Arteaga, Michoacán—
A pesar de la presencia de fuerzas federales en Tumbiscatío y Arteaga, los
elementos desplegados en la zona reconocen que aún no se ha logrado controlar
en su totalidad la seguridad, debido a que todavía hay presencia de integrantes
del crimen organizado.
En Tumbiscatío, las
calles permanecen vacías, sin gente y con pocos comercios abiertos.
La impunidad y el
poder de Los Caballeros Templarios les permite instaurar un toque de queda
entre los pobladores, quienes tienen prohibido hablar con los elementos de la
Policía Federal, pues el crimen organizado amenazó con asesinarlos si lo
hacían.
“Hemos tenido muchos
problemas para poder hablar con las personas. No quieren hablar con nosotros, y
los que lo hacen nos han comentado de las amenazas”, explica uno de los
elementos de la Policía Federal que fue enviado al municipio en enero pasado.
Los Templarios
cuentan con viviendas y negocios en la cabecera municipal. Una de ellas es de
Servando Gómez, ‘La Tuta’, uno de los líderes de la agrupación criminal. A
pesar de la presencia de los elementos federales, la propiedad continúa
habitada e, incluso, permanece abierto un expendio de cerveza en una de las
accesorias de la casa. Los elementos destacamentados en la zona explicaron que
ellos ya cumplieron con identificar las propiedades, por lo que ahora
corresponde a la Procuraduría General de la República (PGR) asegurarlas.
“Tenemos los
informes de que esas son las propiedades de ‘La Tuta’ y de otros líderes de la
agrupación, pero no podemos entrar, eso le corresponde a la PGR. Ellos tienen
la facultad de hacerlo. Hay gente viviendo ahí, pero no podemos hacer nada”,
relatan elementos de la Policía Federal.
En Arteaga, el
crimen organizado sigue en las calles y las propiedades de los criminales
siguen intactas. Uno ejemplo de ello es la casa de la mamá de Servando Gómez o
de sus dos hermanos.
Los policías que
resguardan el municipio reconocen que son vigilados por los habitantes de la
ciudad, quienes informan sobre los movimientos que hacen.
Además, explicaron
que ellos fueron enviados sólo para resguardar la seguridad de los habitantes y
evitar delitos del fuero común.
En estos municipios,
‘La Tuta’, ‘El Chayo’ y ‘Kike’ Plancarte y líderes de la organización se
refugiaban, organizaban fiestas y convivían con los habitantes en las plazas
públicas.
Para Los Caballeros
Templarios, Tumbiscatío y Arteaga eran zonas de refugio, debido a que su
ubicación geográfica y el temor en la población les facilitaba su presencia sin
el temor a ser detenidos.
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ El Universal | 2014-03-25 | 21:44)
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