La mayoría de las víctimas fatales por
el incendio en Chile son ancianos que no lograron abandonar a tiempo sus
hogares ante el rápido avance de las llamas, según informó el jefe
zonal de Carabineros, Julio Pineda.
El fuego, que comenzó el sábado por
motivos aún desconocidos, arrasó también con cinco cerros de la ciudad
portuaria de Valparaíso y amenaza nuevamente a la zona residencial. La
Cruz, El Vergel, San Roque, Las Cañas y Mariposas, donde viven miles de
familias que han construido sus viviendas sin permiso de edificación,
son los lugares más afectados.
“La gente de Valparaíso tiene coraje y
fuerza y no está sola”, afirmó la presidenta chilena, Michelle
Bachelet, al encabezar este domingo una reunión del Comité de emergencia
en la Intendencia regional, tras la cual anunció ayuda para los
damnificados.
Las autoridades reconocen que es la peor
tragedia que se recuerda en esa ciudad portuaria, situada a 120
kilómetros al oeste de Santiago, donde viven unas 250.000 personas y se
encuentran la sede del Parlamento y de la Armada de Chile. Las imágenes
de la catástrofe fueron documentadas por los propios vecinos en las
redes sociales.
Unas veinte aeronaves entre helicópteros
y aviones cisterna se afanaban por combatir desde el aire los numerosos
focos del incendio que seguían activos este domingo, mientras que en
tierra más de 3.500 hombres, pertenecientes a las brigadas forestales,
bomberos, policía, el Ejército y la Armada luchaban por controlar el
fuego.
Las calles de Valparaíso son patrulladas
por efectivos de la Marina, en aplicación del estado de excepción
decretado por Bachelet, quien declaró la ciudad como zona catastrófica.
Las condiciones meteorológicas no ayudan a la eliminación del fuego,
que ya ha arrasado más de 800 hectáreas, debido al viento y las
temperaturas en la zona, inusualmente altas para esta época del año.
“Tal vez sea el peor incendio en la
historia de Valparaíso”, admitió Bachelet, quien no descartó que las
cifras de víctimas y daños puedan aumentar a medida que avanza la
remoción de escombros y se hace el catastro de las casas destruidas.
La Oficina Nacional de Emergencia ha
enviado camiones con colchones, mantas, agua, mascarillas, carpas y
alimentos a los albergues que han acogido a las cientos de personas que
han perdido su hogar y todos sus enseres. Además, las autoridades han
dispuesto una campaña de vacunación masiva contra la influenza y el
tétanos, dirigida especialmente a la población de riesgo.
Esta es la segunda catástrofe en menos
de un mes que golpea a Chile, donde 1° de abril un terremoto de 8,2
grados causó seis muertos y severos daños materiales en tres regiones
del extremo norte.
(EL SOL DE CABORCA/ Redacción/ Domingo, 13 de Abril de 2014 20:02)
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