La Viña del Señor
Andrés
Manuel López Obrador, mejor conocido como el Peje, se salió con la
suya. El INE acreditó a su Movimiento de Regeneración Nacional como
partido político y por ende podrá competir en las próximas elecciones
con financiamiento público.
En
los partidos de nueva creación Encuentro Social dirigido por el pastor
evangélico Hugo Flores Cervantes, quien fue oficial mayor de la Semarnat
en 2007 hasta que fue destituido por la Secretaría de la Función
Pública y fue suplente de la diputada panista Teresa Ortuño y
Frente Humanista está encabezado por sectores campesinos que dirigen
los ex panistas Javier López Macías y Ricardo Pinacho Ruiz, algunos han
detectado un tugo blanquiazul.
Tienen
razón aquellos que hablan de partidos nuevos con políticos viejos, pues
cuando los políticos y sus partidos están más devaluados se insiste en
encarecer la “democracia”.
Las
elecciones del año entrante serán el termómetro del estado en que quedó
la izquierda luego de la salida del tabasqueño y sus huestes de las
filas del PRD.
Ahora
sí el partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y
otros, luego del fraudulento proceso electoral de 1988 en que Carlos
Salinas de Gortari se agenció la presidencia ganada de calle por el
michoacano, con registro del PMS heredero del PSUM y del PCM, tendrá
competencia desde la propia izquierda.
Los
Chuchos, como se conoce a la corriente Nueva Izquierda liderada por
Jesús Ortega y Jesús Zambrano Grijalva, dueña de la franquicia, tienen
como reto imponer a su partido –suyo, de ellos- como la mejor opción
política, a pesar de que su papel en el Pacto por México no dejó bien
parado al solazteca ante algunos sectores. La reforma fiscal, es
ejemplo.
De mesías tropical al buró político de Morena
Visto
por la derecha como un enemigo a vencer, fue calificado por el
historiador Enrique Krauze como “el mesías tropical” y su figura formó
parte del elenco de programas de Televisa de corte humorístico, sin
embargo su popularidad y arrastre de masas quedó evidenciado ante el
intento de desafuero para descarrilarse su candidatura durante el
foxiato, en donde gentes tan fogueadas como Manlio Fabio Beltrones o el
propio general Rafael Macedo de la Concha, entonces titular de la PGR,
quedaron en ridículo.
De
reconocida viveza política Piedra o el Comandante, como se conoció a
AMLO en sus inicios en la grilla priísta, allá, en su natal Tabasco,
mermó su imagen al permitir colocarse una banda presidencial como
“presidente legítimo” del país, luego de la elección de 2006. Esa
teatralidad, visto a ojos de algunos, como pura faramalla, en una nación
surrealista como la mexicana, fue tomada como puro show, tan común en
el centro.
Derrotado
por Monex y Felipe Calderón… perdón, por Enrique Peña Nieto y el PRI,
en 2012, optó ante la actitud colaboradora con el nuevo gobierno de Los
Chuchos, dueños y señores de la franquicia perredista, de fijar su
propio rumbo.
Con
la autorización del INE de darle para adelante a Morena como entidad de
interés público (artículo 41 de la Constitución) el Peje, tiene en sus
manos una institución --suya, de él--, para presionar y una nomenklatura
desde donde hacer travesuras.
Ojala
que su conocido estalinismo –mucho o poco— o cerrazón –conocida por sus
allegados-- no impida convertir a Morena en un verdadero partido de
izquierda democrática y se imponga al interior el caudillismo y el culto
a la personalidad del líder, en este caso la personalidad que más masas
mueve en México, casi a la altura de Hidalgo y Juárez, que ya es mucho
decir. Las nunca antes vistas multitudinarias marchas del desafuero en
2005 quebraron a Fox y su aliado el PRI.
¿De veras la Nueva Izquierda es nueva, nueva?
Muy
señalada por su intervención en el Pacto por México, la Nueva Izquierda
(ese Estado dentro del Estado) del PRD, la tribu que ostenta el poder
dentro del partido ha perdido aire interno y por eso busca encandilar a
Cuauhtémoc Cárdenas para que asuma su dirigencia nacional.
El
hijo del Tata Lázaro, demostrando astucia quiere la mesa servida para
no correr riesgos de ser utilizado por ese alicaído grupo.
La
situación de Michoacán, una entidad que gobernó durante varios sexenios
y su derrota ante el priísta Fausto Vallejo, también han pegado fuerte
en el prestigio del partido.
¿Sigue el proletariado sin cabeza?
Morena,
libre de los estigmas que pesan sobre el perredismo, tiene la
posibilidad de convertirse en opción de cambio político, tal como en su
momento lo fueron el PRD, el PMS, el PMT, el PSUM o el abuelo de todos
el Partido Comunista Mexicano (PCM), pues la izquierda aunque ha ganado
el debate cultural, como decía Carlos Monsiváis, se ha quedado en la
orilla.
Criticado
en su momento el PCM por José Revueltas en su “Ensayo sobre un
proletariado sin cabeza” por incumplir con su función histórica de
liderar la toma del poder por parte del proletariado, esa clase
revolucionaria predestinada desde la óptica de Carlos Marx, Federico
Engels, Lenin, Mao, Salvador Allende, Fidel Castro y el Ché Guevara, a
imponer su dictadura sobre la burguesía y los capitalistas, por la vía
de las armas –la violencia revolucionaria— o las elecciones, como
marcaron las experiencias de la Revolución Cubana y la vía chilena al
socialismo, con el triunfo de la Unidad Popular.
Descartadas
las vías de la dictadura del proletariado y la lucha armada, que tantas
vidas jóvenes costó, según ha denunciado Mario Vargas Llosa y que en
México con la Liga Comunista 23 de Septiembre, en Uruguay con los
Tupamaros, en Argentina con los Montoneros, en Perú con el grupo maoísta
Sendero Luminoso o el MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amarú)
cuya toma del Palacio de Justicia terminó en una masacre por órdenes de
Alberto Fujimori El Chino y las FARC –la guerrilla más longeva de
sudamérica-- en Colombia, dejaron ríos de sangre inocente, en Europa
antes que en América Latina los partidos socialistas accedieron al
gobierno, como el PSOE de Felipe González en España o el Partido
Socialista Francés de Francois Mitterrand, en lo que se llamó el
eurocomunismo, antes de la caída del Muro de Berlín, el desmoronamiento
de la URSS y la salida de los países del Este del bloque soviético.
Posteriormente
los partidos de izquierda, algunos de ellos populistas, solos o en
coalición, llegaron al poder vía las urnas en América, a excepción del
FSLN de Nicaragua en 1979, en que la dictadura de Anastasio Somoza tocó
retirada ante el empuje de la guerrilla, pero fuera de ahí, llegaron al
gobierno el Partido del Trabajo en Brasil, en Chile, Uruguay y hasta el
FMLN de El Salvador, que luego de los acuerdos de paz, dejó las armas y
se convirtió en opción política y actualmente es la fuerza mayoritaria
en el país centroamericano, al igual que los sandinistas encabezados por
el presidente Daniel Ortega Saavedra en la tierra de Rubén Darío,
convertido una vez el Frente Sandinista en partido que ha transitado del
gobierno a la oposición tras la derrota ante Violeta Chamorro, para
luego volver al poder.
Tras
esa larga experiencia en otras partes del orbe, la izquierda mexicana
en su conjunto (llámese PRD, Morena o los partidos bonzai PT y
Movimiento Ciudadano) tiene retos importantes que afrontar y el primero
de ellos es superar el divisionismo, que ha sido su enfermedad infantil o
la falta de un deseable programa político único de avanzada, cada vez
más difícil de estructurar en una sociedad tan plural y diversa como la
nuestra. Por eso decimos ¡Bienvenida Morena a la contienda política! A
la vez que hacemos votos para que el líder moral, como ahora le llaman a
los caudillos u hombre fuerte, la dejen cuajar como alternativa
ciudadana.
Así
las cosas, Morena en Guaymas tendrá que demostrar su valía, en tanto
que el PRD porteño, no ha logrado alcanzar sus mejores tiempos, vividos
en 1997, cuando Sara Valle Dessens, contendió por la alcaldía –a quien
entonces consentida de AMLO tanto Armando López Nogales como el Ronco
Miguel Angel Murillo se negaban a impulsar su revocación de mandato al
frente del Gobierno de Ciudadanos-- y ahora las diferencias internas
dentro del grupo de Nueva Izquierda los mantienen postrados y sin
candidatos propios fuertes para encarar los comicios venideros, a pesar
de la probada capacidad del profesor José Guzmán López González y su
gente, mientras Los Diablos, no cesan de colaborar con el gobierno del
Nuevo Sonora en donde ostentan dos direcciones, la de Alcoholes con
Oliver Flores Bareño y el ISEA con Margarito Santiago, cuestión que para
anda extraña cuando con Bours trabajaron en la SEC tanto Jesús Avila
Godoy como el doctor Reynado Rodríguez Ortiz y Juan Manuel Sauceda
aprobó el programa Sonora Proyecta, los tres exalcaldes de Empalme o el
caso de la diputada Hilda Alcira Chang actualmente, quien ha votado en
bloque con la fracción blanquiazul. Eso trae muy boca bajeado al
perredismo en Sonora, en donde ha ido de más a menos.
Habilidoso
como es, el Peje en su visita a Sonora, quizá para no quemar a Alfonso
Durazo, ni a Ana Gabriela Guevara, ante las pocas posibilidades de
Morena de ir por la gubernatura en 2015 destapó –a través del vil
dedazo-- al ex alcalde de Cajeme Javier Lamarque Cano, como candidato.
Antonio Torreblanca, Santos Alberto Tarín Espinoza y demás morenos del
partido amlista tienen tarea para posicionarse como opción seria de
gobierno.
Es
sabido que al interior del PRI y el PAN locales, la cuestión arde y con
ello habrán de batallar los perredistas y morenos. En el tricolor el
Gato Bárcenas de mano de Otto Claussen Iberri, busca figurar en las
boletas a costa del doctor José Luis Marcos León Perea, quien cree tener
todo el derecho de gobernar a los porteños, aunque “lo marro” dicen por
ahí, pone en entredicho su viabilidad, En el PAN la puja está entre
Manuel Villegas y Lorenzo Décima y los golpes bajos también. Los
pacobuenistas andan a todo lo que dan. Por cierto todavía recuerda
Alonso Arriola, cuando para sacarlo de la secretaría del ayuntamiento y
dejarle libre el camino a la candidatura al armador Manuel Aguilar
Juárez, Héctor Larios, secretario de gobierno, con todo el power, le
ofreció una dirección en Hermosillo para él y para su gente de la Bola
tres regidurías, tres puestos de funcionarios de primer nivel en el
Ayuntamiento y tres cargos menores, una vez ganada la elección. Le
cumplieron el primer ofrecimiento y del resto, ni Larios, ni el
empresario pesquero volvieron a hablar.
Como
puede ver el observador lector, la izquierda no la tiene fácil en la
entidad este 2015 y menos si va separada, cuando el agarrón entre el PRI
de Alfonso Elías y el PAN-Gobierno está en ascenso. La elección de
2018 ya será otra historia.
Los guaymenses, la verdad poco pueden esperar de su izquierda, cuando hasta de la autoridad moral cojea.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/ Sábado, 12 de Julio de 2014 09:21)
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