LA VIÑA DEL SEÑOR
Era sabido que con
el retorno del PRI a Los Pinos en 2012, regresaría toda aquel cumulo de ritos,
códigos y formas de hacer política que caracterizaron al expartidazo en sus
años de gobierno –más de setenta— en los que logró conformar una clase política
que evolucionó desde que el Turco de Guaymas Plutarco Elías Calles promovió su
fundación en 1929 como PNR y que el Tata Lázaro Cárdenas fortaleció al crear
sus sectores, obrero, campesino, popular y militar.
Esa formidable
maquinaria electoral que en sus años dorados llegó a ser el partido del Estado
mantuvo una hegemonía política durante décadas, hasta que en 1977 por
instancias de Jesús Reyes Heroles se inventaron las diputaciones
plurinominarles para dar espacio de poder –casi testimonial— a fuerzas que se
habían mantenido al margen de la legalidad con lo adquirieron representatividad
los llamados partidos satélites o paraestatales, como lo fueron en su momento
el PPS fundado por el dirigente de la CTM Vicente Lombardo Toledano o el PARM
integrado por viejos cuadros de la revolución o que permitió la legalización
del Partido Comunista Mexicano, que transformado posteriormente en PSUM y
después en PMS conformó en 1988 junto a la Corriente Democrática del PRI. PPS,
PARM y el PFCRN el Frente Democrático Nacional, que postuló la candidatura de
Cuauhtémoc Cárdenas, en lo que fue el primer cuestionamiento político-electoral
de peligro al sistema de partido casi único, que a la postre mordió el polvo en
2000 ante el PAN de Vicente Fox, una vez perdida la guerra ideológica desde
1994, debido al surgimiento del EZLN en el estado más pobre del país Chiapas y
el asesinato del candidato priísta a la presidencia Luis Donaldo Colosio.
Debacle que en
Sonora luego de la gubernatura imperial de Eduardo Bours Castelo (2003-2006),
quien sin ser el candidato del grupo de Manlio Fabio Beltrones Rivera y Armando
López Nogales, pues lo era Alfonso Molina Ruibal, sobre quien el cajemense se
impuso en la elección interna tricolor, hizo posible el arribo del PAN al
ejecutivo estatal y la instauración del gobierno del Nuevo Sonora, también
conocido en la jerga periodística como New Son, en su recta final bastante
cuestionado y en donde el PRI estatal liderado por el Vaquero Alfonso Elías
Serrano, ha jugado un papel relevante como cuestionador del quehacer del
gobierno de Guillermo Padrés Elías, su primo, ambos descendientes del Turco, en
un círculo generacional a punto de cerrarse.
En el toma y daca
entre tricolores y albiazules, puede ubicarse el activismo del jefe del cetemio
Javier Villarreal y los pintabardas “365 razones para no votar por el PRI” del
filopanista Alejandro Ramírez Guerrero.
POLÍTICOS PROFESIONALES REGAÑADOS: FOCOS ROJOS EN EL
PRI
Por eso, no ha sido
gratuita la jalada de orejas a los delegados federales en Sonora por parte del
secretario de gobernación Miguel Angel Osorio Chong, ante la incapacidad de
estos funcionarios –la mayoría políticos profesionales-- para apuntalar la
figura del presidente Enrique Peña Nieto, cuya imagen va en caída libre ante
las percepciones ciudadanas y eso puso al Chino muy encorajinado, cuando se
supone que en tales delegaciones están colocados fogueados cuadros de lo más
granado del PRI, lo cual resulta delicado de cara al elección del año entrante
cuando el exinvencible—a quien le sobran candidatos-- busca recuperar la entidad para su causa.
La centralización de
la toma de decisiones conforme a la vieja usanza priísta, en que el partido era
una pieza fundamental, junto a la presidencia de la república, del sistema
político mexicano, como lo describió Daniel Cosío Villegas, recobra sus bríos desde
la óptima de la –¿nueva?-- clase gobernante, con Luis Videgaray, cabeza del
grupo ITAM y Osorio Chong, exgobernador hidalguense, vicepresidentes en
funciones, uno para la economía y otro para la política interna. Caracterizado
Peña como un presidente legislativo por el cúmulo de reformas aprobadas, ha
fallado en ser un presidente ejecutivo y como toda política es local, ahí está
el quid de su caída.
EL YAQUI JUSTICIERO ENTRA EN ESCENA
La unción de Ignacio
Martínez Tadeo, como máximo dirigente de la CNC en la entidad, lo mete de lleno
para ser contemplado para la candidatura a la diputación federal por el 04
distrito electoral, por el que ya fue diputado en el pasado, puesto que
Trinidad Sánchez Leyva, el fallecido líder de la central iba sobre dicha posición
para el sector campesino.
Así el Yaqui
Justiciero, viene a moverle el tapete al alcalde porteño Otto Claussen Iberri,
en sus pretensiones de contender bajo la casaca tricolor en este venidero 2015,
pues tanto Nacho, como el jefe de la “Happy Family” Edmundo Chávez Méndez como
Bulmaro Pacheco Moreno, son políticos profesionales de dilatada carrera que le
entienden a las reglas de la política priísta y guardan identificación con el
grupo Cajeme de la familia Bours, quien lidera la oposición al padrecismo desde
las entrañas del Movimiento No al Novillo.
Y aunque el
reacomodo de fichas al interior del priísmo va a jugar con su propia lógica, el
peso político y económico de figuras de tipo caciquil como el agricultor Marco
Antonio Llano Zaragoza, buscarán influir desde sus posiciones privilegiados de
su grupo de interés en el proceso de selección de candidatos, cuando es
conocido que en 2009 apoyaron la propuesta padrecista.
El alfil del Morroño
para la alcaldía es el médico José Luis Marcos León Perea, un tipo anodino y
toda una nulidad en la política real, pero muy acomodaticio a los interese de
las élites, que es lo que le ha valido al tuleño.
La amenaza del
Chimpitas Germán Uribe Corona, de buscar la candidatura a la diputación
federal, no es vista como una pretensión seria, cuando su patología es hacerse
el aparecido en época de piscas electorales, hacer ruido y esfumarse de la
escena y esa estrategia del avestruz le ha traído solo desarraigo. Hasta la
fecha trata de espantar con el petate del muerto de su supuesto beltronismo,
pues no ha logrado conformar un grupo en el cual apuntalar sus aspiraciones
políticas y lo mismo ga dado su apoyo al
Cachorro Marcos Ulloa en su aventura electoral de 2012 cuando buscó una curul
por la alianza PRD-PT-MC, a amigos como Carlos Cacho Zaragoza o Francisco Uribe
en sus líos empresariales o trató de influir en las candidaturas panistas en
2009.
En el escenario
porteño el rol de la secta conformada en torno de Antonio Astiazarán, en cuyas
manos se encuentra el PRI local que dirige en forma decorativa Susana Corella
Platt, será definitorio, pues debe reconocerse la capacidad de presión que
ejerce a su interior y el control que viene desplegando desde que Lorena
Garibay tomó las riendas, consolidando así la alianza con la Familia Feliz que
les permitió llevarse el carro completo en el municipio a costillas del panismo
en 2012 y de candidatos como Manuel Aguilar Juárez y César Lizárraga Hernández,
quienes se hacían con los cargos en la bolsa. Ahí quedó comprobado aquello de
que del plato a la boca se cae la sopa.
En el camino de su
restauración en Sonora, habrá de todo: ajustes de cuentas internos entre los
grupos priístas, alianzas y pactos soterrados, reparto de espacios de poder y
al final el dedo presidencial pondrá orden acorde a las prácticas acostumbradas
en el priísmo tradicional, hoy retomadas por el grupo Atlacomulco y su aliada
la Familia Real de Hidalgo.
Dentro del PAN
también habrá toma de posiciones y deslindes, como ya se está viendo. David
Figueroa, encabeza parte de la crítica interna.
Eso será apenas el
comienzo de lo que estamos a puntos de ver.
(EL PORTAL DE
LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/Viernes, 30 de Mayo de 2014 13:49)
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