El mexicano Marcial Maciel fue
sólo uno de los muchos abusadores de menores que han sido solapados y
protegidos por los últimos tres pontífices católicos. El sacerdote y
criminal sexual más reciente del cual se tiene noticia es el exnuncio
Josef Wesolowski, actualmente escondido en algún rincón del Vaticano.
Toda la maraña de protección para curas pederastas ha salido a la luz en
un informe del Comité de los Derechos del Niño, de la ONU, el cual le
exige a la cúpula romana castigo a los delincuentes. Y pese a todo…
parece que nada detendrá la próxima canonización de Juan Pablo II,
durante cuyo pontificado el lobby gay afianzó su impunidad.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El próximo 27 de abril en una magna
ceremonia en la Basílica de San Pedro en El Vaticano, a la cual
asistirán los más altos jerarcas católicos del mundo, el Papa Francisco
canonizará a Juan Pablo II y dará por hecho que éste ya está “ante la
presencia absoluta de Dios por haber llevado una vida de gracia
extraordinaria”.
Pero el Comité de los Derechos del Niño de la ONU acaba de determinar
que el pontificado del santo en ciernes propició muchos abusos sexuales
contra menores de edad, al encubrir y proteger sistemáticamente a
sacerdotes pederastas que delinquieron en la más absoluta impunidad.
Con base en esta resolución de la ONU, varias organizaciones civiles
acudirán a los tribunales internacionales para abrir un proceso judicial
contra El Vaticano y Juan Pablo II, con el argumento de que cometieron
“crímenes de Estado” por solapar institucionalmente la pederastia
clerical.
Así Karol Wojtyla quedará como un santo y, paradójicamente, también
como un presunto criminal. De ahí que su llegada a los altares ya es
vista por muchos como una especie de canonización maldita; un hecho
totalmente contradictorio y desconcertante.
El exsacerdote Alberto Athié, quien lleva años denunciando la
complicidad de Wojtyla en sonados casos de abuso sexual, exclama
enfático: “¡Esa canonización debe detenerse! Antes de llevarse a cabo
debe quedar deslindada la responsabilidad de Juan Pablo II en varios
casos de pederastia. Y sobre todo ahora que la ONU determinó el
encubrimiento institucional por parte de la Santa Sede y le pide que
entregue a la justicia civil a sus pederastas”.
–¿Este fallo de la ONU los llevará a ustedes acudir a instancias judiciales? –pregunta este semanario.
–¡Por supuesto! De eso se trata. Las víctimas de abuso sexual y
varias organizaciones sociales acudiremos a los tribunales
internacionales, como el Tribunal de La Haya, para que se le abra un
proceso judicial a la Santa Sede y a quienes resulten responsables.
Nosotros, por lo pronto, consideramos que se cometieron crímenes de
Estado y que el Papa Juan Pablo II es absolutamente responsable.
Obviamente que falta el veredicto de los tribunales.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1945, ya en circulación)
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