Cada vez hay más grupos vecinales que cuentan con protocolos de reacción para enfrentar a la delincuencia. Las autoridades ignoran sus denuncias y atribuyen su existencia a movimientos políticos
El secretario de Seguridad Pública afirma que no se tiene conocimiento de
algún grupo de autodefensa en la Ciudad de México
Los vecinos crearon el perfil en Facebook: Tlahuac denunciómetro, como uno
de los frentes de resistencia
La inseguridad es, sin duda, el talón de Aquiles de la administración de Miguel Ángel Mancera. Tanto, que los habitantes de esta ciudad se constituyen en grupos de autodefensas.
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) ha negado estas versiones. Sin embargo, cada vez son más los ciudadanos que se organizan para combatir por su cuenta los índices delictivos en la capital del país.
La consigna es simple: si detectas a un ladrón, secuestrador,
violador… hay que detenerlo entre todos. ¿Cómo? Con piedras, palos,
partillos, desarmadores o lo que tengas a la mano.
Incluso, entre los colonos ya existen protocolos de reacción
inmediata; esto incluye colocar mantas amenazadoras, realizar rondines
nocturnos, tener horario de vigilancia, así como el uso de alarmas y
hasta de silbatos.
De acuerdo con estos sectores de la sociedad, que en su mayoría se
concentran en las periferias de la ciudad capital, esta es una medida
desesperada ante la omisión e incapacidad de las autoridades.
Los vecinos de esas zonas le dan la razón a las autoridades, al
insistir en que no son propiamente autodefensas, ya que carecen de la
infraestructura de esos grupos y no cuentan con armas de fuego.
Pero sí tienen la misma misión: acabar con la inseguridad que día a
día amenaza su entorno familiar, su patrimonio y la paz social.
Desde hace más de un año comenzaron a surgir las autodefensas en el
Distrito Federal. Tienen presencia en Tlalpan, Magdalena Contreras,
Xochimilco y principalmente Tláhuac.
Y es que en esta última demarcación van un paso adelante: hay más de
siete colonias organizadas y el próximo domingo sostendrán una reunión
para homologar su protocolo de reacción.
La historia
En noviembre del 2013 comenzaron a aparecer mantas con leyendas
destinadas a la delincuencia en diversas colonias de la delegación
Tlalpan, las cuales acapararon los reflectores de medios de
comunicación.
Aparecieron bajo el lema “estamos cansados de tanto robos a casa
habitación y automóviles, del narcomenudeo, de los asaltos, intentos de
violación, de los secuestros y hasta el robo de cables de electricidad y
coladeras”.
Los vecinos de la colonia Pedregal de Santa Úrsula Xitla comenzaron a
organizarse para hacer justicia por su propia mano, bajo la consigna:
“si te sorprendemos robando, no te la vas a acabar. Te vamos a linchar”.
El problema subió de tono al grado que los colonos presentaron
denuncias penales en las que aseguraban ser víctimas de actos de
represión por parte de narcomenudistas de la zona.
En febrero de este año apareció otro grupo. Esta vez en la delegación
Magdalena Contreras, donde habitantes de la comunidad San Nicolás
Totolapan colocaron mantas en las que advirtieron que tomarían medidas
contra los delincuentes.
“Persona que sea sorprendida la lincharemos o será entregada a las autoridades”, se podía leer en las mantas.
En breve, la jefa delegacional, Leticia Quezada, desmintió esta
versión al asegurar que se trataba de un movimiento político orquestado
desde el PRI-DF para desestabilizar su administración.
También el secretario de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida,
dijo a los medios de comunicación que el índice delictivo en la zona es
bajo y que por ende, este caso proviene de un tema político.
A la par, surgió otro grupo en el pueblo Santa Cruz Acalpixca de la
delegación Xochimilco, que además de exigir agua potable a las
autoridades delegacionales denunció el incremento de la inseguridad.
Por ello colocaron mantas amenazando a los delincuentes de la zona
tras asegurar a los medios de comunicación que no les agrada la idea de
linchar a la gente, pero que es necesario defender a su pueblo.
Y pusieron en la mesa de diálogo la propuesta de formar una policía
de autodefensa, debido a los pocos resultados que ha ofrecido la
autoridad.
Al respecto, otra vez el secretario de Seguridad Pública afirmó que
no se tiene conocimiento de algún grupo con las características de
autodefensas dentro del Distrito Federal.
Aún así, aclaró (hace tres días) que este tipo de grupos no serán
tolerados en la capital del país, y que las personas que porten armas
sin permiso serán detenidas y presentadas ante el Ministerio Público.
Sin embargo, unos día antes, el jefe de Gobierno, los 16 delegados y
el titular de la policía local acordaron tomar las medidas que sean
necesarias para impedir el surgimiento de grupos de autodefensas.
En el ojo del huracán
En Tláhuac se gesta el bloque más duro de las autodefensas
capitalinas. Sí, en la demarcación donde se registró uno de los peores
linchamientos en la historia de este país (San Juan Ixtayopan 2004).
Y es que ya son más de siete colonias las que conformaron grupos
vecinales encargados de combatir la delincuencia, las cuales ya buscan
trabajar de forma coordinada.
Hasta ahora, tanto los habitantes de las colonias Santa Cecilia, San
Pedro, Chichilaula, Pedregal, Santa Catarina, La Conchita y Zapotitlán
se han afirmado tener un grupo de reacción.
Por medio de mantas, también conminaron a los delincuentes a
retirarse de la zona antes de que sean linchados y quemados, como
sucedió en San Juan Ixtayopan con tres agentes federales. La advertencia
está dirigida a “rateros, secuestradores, violadores y delincuentes”.
Afirman que ya son frecuente los asaltos al transporte público en la
carretera Tláhuac-Chalco, los robos a casa-habitación a plena luz del
día y los intentos de secuestro.
Los delincuentes se hacen pasar por elementos de la Procuraduría
General de Justicia, empleados de la Comisión Federal de Electricidad y
otras dependencias para cometer robos sin que las autoridades hagan algo
para detenerlos
Mariana Romo, líder vecinal de la colonia Conchita-Zapotitlán, afirma
que llevan entre tres y cuatro semanas organizados para actuar con base
en un protocolo de acción contra robos, secuestros y violaciones.
“Ha habido intentos de levantar chicas, de asaltos; y la nula
participación de la delegación y la SSP-DF para garantizar nuestra
seguridad. Ya realizamos juntas, y tenemos impresión de lonas en las que
se advierte que la gente está organizada.
“Lo que intentamos hacer es detenerlos, mediante una acción conjunta y
usando silbatos. Eso significa que hay que salir con lo que tengas a la
mano para detener a los delincuentes y entregarlos a las autoridades.
Lo que no podemos saber es si en algún momento se pueda detener una
golpiza”, dijo Romo.
Reconoció que uno de los problemas más fuertes es que los delitos no
se denuncian debido a lo engorroso del trámite, pero que hay constancia
de todo ello en la página de Facebook, Tláhuac denunciometro.
Por su parte, Víctor Castellanos, representante vecinal de Santa Catarina, añade:
“Somos afectados por parte de la ingobernabilidad. No podemos suplir las funciones de la policía, pero ya nos hartamos.
“Nos cansamos de reportar los robos y no pasa nada. Estamos
organizándonos como vecinos para vigilar y hacer rondines por toda la
colonia. Y si me preguntan cuál será la reacción cuando agarremos un
ladrón, no lo sabemos”, advirtió Castellanos.
Por su parte, la diputada local del PAN, Olivia de la Garza, solicitó
al GDF un informe de cuántos grupos de autodefensa hay en la ciudad y
qué se está haciendo para atender sus peticiones.
Viernes 11 de julio de 2014)
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