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CHILPANCINGO,
Gro. (proceso.com.mx).- A pesar de que la Policía Federal y estatal
asumieron el control de la seguridad en la capital de la entidad desde
hace poco más de un mes, habitantes de al menos tres colonias decidieron
implementar mecanismos de autodefensa para proteger su vida y
patrimonio ante la imparable ola delincuencial que tiene asfixiada y en
psicosis a la sociedad.
Los constantes robos, secuestros y
extorsiones que persisten en diferentes puntos de la ciudad, están
obligando a los ciudadanos de Chilpancingo a armarse con rifles de
calibre ligero, machetes, piedras y palos para enfrentar directamente a
la delincuencia ante la ausencia plena de autoridad, informaron vecinos
indignados entrevistados por este medio.
Los movimientos de
autodefensa impulsados por habitantes de las colonias Adolfo Viguri
Viguri, Emperador Cuauhtémoc y el fraccionamiento Río Azul, donde la
participación de las mujeres es muy activa, comenzaron a un mes de que
800 policías federales y estatales desplazaron a las autoridades
municipales y asumieron el control de la seguridad en las 500 colonias
que conforman la ciudad desde el 1 de marzo.
El operativo federal
denominado Juntos por Chilpancingo, se ha enfocado en desarticular la
estructura del grupo delictivo Los Rojos, a quienes atribuyen la ola de
asesinatos, secuestros, robos y extorsiones que colapsaron la vida de la
sociedad y el sector productivo en Chilpancingo.
No obstante, la
detención de los cabecillas de esta pandilla afincada en la capital de
Guerrero, desató el efecto cucaracha y los líderes de las células que
aún operan en la región Centro huyeron de Chilpancingo y se refugiaron
en pueblos vecinos como Zumpango, Tixtla y Chilapa, donde “la
delincuencia se ha institucionalizado”, denunciaron representantes del
Consejo Ciudadano de Seguridad que encabezan comerciantes y empresarios
afiliados a la Coparmex.
Fuentes oficiales indicaron que el
incremento de los secuestros, asaltos y extorsiones es consecuencia del
descabezamiento de la estructura de Los Rojos, debido a que los
remanentes de esta pandilla están actuando de manera desesperada para
conseguir recursos económicos que les permitan subsistir.
Apenas
este jueves 10, el alcalde priista de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos
informó que el 70 por ciento de los 156 policías municipales que
acudieron a presentar exámenes de control y confianza capitalino,
reprobaron las pruebas de certificación.
Este hecho refleja el
motivo por el que la ciudadanía no denuncia los delitos ante la falta de
confianza en las autoridades y debido a que ninguna corporación
policiaca ha revertido la situación de inseguridad que está generando
terror y sicosis, los ciudadanos de la capital guerrerense han decido
enfrentar directamente a la delincuencia.
El primer movimiento de
autodefensa en esta capital se registró el sábado 5 en la colonia Adolfo
Viguri Viguri, ubicada al Oriente de la ciudad, donde los vecinos
conformaron guardias ciudadanas e implementaron recorridos en la colonia
para vigilar la zona portando machetes, palos y rifles y pistolas
calibre .22.
Ello debido a que en un periodo de 15 días, la inseguridad se agudizó y se registraron al menos 22 asaltos.
La
indignación ciudadana se desbordó porque a pesar de que solicitaban
ayuda a las autoridades, nunca hubo respuesta de las corporaciones
policíacas para atender las emergencias.
El jueves 10, cinco días
después del primer levantamiento ciudadano en Chilpancingo, habitantes
del fraccionamiento Río Azul, que se ubica al sur de la ciudad, también
decidieron tomar la seguridad en sus manos ante los constantes robos a
casa habitación y de autos.
En un solo día, los delincuentes saquearon tres viviendas y durante una semana robaron en promedio, un vehículo diario.
En
el colmo de la impunidad, los delincuentes utilizaron grúas para
llevarse las unidades, señalaron habitantes de este asentamiento
conformado por burócratas y comerciantes que no sólo sufren los embates
de la delincuencia sino también de la falta de cumplimiento de la
empresa constructora en obras de infraestructura como pavimentación de
calles y alumbrado público.
Por ello, los habitantes de este lugar
decidieron organizarse para vigilar entradas y salidas del
fraccionamiento armados con piedras, palos y machetes donde revisan el
ingreso de personas durante la noche y la madrugada.
A la acción
de los habitantes del fraccionamiento Río Azul, se sumaron vecinos de la
colonia Emperador Cuauhtémoc, quienes han reforzado la seguridad en la
zona para evitar que sigan ocurriendo hechos de violencia.
Esta
situación ha encendido focos rojos en la estructura gubernamental debido
a que en el municipio de Chilpancingo se ha extendido el movimiento de
autodefensa que comenzó en el valle de El Ocotito, zona rural de este
lugar colapsado por la narcoviolencia.
/ 13 de abril de 2014)
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