Los policías federales enviados a Tierra Caliente
enfrentan una de las peores batallas que actualmente se disputan en el
país. Sin embargo, los mandos y el gobierno federal no han estado a la
altura: Los agentes rompen el silencio y denuncian las malas condiciones
en que deben laborar. No les respetan los descansos ni las vacaciones,
no les permiten enviar sus salarios a sus familias, los dejan
incomunicados, carecen de la atención médica suficiente, “olvidan”
darles comida y agua… Los uniformados temen que la Federación no tenga
el dinero suficiente para sostener la guerra antinarco.
AQUILA, Mich. (Proceso).- Policías federales destacamentados en
Michoacán sostienen que la Federación no tiene la capacidad de mantener
el despliegue contra el crimen organizado en la zona. “La Secretaría de
Gobernación (Segob) carece de recursos para solventar la permanencia de
los elementos de la Policía Federal (PF) que operamos en esta zona del
estado”, afirma un agente que es secundado por sus compañeros.
En un recorrido realizado por este municipio, integrantes de la PF
comisionados en Aquila o Coahuayana revelan a Proceso las condiciones
“lastimeras” en que el gobierno federal los tiene combatiendo a Los
Caballeros Templarios: “A quienes nos asignan a bases de operaciones en
lo inhóspito de la Sierra Madre pasamos días sin agua y alimento. Cuando
lo hay, es una sopa Maruchan”.
Y hay otros motivos de inconformidad: “Estamos bajo las órdenes de
las autodefensas. Con estas acciones el gobierno federal quebranta
nuestra imagen. ¡Vulnera nuestra moral! Así combatimos…”.
La indignación
El mes pasado, un grupo de policías federales asignados a la Tierra
Caliente michoacana –quienes pidieron el anonimato– envió a Proceso un
documento en el que dio a conocer algunas de las anomalías que se viven
en el despliegue en que participan.
Recordaron que a fines de diciembre de 2013 gran parte de la
corporación fue trasladada a Michoacán, uno de los estados con mayor
inseguridad. Han hecho su trabajo, afirman: Desde entonces, la prensa ha
reportado que los agentes federales han capturado a decenas de
narcotraficantes y capos templarios.
“Ello ha sido a costa de vivir en situaciones pésimas, como la mala
alimentación, falta de asistencia médica; tenemos jornadas prolongadas
de trabajo porque nos niegan los permisos de asueto que nos otorga la
Ley General del Trabajo. No gozamos de vacaciones ni de días de
descanso. En cambio, los periodos vacacionales y permisos se venden a
los compañeros que pueden pagarlos”, denunciaron en el texto.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1962, ya en circulación)
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