MONTERREY,
N.L.- Lorenzo Zambrano, el magnate del concreto, es recordado como un
hombre emprendedor que consiguió posicionar a su empresa Cemex en el
plano internacional mediante decisiones audaces que hicieron que la
firma nacida en Monterrey tuviera presencia en por lo menos 50 países
del mundo.
Sin embargo, Zambrano Treviño, fallecido el lunes 12 en
Madrid a los 70 años, también supo cultivar relaciones con los hombres
del poder en México, principalmente los presidentes, algunos de ellos
incluso beneficiados en sus campañas con recursos del empresario.
Acaudalado,
integrante de la lista de Forbes, de los más ricos del mundo, el
empresario regiomontano despegó su cementera en el sexenio de Carlos
Salinas de Gortari, a quien en su campaña electoral sirvió como
financiero y promotor entre el empresariado en 1988. (Proceso 825).
Pese
a que mantuvo relaciones próximas con los gobiernos panistas de Vicente
Fox y Felipe Calderón, en el primer año de gobierno Enrique Peña Nieto
acudió a los actos más importantes del arranque de sexenio del priista,
como la toma de posesión y la presentación de la iniciativa de reforma
energética, realizada el 11 de agosto anterior (Proceso 1921).
Ese
día no sólo asistió al acto, sino que en su cuenta de Twitter, el
magnate escribió: “La reforma energética aportará dinamismo a nuestra
economía, al promover la inversión y la generación de empleos”.
De
acuerdo con un especialista, el éxito empresarial de Lorenzo Zambrano
fue forjado mediante una agresiva estrategia mediante la cual adquiría
empresas ‘emproblemadas’ y las revitalizaba con su manera disciplinada
de hacer negocios.
Su sucesor como presidente del Consejo de
Administración de Cemex, Rogelio Zambrano Lozano, ya anunció que seguirá
por la misma línea.
Las exequias
Lorenzo H. Zambrano
Treviño murió a los 70 años, víctima de un infarto, mientras se
encontraba en Madrid para presidir una junta de negocios de su empresa.
La
mañana del lunes 12 faltó inexplicablemente a una reunión de trabajo.
Su asistente personal lo buscó primero por teléfono y, como no recibió
respuesta, fue a tocar la puerta de la suite donde el magnate se
hospedaba. Nadie abrió.
Más tarde los encargados del hotel accedieron a la habitación y lo encontraron sin vida.
Al
comprobarse que su muerte fue por causas naturales, los trámites para
repatriar el cuerpo de agilizaron, pero logísticamente el traslado se
complicó: sus asistentes no pudieron introducir el ataúd en su jet
particular.
Ante la contingencia, debieron rentar de emergencia un
Airbus 330 de carga que, de acuerdo con fuentes periodísticas, tuvo un
costo de 600 mil euros.
La nave llegó al día siguiente a Monterrey
y durante la madrugada fue velado el cuerpo en su mansión, localizada
en la exclusiva zona denominada Jolla del Venado, en San Pedro, y el
miércoles 14 se procedió a su cremación.
A las exequias acudieron
Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación;
Ildefonso Guajardo, de Economía; Luis Videgaray, de Hacienda, y Alfonso
Navarrete, de Trabajo y Previsión Social.
Una vez culminada la
ceremonia luctuosa, todos ellos regresaron a la Ciudad de México, a
excepción del regiomontano Guajardo, quien acompañó las cenizas a la
misa que fue oficiada en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, a la
que acudió la clase política de la entidad, incluidos autoridades
académicas.
Al lado del PRI
Zambrano Treviño comenzó a
trabajar en Cemex en 1968 y en 1979 se integró a su Consejo de
Administración. En 1981 fue nombrado director de Operaciones, y en 1985
ya era director general. Y una década después se convirtió en presidente
del Consejo de Administración.
Sin embargo, fue en el gobierno de
Salinas de Gortari cuando la empresa regiomontana fundada en 1906
apuntó hacia su internacionalización.
En 1988, cuando el priista
inició su campaña rumbo a la Presidencia, se reunió con los jefes del
empresariado regiomontano, entre ellos Eugenio Garza Lagüera, de Fomento
Económico Mexicano (Femsa), y Lorenzo Zambrano Treviño, quienes dieron
respaldo a la candidatura de Carlos Salinas.
Para entonces,
Salinas de Gortari ya había preparado a Sócrates Rizzo García como su
delfín rumbo al gobierno de Nuevo León. Primero lo hizo alcalde de
Monterrey, en 1988, y luego gobernador. En la campaña, el capitán de
Cemex apareció como integrante del comité de financiamiento del
aspirante regiomontano.
En 1992, cuando el sexenio salinista
propagaba su ilusorio posicionamiento en el primer mundo, los
industriales regiomontanos afianzaron su liderazgo nacional y se
convirtieron en la vanguardia del proyecto de apertura económica del
gobierno federal.
En ese entonces, muchas de estas empresas
estaban al borde de la quiebra y, luego del espaldarazo salinista,
resurgieron de sus crisis.
Según la investigadora María de los
Ángeles Pozas, citada por el reportero Antonio Jáquez, los grupos
industriales dominantes de la época que repuntaron fueron Alfa, Imsa,
Vitro y Cemex.
Según esta tesis, presentada en el ensayo
Recuperación industrial de Monterrey, la crisis que enfrentaron al
inicio de los ochenta llevó a los consorcios a reorientar su producción
hacia los mercados exteriores.
Por ello, en el transcurso de una década pasaron de exportar menos de 5% de su producción total, hasta un volumen de 25%.
También
crecieron con la compra de empresas, como fue el caso de Vitro y Cemex,
principalmente, que enfocaron sus adquisiciones, inicialmente, en el
mercado estadunidense.
Y Cemex fue el caso paradigmático, pues en
tiempos de Salinas de Gortari se convirtió en la primera firma mexicana
auténticamente internacional.
En 1989 Cemex adquirió Cementos
Tolteca, su principal competidora en el país, lo que la convirtió en una
de las mayoras productoras globales del sector.
En 1992 la marca
regiomontana absorbió, en España, a las mayoras productoras del ramo,
Valenciana y Sanson. La empresa se volvió imbatible: en 1994 adquirió
Vencemos, líder en Venezuela, así como las plantas de Cemento Bayano, en
Panamá, y Balcones, en Estados Unidos.
En los noventa el imperio siguió expandiéndose con adquisiciones en República Dominicana, Colombia, Filipinas y Egipto.
Zambrano
también estuvo presente, en 1993, en la famosa reunión del “pase de
charola”, en la que el presidente de México pidió, y obtuvo, de cada uno
de los potentados regiomontanos unos 25 millones de dólares para el
PRI.
Cambió el sexenio y Zambrano se reencontró en la Presidencia
con un amigo. Le debía gratitud a Ernesto Zedillo. El nuevo mandatario
priista, cuando era funcionario en el Banco de México, en tiempos de
Miguel de la Madrid Hurtado, instrumentó el polémico Fideicomiso para la
Cobertura de Riesgo Cambario (Ficorca) que equivalió para los
industriales lo que el Fobaproa a los banqueros.
Y Cemex fue una
de las empresas beneficiadas por el programa que absorbió parte de su
deuda y la alivió de serios problemas financieros a los grandes
consorcios del país.
Los años transcurrieron y Zambrano supo adaptarse cómodamente a la transición política de México.
Vicente
Fox fue la apuesta segura del PAN para la Presidencia en las elecciones
del 2000. El panista estructuró una precisa organización de campaña
para cubrir prácticamente todos los rubros de interés público que debían
ser tocados en sus giras.
Es por ello que el propietario de Cemex
tuvo varios encuentros privados con el “candidato de las botas”. Así,
se enlazó discretamente al equipo del guanajuatense aparentemente a
través de su socio en Banamex, Roberto Hernández.
Su hermana Nina
Zambrano, quien fue directora del Museo de Arte Contemporáneo (Marco) en
Monterrey, fue una entusiasta simpatizante de Fox Quesada, como lo
expresó en artículos de opinión que difundió en esta ciudad.
Cuando
Fox se impuso en las urnas, Rafael Rangel Sostman, entonces rector del
sistema Tecnológico de Monterrey, fue colocado en el equipo de
transición. El área académica era una de las posiciones más preciadas de
Zambrano en el aparato foxista, pues el magnate siempre fue un
reconocido impulsor de proyectos educativos.
Entre 1997 y 2012 el
ingeniero Zambrano fue presidente del patronato del Tec y tuvo cercana
colaboración con Rangel, quien como después se supo, rechazó la
invitación de Fox para convertirse en su secretario de Educación.
Después
de Fox, Zambrano también reeditó un encuentro terso con el nuevo
presidente, Felipe Calderón, también panista. Otra vez, el industrial
demostró su habilidad para manejarse sin dificultad entre los distintos
colores de la política mexicana.
A Calderón Hinojosa le financió
directamente la campaña. Dos de los principales patrocinadores del
panista, quien ganó la Presidencia en el 2006, fueron el empresario
cementero y la familia Garza Herrera, que preside Xignux, empresa de
transformadores electrónicos y alimentos.
Una versión no
desmentida señala que las dos empresas también “pasaron la charola”
entre empresarios afines, para dar apoyo financiero a Calderón.
Una
fuente cercana a la dirigencia panista incluso afirma que Josefina
Vázquez Mota, fallida aspirante presidencial en 2012, recibió
contribuciones de empresarios regiomontanos, entre ellos el propio
Zambrano. La panista fue una más de los políticos que acudieron al
funeral de Zambrano en Monterrey.
No obstante, en 2009 Cemex
atravesó una crisis derivada de una enorme deuda de 14 mil 500 millones
de dólares, y Lorenzo Zambrano, que nunca daba explicaciones públicas,
debió salir a aclarar que la administración de Calderón Hinojosa no
rescataría a la empresa de los severos apuros financieros que padecía.
“Quisiera
decir algo muy particular y quiero ser muy enfático en esto y dejar muy
claro que ni el gobierno mexicano, ni ningún otro gobierno está
rescatando a Cemex. He oído todo tipo de especulaciones, de comentarios
mal informados que dicen que alguien nos está salvando. Les agradezco
mucho que piensen que somos tan importantes que nos tienen que salvar
pero, repito, nadie nos está rescatando y eso se los puedo aclarar en
cualquier momento”, acotó.
También dijo que ese año la empresa
buscaría mejorar la eficiencia administrativa para ahorrar unos 200
millones de dólares, pues le urgía obtener efectivo para cumplir con sus
compromisos financieros.
Masacre en el Royale
El
regiomontano volvió a hacerse notar por su cercanía con el gobierno de
Calderón después de la masacre en el Casino Royale, donde fueron
asesinadas 52 personas en un ataque incendiario, el 25 de agosto de
2011, en Monterrey.
Con motivo de la tragedia, el entonces
presidente convocó a Los Pinos a la plana mayor del empresariado
regiomontano, siempre influyente en la toma de decisiones del gobierno
federal.
Estuvieron en Los Pinos, durante esa charla del tema de
seguridad, entre otros Adrián Sada González, de Vitro; Armando Garza
Sada, de Alfa; Eduardo Garza T., de Frisa; Enrique Zambrano, de Proeza;
Eugenio Garza Herrera, de Xignux; Federico Toussaint, de Limusa; José
Antonio Fernández, de Femsa; Ricardo Martín Bringas, de Soriana; Tomás
González, presidente de Cydsa, y Lorenzo Zambrano, de Cemex.
Con ese solo acto los acaudalados regios demostraban una vez más su respaldo a la institución presidencial.
Es
por ello que el regreso del PRI a Los Pinos, en 2012, no representó
ningún contratiempo para Zambrano que, con el paso de los años, demostró
habilidad para transitar, apaciblemente, entre las administraciones
panistas y priistas.
En uno de sus últimos mensajes para hacer
sentir su peso como influyente hombre de negocios, el regiomontano dio
su respaldo público a Peña Nieto y su polémica reforma energética. El
espaldarazo al mandatario no parecía gratuito, pues con la reforma se
permitirá al sector privado meter mano en el otrora intocable petróleo.
Según
una nota del reportero Arturo Rodríguez, publicada el lunes 12 en Apro,
para reafirmar las bondades de la iniciativa energética Peña Nieto se
refirió a las inversiones que empresas mexicanas realizan en Estados
Unidos, pero evitó decir cuáles eran esas compañías.
Lo reveló al
día siguiente Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de
Hombres de Negocios: las firmas que exploran energéticos al norte del
río Bravo y buscan hacerlo en México son Alfa y su filial petroquímica
Alpek, así como Carso, ICA y desde luego Cemex.
Pero no todos los
políticos mantuvieron tersas y cercanas relaciones con Lorenzo Zambrano,
pues si alguien fustigó insistentemente al magnate ese fue Andrés
Manuel López Obrador, el dos veces excandidato presidencial de las
izquierdas.
El tabasqueño siempre ha considerado que la “mafia del
poder” la integran 30 empresarios, y entre ellos destaca el dueño de
Cemex, al que acusaba de haberse enriquecido a la sombra del poder
salinista.
Lorenzo, el tuitero
Aunque era un hombre
discreto, el empresario se mantenía muy activo en las redes sociales y
sus mensajes constantemente desataban polémicas.
Así, Zambrano
sorprendió a políticos y empresarios cuando el 29 de agosto de 2010
reprochó a quienes habían dejado Monterrey por causa de la inseguridad.
Eran esos los días más ríspidos de la violencia desatada por las bandas
criminales, las que protagonizaban a diario balaceras en las calles.
El
magnate escribió en su cuenta de Twitter @LHZambrano: “Quien se va de
Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. ¡Tenemos que
retomar nuestra gran ciudad! Regios, ¡a rescatar a nuestra tierra!
Regio, si a la primera dificultad huyes, no te necesitamos”.
El pronunciamiento era inusualmente severo para un hombre que siempre se había distinguido por su mesura.
También
posteó: “Si huyes a Texas, ¿te das cuenta que serás discriminado y que
tus hijos estarán en un ambiente extraño? Regio, quédate a defender lo
que con tanto esfuerzo construyeron tus ancestros. Lucha, exige, actúa”.
El
24 de febrero de 2011, días antes de la llegada del entonces presidente
Felipe Calderón a Monterrey, Zambrano Treviño invitó a la sociedad
mexicana a exteriorizar a los gobernantes su inconformidad ante el
fenómeno de la violencia.
“Lo importante es que los ciudadanos se
involucren, que exijan a sus representantes en la Cámara de Diputados,
de Senadores, al gobierno estatal y a su Congreso. Hay que darle a
conocer a los responsables de seguridad lo que pensamos”, dijo en
conferencia de prensa.
En ese mismo acto se refirió a la crisis de
inseguridad que acosaba a Nuevo León, y afirmó que él ayudaría a que
Monterrey “no se perdiera”.
“Lo único que puedo repetir es que en
lo que en mí esté, no vamos a dejar que Monterrey se pierda. Eso es lo
que he dicho otras veces. No he sufrido ninguna amenaza, pero todo
empeoró de hace un año para acá, es demostrable, lo dicen las
estadísticas. Monterrey es una ciudad más segura que otras, pero la
tendencia es preocupante y espero que pronto se empiece a revertir esa
situación”.
El 3 de mayo de 2011 debió aclarar vía Twitter uno de
los rumores más extraños que surgieron en torno a su persona. Esa mañana
tuvo que decir que “no era un prófugo de la justicia”.
Ese día
corrió la versión de que el empresario era buscado por la justicia
después de que dos empleados de la cementera fueran detenidos en
Veracruz por una demanda relacionada con una deficiente construcción de
obra.
En su cuenta @LHZambrano, escribió: “Agradezco su interés en
el tema… y por supuesto que no estoy prófugo como algunos por ahí
dijeron!!”.
Lo más singular del rumor era que, según sus
propagadores, podía ser detenido por la instalación de una placa de
concreto que, según la cadena de hotel City Express, había sido mal
construida.
Finalmente, se reparó la queja y ahí quedó todo.
Zambrano
volvió a la carga el 23 de febrero de 2012. Se unió a una serie de
reclamos de empresarios locales contra el gobernador Rodrigo Medina por
desatender los problemas de seguridad en la entidad.
El cementero
fustigó: “Hay mucha mediocridad en el área de seguridad en el estado y
se manifiesta de esta manera, es increíble y me lastima. En general yo
diría que falta muchísimo en la capacidad (…) Tenemos mucho por hacer
todavía y mientras no haya personas claramente capaces y responsables de
las áreas de seguridad en Nuevo León no vamos a avanzar con la rapidez
que debiéramos”.
El reproche se enmarcaba en el reciente el
asesinato de 44 internos del penal de Apodaca, ocurrido el 19 de febrero
de 2012. En la masacre se fugaron 37 delincuentes, lo que ocasionó el
malestar de los líderes empresariales en la entidad.
/ 27 de mayo de 2014)
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