Basta
la voz de un potentado emberrinchado para cortar la carrera de un
seleccionado nacional. Es el caso del atleta Ramsés Benítez, quien
denuncia que, sin aviso previo, Juan Manuel González, directivo de los
Halcones UV Xalapa, lo despidió dos veces del conjunto veracruzano y a
la fecha maniobra para que ningún otro equipo lo contrate. Su situación
no es la única.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El basquetbolista
mexicano Ramsés Benítez denuncia que desde hace más de tres años fue
vetado por los directivos Juan Manuel González y Modesto Robledo,
quienes han prohibido a los equipos de la Liga Nacional de Baloncesto
Profesional (LNBP) y a los del Circuito de Basquetbol de la Costa del
Pacifico (Cibacopa) que lo contraten.
En febrero de 2011 Benítez
interpuso una demanda laboral ante la Junta Especial 5 de la Junta Local
de Conciliación y Arbitraje de Xalapa. Acusó que Juan Manuel González
lo despidió injustificadamente y sin cumplir el contrato que tenía
firmado con el equipo Halcones UV. Además asegura que como integrante de
la selección nacional costeó viajes, concentraciones y hasta una
rehabilitación sin que le hayan reembolsado ese dinero.
El jugador
reclama a González y al equipo de Halcones Xalapa (que antes
administraba la Universidad Veracruzana y ahora el gobierno del Estado)
el pago de más de 700 mil dólares, y a la Asociación Deportiva Mexicana
de Baloncesto (Ademeba) y a Modesto Robledo, responsable de la selección
nacional, otros 69 mil 700 dólares, correspondientes a adeudos por
salarios caídos, viáticos y tratamientos médicos.
Estos dos
directivos se alternan la presidencia de la LNBP y coordinan a la
selección nacional de basquetbol, puesto que la Ademeba es el único
organismo deportivo que la Federación Internacional de Baloncesto
reconoce en México.
Benítez refiere que su caso –expediente
laboral 118/III/2011– está empantanado en Conciliación y Arbitraje. En
entrevista dice que no fue notificado de las primeras tres audiencias
que se realizaron (2 de septiembre, 22 de noviembre de 2012 y 23 de
febrero de 2013). No fue sino hasta junio de 2012 (en la cuarta
audiencia) cuando fueron convocados para conciliar, pero la parte
demandada no se presentó.
Hoy, tres años y tres meses después del
inicio de la demanda laboral, se han llevado a cabo 10 audiencias. Para
la última (24 de abril 2014) tampoco fueron notificados. Ahí los
testigos de los demandados rendirían su testimonio.
“Los que
trabajan en la Junta le dijeron a mis abogados en abril: ‘Ustedes no nos
incentivan, cómo vamos a ir a notificar, los abogados de la parte
demandada sí nos incentivan, por eso no notificamos’. O sea, incentivar
es: ‘No nos das dinero’. Le dijeron que ellos pagan su gasolina y ponen
sus carros para notificar, entonces no hacen su trabajo. Pasan entre
cuatro y cinco meses en promedio entre una audiencia y otra y a veces no
nos notifican”, se queja Benítez.
El jugador asevera que la forma
como opera la LNBP es muy similar a la liga mexicana de futbol, donde
los clubes no otorgan ninguna prestación social a los jugadores, sea el
pago del Infonavit o la inscripción al Instituto Mexicano del Seguro
Social. Buena parte de los equipos no contrata seguros de gastos
médicos, aunque el reglamento indica que es obligatorio.
Los
basquetbolistas firman contratos en dólares, previo acuerdo de palabra
con los directivos de los equipos, que en muchas ocasiones no cumplen.
De hecho, los dirigentes acostumbran “mandar a su casa” a los jugadores
si se enojan por la razón que sea.
Como ocurre en el futbol, hay
una suerte de “pacto de caballeros” entre directivos, quienes son los
dueños de los “derechos” de los basquetbolistas. Sin el permiso de un
dueño o de la LNBP, nadie puede contratar a un jugador.
Tal es el
caso de Anthony Pedroza y Jorge Rochín, entre otros, que por haber
demandado a los equipos de Mexicali y Xalapa, respectivamente, no pueden
contratarse con ningún conjunto en México.
“Todos los equipos
corren a los jugadores, así, de repente, y debiéndoles tres o cuatro
meses, y nadie presenta demandas laborales porque vetan a quien lo hace.
Le ocurrió al entrenador Luis El Chango López, quien demandó a Modesto
Robledo y tuvo que retirar la demanda para que lo activaran. Pasó con
Jorge Rochín, que tiene demandado a Xalapa, y también con Anthony
Pedroza, que demandó a Mexicali; a él hasta su carta de libertad le
dieron, pero de todas maneras no lo dejan jugar.”
Te quiero no te quiero
El
drama de Ramsés Benítez, jugador de 34 años que entre 2000 y 2009
integró la selección nacional de basquetbol, comenzó justo en 2009,
cuando jugaba su tercera temporada con los Halcones UV Xalapa. Hasta hoy
no entiende por qué el 5 de febrero –un día antes de viajar a
Aguascalientes para una gira de partidos– el presidente del equipo, Juan
Manuel González, le llamó por teléfono a la habitación del hotel donde
vivía para decirle que ya estaba harto de él y que se fuera a su casa.
“‘Óyeme,
cabrón, ya me tienes hasta la madre. No vas a la gira, te quedas, es
más, te me vas a tu casa. No te quiero ver aquí, te me vas a la
chingada’. Eso me dijo por teléfono, así nomás. Sólo lo escuché. No le
dije nada. Fui a la oficina del equipo donde ya tenían mi boleto de
camión a México y me dieron el boleto de avión para llegar a Ciudad
Obregón. Como yo no había hecho nada malo, pensé que González
recapacitaría y que después me llamaría.”
Benítez explica que,
como es muy común que los directivos de los equipos hagan esto a los
jugadores, se fue sin reclamar nada. Esa temporada el equipo de Xalapa
fue campeón. Cuenta que a los pocos días González le marcó para decirle
que él era parte de ese equipo, que también gracias a sus esfuerzos se
logró el título, que seguía formando parte de la organización y que para
la siguiente campaña tenía un sitio seguro.
Unas semanas más
tarde, González volvió a llamar a Benítez para informarle que había sido
convocado con la selección nacional que jugaría dos torneos
internacionales en agosto y septiembre, y que tenía que concentrarse a
partir del 3 de julio en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos
Deportivos y Alto Rendimiento, en la Ciudad de México.
Durante un
entrenamiento, Benítez empezó a sentir un fuerte dolor en la espalda que
a los pocos minutos lo dejó prácticamente inmóvil. Como era fin de
semana, se quedó tirado en su cama sin moverse hasta que el lunes fue
trasladado en ambulancia al Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
Iba acompañado de Enrique Palmita González, auxiliar en el equipo. Dice
que sólo Palmita y algunos de sus compañeros estuvieron pendientes de
él.
Ni Modesto Robledo ni Juan Manuel González se presentaron en
el INR ni estuvieron al pendiente de su salud. El 29 de julio fue
operado de una hernia discal. Él se hizo cargo de todos los gastos del
hospital, aunque varias semanas después se los reembolsaron.
González
mandó a un empleado del equipo Halcones a recoger al jugador al
hospital y trasladarlo a Xalapa, donde se rehabilitaría para jugar la
temporada 2009-2010.
El 15 de septiembre, el directivo volvió a
despedir a Benítez. El gerente del equipo, Osiel González, le dijo al
basquetbolista que Juan Manuel González ya no lo quería en el equipo y
que no iba a jugar con ningún otro club de la LNBP, a menos que el
directivo lo autorizara.
Benítez pidió que por lo menos lo dejaran
terminar de rehabilitarse ahí. Como le dijeron que no, fue a la oficina
del rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, para
enterarlo de la situación. Le informó que le debían dinero de temporadas
anteriores, pero que si le daban su carta de libertad para contratarse
con otro equipo se iría sin reclamar un peso. El rector le dijo que se
fuera a su casa y que él resolvería su caso.
El jugador se
rehabilitó de la operación con sus propios recursos en Ciudad Obregón.
En diciembre, Arias Lovillo informó a Benítez que ya estaba resuelto el
asunto y que le darían su carta para contratarse con cualquier equipo.
Los Lobos Grises de Durango ya tenían un acuerdo con él.
“A los
cinco minutos de colgar con el rector me habló Juan Manuel para decirme,
textual: ‘Hijo de la chingada, deja de estar chingando con el rector,
me voy a encargar de que no vuelvas a jugar nunca’. Por primera vez en
mi vida le contesté y le pedí que mandara mi carta a Durango. Le dije
que todo este tiempo me había tragado todas sus ofensas y que, si no
pagaba, al menos no me bloqueara. Mandó la carta y pude jugar. En enero
de 2010, como jugador de Durango, fui a enfrentar a Xalapa para
playoffs.
“Yo estaba en la duela y, en pleno juego, cuando estaba
cobrando unos tiros libres, Juan Manuel se paró a un lado, estaba muy
ebrio y me empezó a gritar: ‘¡Hijo de tu puta madre. Estás bien pendejo.
Chinga tu madre, te voy a chingar, cabrón, vas a ver!’. Los ahí
presentes no podíamos creer que el presidente de la LNBP estuviera ahí,
borracho, a medio partido, gritándole eso a un jugador. En otro momento
del juego que cobré otros tiros me volvió a insultar. Lo único que se me
vino a la mente fue decirle: ‘Págame mi dinero, rata’. La vicerrectora
administrativa se tuvo que quedar todo el partido calmándolo.”
A
partir de entonces, según Benítez, los ataques de González y Robledo se
recrudecieron. Los directivos comenzaron a comunicarse con dueños,
gerentes y presidentes de los equipos de Cibacopa y de la LNBP para
decirles que no contrataran al jugador. Algunos les hacían caso, otros
no.
Entre 2010 y 2013, equipos como Ostioneros de Guaymas, Potros
de ITSON, Soles de Ojinaga, Halcones Rojos, Abejas de Guanajuato,
Huracanes de Tampico, Panteras de Aguascalientes, Toros de Nuevo Laredo y
Pioneros de Cancún se abstuvieron de contratarlo o cancelaron los
contratos ya firmados. Los directivos le explicaron a Ramsés Benítez que
habían sido amedrentados o les habían pedido como “favor” que le
impidieran jugar.
“En México, si uno va a entrenar con un equipo,
aunque no hayas jugado un partido oficial ni firmado contrato, ya le
perteneces a ese equipo. Así, de palabra, y le perteneces de por vida
aunque el reglamento de la liga dice que si no juegas en dos años ya
eres libre. Y si estás prestado, después de tres años, ya eres libre.
Pero no cumplen con eso. Esto es como la trata de personas, y si hacemos
algo que no les parece, por debajo del agua nos vetan y no nos dejan
movernos a ningún lado. Todos los equipos hacen esos ‘favorcitos’ o
están amenazados. El propio Sergio Gánem (dueño del equipo Fuerza Regia y
quien falleció hace unos meses) me dijo: ‘Demándalos’.”
El atleta
se queja de la falta de profesionalismo de la institución: “Ahora
niegan la relación laboral, dicen que yo nunca jugué con Halcones. Supe
que los abogados de la Universidad Veracruzana andan diciendo que van a
desaparecer de la Junta mi expediente y el de Buobacar Aw, otro jugador
(senegalés) que demandó porque no respetaron su contrato de tres años.
“Por
eso alzo la voz, porque quiero que se sepan todas las irregularidades
que están cometiendo. Yo no quería abrir la boca ni decir nada de ellos.
No estoy retirado, a mí no me dejan jugar. El único jugador que ha
dicho algo y me ha apoyado es Gustavo Ayón (líder de la selección
nacional y jugador de los Hawks de Atlanta, en la NBA) porque él sabe
todo lo que he gastado y lo que me han hecho.”
El problema que se
vive en el basquetbol mexicano tiene muchas facetas, agrega: “Ni en la
liga ni en la selección tenemos seguro de gastos médicos. Algunos
equipos sí lo dan y otros no. Como a mí no me aseguraron yo tuve que
pagar mis operaciones y rehabilitaciones, cuando el reglamento indica
que todos debemos estar asegurados. No tenemos prestaciones y ni con el
pago del salario cumplen. No hay protección al jugador, ni a
entrenadores ni a los árbitros.
“Tengo una oferta para ir a
Europa, pero necesito una carta de la LNBP que diga que no pertenezco a
ningún club para demostrar que estoy libre. No me la van a dar. Quiero
que me escuche Jesús Mena (director de la Conade), a quien ya le mandé
correos electrónicos y le informé en las redes sociales, pero nada.
Quiero que todos sepan que, hasta ahora, Juan Manuel González está
cumpliendo con su palabra. Me dijo ‘Te voy a chingar’ y lo está
haciendo, violando mi derecho constitucional a trabajar, sin importarle
que tengo tres hijos que dependen de mí.”
18 de mayo de 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario