“No
se culpe a nadie de mi muerte fue una decisión mía”, decía una de las
dos cartas póstumas que dejó el mecánico Martín Fernando Rábago Monzón,
de 36 años, al terminar con su existencia, ahorcándose en el traspatio
de su hogar, ayer poco antes de las 9:45 de la mañana, en calles Ramón
Guzmán y Flavio Bórquez.
El
vecino de la colonia Sochiloa, fue localizado por un familiar, cuando
pendía de una cuerda atada a una varilla saliente, que se localiza en un
callejón de la parte posterior de la vivienda.
En los
escritos que, fueron los últimos de su vida, Rábago Monzón, aludía que
había tomado esa funesta determinación, debido a que enfrentaba
problemas con su esposa.
Momentos
antes, el jefe de familia, había acudido a un taller mecánico donde
laboraba y se conoció que alrededor de las 9:00 de la mañana se regresó a
su casa y aprovechando que no había nadie, comenzó inicialmente a
redactar los postreros mensajes.
Después
salió al patio de su vivienda que se localiza en la esquina suroeste de
la mencionada confluencia vial y amarró uno de los extremos de una
cuerda nylon a una varilla saliente del techo y el otro a su cuello.
Seguidamente
se lanzó al vacío que había entre sus pies y el piso y de esta manera
se ocasionó una muerte de asfixia por ahorcamiento.
Minutos
más tarde llegó un familiar y lo encontró ya sin vida por lo que decidió
dar parte a las autoridades policiacas y éstas a su vez lo comunicaron
al Ministerio Público del Fuero Común del sector dos, encargándose de
dar fe judicial del cadáver, en cuyas ropas se localizaron las cartas
póstumas.
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