoco se
encuentra en el Glosario de la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual”.
Además,
“… el Artículo 215 de la Ley Federal del Derecho de Autor, reconoce competencia
de los Tribunales de la Federación respecto de los delitos relacionados con el
derecho de autor que se encuentran en el título XXVI del Código Penal Federal.
Los delitos de esta materia se encuentran tipificados en los artículos 424 al
427 de dicho código, entre los supuestos contemplados, no se encuentra uno que
haga referencia al plagio de manera específica, ni algún supuesto que se
pudiera asimilar”.
Textualmente,
el Artículo 427 del Código Penal Federal señala que “… se impondrá prisión de
seis meses a seis años y de trescientos a tres mil días multa, a quien publique
a sabiendas una obra substituyendo el nombre del autor por otro nombre”. En el
mismo texto, la doctora en Derecho menciona como parte importante la idea de la
originalidad.
“La
diferencia entre un autor y un plagiario, aun asumiendo la idea de que toda
obra se crea apoyándose en otras obras, es que en una obra original hay una
plusvalía en el sentido de la novedad, en cambio, en el plagio se trata
simplemente en la copia de las ideas de otros, y presentarlas como propias”.
En
la parte de las concusiones, destaca una idea central de la doctora Nettel
Díaz:
“Si
propiciamos la repetición de las ideas de otros sin manifestar el
reconocimiento a quien las creó, no estamos propiciando la creación, estaremos
promoviendo la pereza. Por el contrario, el reconocimiento al autor por la
originalidad de su obra, es precisamente lo que estimula la creación. Hay una
gran diferencia entre repetir lo que otros han creado, apropiándoselo, que es
lo que hace el plagiario, y usar lo que otros han creado para, a partir de
ello, hacer una obra nueva, es decir, crear…”.
Al
preguntar sobre la posibilidad de que las universidades puedan legislar sobre
el tema del plagio, la consultada expone: “Por supuesto que las universidades
pueden, y considero que deberían legislarlo en su reglamento interno y resolver
a través de un Tribunal de Honor los casos de los académicos que incurran en
faltas a la ética. Un ejemplo conocido es el de Sealtiel Alatriste, quien tuvo
que renunciar a su cargo en la UNAM, como consecuencia de acusaciones por
plagio”.
La
doctora en Derecho concluye: “Respecto al plagio, por llamarlo de alguna forma
‘académico’, considero que debe sancionarse con un gran rigor, pues de otra forma
se pierde la seriedad de la investigación científica. Desgraciadamente este
tipo de plagio es muy frecuente tanto entre pares, como por parte de profesores
que se sirven del trabajo de sus alumnos, sin darles crédito”.
CONFIRMAN QUE UABC PERDIÓ 26 MILLONES DE
PESOS EN LA BOLSA
El
diputado Rodolfo Olimpo Hernández confirmó que la UABC ha perdido en
operaciones bursátiles un estimado de 26 millones de pesos durante 2014 -año
cuyas cuentas no han sido revisadas-, de acuerdo a datos anexos aportados por
el Órgano de Fiscalización Superior en
la entidad.
“Se
hizo una estimación en este año y se habían perdido cerca de 26 millones, de
acuerdo a una información que nos llegó de último momento del ORFIS”, sostuvo
el diputado presidente de la Comisión de Fiscalización del Gasto Publico, quien
añadió que esa cuenta se tendrá que revisar formalmente hasta el año próximo.
“Lo
que pasa es que hubo una consulta de parte de los auditores que están
encargados de revisar a la Universidad porque siguen en la postura de que ellos
están en plena libertad jurídica de contratar los recursos de la Universidad
con este tipo de instrumentos jurídicos”, dijo el legislador por el Partido
Encuentro Social.
“Al
haberse realizado la consulta por parte de los propios auditores del ORFIS a su
órgano jurídico interno para que emitiera una opinión, fue donde surgió a la
luz, el detalle que consideramos ya un poquito alarmante”.
Apenas
la semana pasada, desde la UABC se distribuyó un documento firmado por el
Patronato Universitario donde se argumenta que utilizaron estas estrategias
buscando “el mejor aprovechamiento a los recursos universitarios”, sosteniendo
además que se trata de recursos propios, que no forman parte de los subsidios
federales y estatales.
“Somos
muy respetuosos de la opinión que puedan tener al interior de la Universidad,
sin embargo, tenemos que sujetarnos a Derecho, hemos explorado y analizado a
profundidad los alcances de lo que representan las facultades del Congreso del
Estado, a través del ORFIS, de auditarla.
“Tenemos
plenamente estudiado, y aclaro que cualquier recurso que ingrese a la
Universidad, sea bajo crédito, subsidios de la Federación, de los estados, las
cuotas que pagan los alumnos, los ingresos que reciben de los sorteos. Al
momento en que una entidad pública registra cualquier efectivo en sus cuentas,
ya se entiende como un recurso público, sujeto a fiscalización en los términos
de la Ley”, detalló Rodolfo Olimpo Hernández.
Para
concluir, comentó que la Cuenta Pública de la UABC correspondiente al periodo
fiscal 2012 no se ha podido votar en la Comisión, ya que hasta el momento
adolece de la firma del rector, Felipe Cuamea Velázquez.
(SEMANARIO
ZETA/ Sergio Haro Cordero/ 29 de Septiembre del 2014 a las 19:30:00)
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