La ofensiva contra Gaza se ha convertido en una carnicería
que no obedece solamente a los arraigados odios entre los habitantes de
Israel y Palestina. Tiene mucho que ver, dicen los analistas, con
cálculos políticos y forcejeos internos en las cúpulas gobernantes de
ambas naciones. La ultraderecha israelí tacha de tibio a su primer
ministro Benjamin Netanyahu y lo presionó para que ordenara el ataque
terrestre que se inició el jueves 17. Por su parte, los fundamentalistas
musulmanes acusan al presidente Mahmud Abás de no saber qué hacer y
toman acciones de revancha.
JERUSALÉN (Proceso).- La actual ofensiva de Israel contra Gaza, la
cuarta en ocho años, evidencia fisuras en los gobiernos israelí y
palestino que dificultan la toma de decisiones, agrandan el abismo entre
mandatarios y ciudadanos, y alejan a ambas naciones de un arreglo.
El ataque muestra además que la derecha israelí y el movimiento
islamista Hamas –en control de la franja de Gaza– aprovecharán estos
episodios de violencia cíclica a fin de mantenerse en el poder, según
analistas.
Después de una ofensiva aérea de dos semanas –con saldo hasta el
jueves 17 de 220 palestinos y dos israelíes muertos, casi 2 mil heridos,
infraestructura destrozada en la ya de por sí miserable Gaza, o
poblaciones de Israel temerosas ante la lluvia de cohetes lanzados desde
la franja–, el ejército israelí inició la noche del jueves 17 un asalto
terrestre sobre Gaza.
Tanques israelíes ingresaron a la franja al
tiempo que el territorio era bombardeado por la fuerza aérea y la
armada. Las imágenes proyectadas por medios internacionales mostraban
zonas urbanas oscuras con el cielo iluminado intermitentemente por el
estallido de las bombas.
De acuerdo con el diario Jerusalem Post, el primer ministro israelí
Benjamin Netanyahu ordenó la operación terrestre durante una reunión con
su gabinete de seguridad, luego de que Hamas rechazara un cese al fuego
propuesto por Egipto y después de que varios militantes de esa
organización intentaron infiltrarse a Israel a través de un túnel desde
Gaza.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1968 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
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