Agentes
encubiertos de ambos países participaron en una acción policiaca que derivó en
la captura de cuatro hombres del líder del cártel del Pacífico, en 2012
CIUDAD DE MÉXICO, 28
de marzo.- Agentes encubiertos de Estados Unidos y España tendieron una trampa
a Joaquín El Chapo Guzmán que derivó en la captura de cuatro integrantes del
cártel del Pacífico, entre ellos un primo hermano del capo, lo que es
considerado en Madrid como el principio de la caída del narcotraficante más
buscado del mundo.
El operativo se
lanzó en 2009 y se le denominó Dark Waters (Aguas profundas). Consistió en
hacer creer a El Chapo y su grupo criminal que en Madrid había nuevos mercados para su droga. Pero sólo se
trataba de un anzuelo, pues cuando la gente de Guzmán Loera creyó que había
condiciones para llevar cocaína a España e instalar una sucursal, se toparon
con agentes del FBI y de la Brigada Central de Crimen Organizado de la Policía
Española.
De acuerdo con un
reportaje publicado por el diario español ABC, “pudiera ser que la operación en
España fuese el principio de la caída de El Chapo”.
“Todo fue mucho más
rápido después. Y la prueba es que al final lo han cogido. En su país, sí, pero
con mucha ayuda americana”, señalan fuentes policiales citadas por el rotativo
español.
SUCURSAL EN ESPAÑA
Todo comenzó hace
cinco años, cuando agentes del FBI se enteraron de que El Chapo estaba
planeando un viaje a España. “Su red quería abrir una sucursal directa de la
cocaína en Europa y la llave pasaba por nuestro país. Varias conversaciones
interceptadas a segundones y algunas pistas de informadores alertaron de esa
posibilidad al FBI de Boston, que puso en marcha en mayo de 2009 la operación
Dark Waters”, describen Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, periodistas del ABC.
El primer paso era
ganarse la confianza de los delegados de El Chapo. La misión corrió a cargo de
agentes del FBI, que se hicieron pasar como narcotraficantes interesados en
asociarse con el cártel del Pacífico.
“Los agentes
americanos, una vez que se ganaron la confianza de la trama (hubo citas y
vigilancias en New Hampshire, Massachusetts, Florida, las Islas Vírgenes,
México, Brasil y España), acordaron con la gente de Sinaloa las condiciones del
envío de la cocaína desde Sudamérica a puertos del sur de España.
“Aquí, otra supuesta
red (en realidad, los policías españoles infiltrados) se ocuparía de controlar
la entrada de la droga y su posterior distribución, bajo la supervisión de los
emisarios del clan mexicano”, refiere la publicación.
Fuentes policiales
citadas por ABC refieren que Guzmán Loera tenía urgencia de contar con aliados
del otro lado del Atlántico, pues carecía de infraestructura para instalar una
sucursal para la distribución de cocaína.
“Esas primeras
negociaciones lo que nos descubrieron es que El Chapo no contaba con una
estructura aquí ni con medios de transporte; necesitaban una alianza para
montar una factoría de forma directa, sin intermediarios”, explicaron las
fuentes.
PRIMERA REGLA: DESCONFIAR
Pero El Chapo, cuyos
tentáculos se extendían por 50 países, 200 ciudades de Estados Unidos y
dominaba el comercio de cocaína en Centro y Sudamérica, no iba a confiar de
buenas a primeras en los primeros socios que se le pusieran enfrente.
De ahí que una vez
cerrados los términos del negocio empezaron las pruebas: envíos de contenedores
sin droga desde Brasil y Ecuador para afianzar la seguridad de la nueva
aventura. El Chapo envió cinco cargamentos, cada mes y medio aproximadamente,
con piñas y plátanos a nombre de una empresa “pantalla”. Todos pasaron sin la
aduana y llegaron a su destino.
Por esas fechas,
cuatro hombres de la entera confianza de El Chapo viajaron a Madrid y
perfilaron el trato en reuniones en el hotel Palace y en restaurantes de lujo
de la ciudad, camuflados como ejecutivos mexicanos, señala el rotativo.
“Confiados ya en sus
nuevos socios, y con el examen de los puertos aprobado, el siguiente paso era
mandar la cocaína. El contenedor cargado con 373 kilos de droga (no era
cuestión de arriesgar más la primera vez) procedente de Brasil llegó al puerto
de Algeciras, el 27 de julio de 2012, camuflada entre piñas, y casi al tiempo
los hombres del cártel volaron a España de forma separada. Al llegar no daban
crédito. En lugar de encontrarse con sus nuevos socios, les esperaban los
grilletes y la cárcel”, relata el diario español.
CUATRO DETENIDOS
La Brigada de Crimen
Organizado de la Policía detuvo a Jesús Gutiérrez Guzmán, primo hermano de El
Chapo, que iba a ser el jefe de Sinaloa en España; a Rafael Humberto Celaya
Valenzuela, abogado del grupo y que se
encargaría de los asuntos jurídicos; a Samuel Zazueta Valenzuela, colaborador
directo del primero, y a Jesús Gonzalo Palazuelos Soto.
“Estados Unidos
pidió de inmediato la extradición de los cuatro, que se completó a finales de
junio del año pasado. Se les envió también una pequeña cantidad de droga, como
habían solicitado, para ser juzgados en New Hampshire, donde se les acusa de
conspiración por distribuir más de mil kilos de coca. La causa se archivó en
España, tal y como se había pactado.
“Rafael Celaya fue
entregado al FBI sólo dos meses después de su arresto en Madrid. Según las
fuentes, llegó a un acuerdo con agentes americanos; es decir, dio información a
cambio de beneficios. Pudiera ser que la operación en España fuese el principio
de la caída de El Chapo”, concluye el texto del ABC.
GUZMÁN TENÍA CINCO ARMAS Y 143 CARTUCHOS
Un fusil, una
carabina, dos pistolas, una granada, un lanzagranadas, 143 cartuchos y siete
cargadores. De eso constaba el arsenal que se le decomisó a Joaquín El Chapo
Guzmán Loera el día de su captura.
De acuerdo con un
parte informativo suscrito por dos integrantes de la Marina-Armada de México,
la primera arma confiscada fue la que le quitaron a Carlos Manuel Hoo Ramírez,
El Cóndor, quien se identificó como “secretario particular” de El Chapo.
Se trata de un fusil
calibre 5.56 milímetros (.223) marca Colt, modelo M-16AI, de fabricación
estadunidense.
Esta arma entró en
servicio con el ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, en
1963. El M-16 ha sido ampliamente adoptado por ejércitos de todo el mundo. En
México es considerada como arma para uso exclusivo del Ejército mexicano.
Una vez que Hoo
Ramírez y El Chapo fueron aprehendidos, elementos de la Marina inspeccionaron
el departamento, donde fue hallado el resto del arsenal.
Destaca una carabina
calibre 5.56 milímetros (.223), marca Bushmaster, modelo XM15-E2S, de
fabricación estadunidense.
Esta arma tiene un
sistema de disparo automático y semiautomático, por lo que también es
considerada de uso exclusivo del Ejército.
Al capo de Sinaloa
también se le decomisaron dos pistolas. Una de ellas es una calibre 5.7 x 28
milímetros, marca FN Herstal, de fabricación belga.
La otra pistola es
una Colt calibre .38 súper, modelo government, de fabricación estadunidense.
Ambas armas, por
tener un sistema de disparo semiautomático, son consideradas como de uso
exclusivo del Ejército mexicano, por lo que Guzmán Loera y su cómplice incurren
en el delito de portación ilegal de armas.
Aquel 22 de febrero
de 2014, día de la captura de El Chapo y su escolta, también fueron asegurados
60 cartuchos para arma de fuego calibre 5.7x28 milímetros de la marca FN Herstal;
24 cartuchos calibre .38 súper auto de la marca Águila, así como 59 cartuchos
calibre .223 de diferentes marcas.
El parte informativo
de los marinos, cuya copia posee Excélsior, también señala que fue asegurado un
lanzagranadas calibre 40 milímetros, el cual estaba abastecido con una granada
de fragmentación de impacto, calibre 40 milímetros.
El armamento
decomisado al jefe del cártel del Pacífico se completa con tres cargadores
pistola, tres cargadores .38 súper y un cargador calibre .223.
ARMAS DEL CAPO ESTABAN “LIMPIAS”
Personal de la
Sedena consultado por Excélsior dijo que las pistolas y fusiles no tienen
reporte de robo.
Las cinco armas
aseguradas el pasado 22 de febrero por elementos de la Marina en Mazatlán,
Sinaloa, luego de la captura de El Chapo Guzmán, se encuentran sin reporte de
robo o bajo investigación por delincuencia organizada en México y Estados
Unidos.
Personal de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguró a Excélsior que no se tiene
actualmente ningún reporte para el arma de fuego tipo fusil calibre 5.56
milímetros (mm), marca Colt, cuya matrícula es 5219338 modelo M-16AI, así como
para las pistolas calibre 28 mm, marca FH Herstak, matrícula 386104758 y una
Súper Auto calibre .38 de la marca Colt, matrícula 70S01248.
También se negó que
haya reporte para el arma de fuego tipo carabina calibre .223, marca
Bushmaster, matrícula L337637.
Según la
averiguación previa AP/PGR/SEIDO/UEIDCS/007/2014 de la Subprocuraduría
Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada, Unidad
Especializada en Investigación de Delitos contra la Salud en poder de este
diario, estas armas de fuego fueron decomisadas a Carlos Manuel Hoo Ramírez,
alias El Cóndor, así como encontradas al interior del inmueble donde fue
capturado el Chapo Guzmán.
Como publicó
Excélsior el pasado 26 de marzo, Hoo Ramírez, quien se identificó como
“secretario particular” del Chapo, reveló en su declaración ministerial que se
rindió y tiró sus armas, al verse acorralado por los elementos de la Marina.
“Ante la presencia
de las armas, se le indicó que mostrara la autorización para portar el
armamento, manifestando que no contaba con ellos toda vez que eran para
proteger a su jefe Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, quien salió de la
habitación del inmueble, razón por lo cual se realizó su detención”, se lee en
el documento.
Luego de conocerse
las matrículas, marcas, calibres y país de origen, Excélsior buscó tanto en
México como en Estados Unidos si en los registros de armas robadas o bajo
investigación por uso en temas de delincuencia se encontraban las decomisadas a
El Cóndor, y ninguna figuraba en los documentos verificados.
Personal del
registro de armas de la Sedena en el Campo Marte, a donde acudió Excélsior para
saber si eran robadas o tenían antecedentes delictivos, y que pidieron el
anonimato, señalaron que los datos de las armas dados a conocer por el
reportero se encontraban bajo investigación al ser decomisadas al Chapo Guzmán,
pero confirmaron que estaban “limpias”.
“Normalmente los
cárteles compran en Estados Unidos u otras naciones como Colombia las armas
nuevas, pues no les conviene usarlas si ya están reportadas, pues se puede
hacer más fácilmente una investigación que triangule a sus aliados.
“Es difícil conocer
su origen, pues no hay un registro como tal en Estados Unidos de compra-venta,
pues muchas se comercializan de manera ilegal. Además, cada estado tiene sus
propias normas y leyes, además que sólo el Departamento de Defensa tiene un
registro total, y ese sólo se puede consultar cuando, en el caso de México, se
solicita por medio de la Sedena información. No es pública a nadie”, dio a
conocer una de las fuentes.
En Estados Unidos,
se consultaron las bases de datos de armas robadas The HotGunz Stolen Firearms,
que cuenta con más de seis mil 900 reportes, así como el sitio autorizado por
el gobierno StolenWeapon.com, donde se mostró que ninguna de las armas
decomisadas tenía reporte de robo o estuviera bajo investigación.
(EXCELSIOR/
Redacción/ 28/03/2014 09:52)
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