PUEBLA, Pue. (apro).- Eduardo Rivera Pérez acaba su administración como alcalde de Puebla en medio de una campaña de ataques en su contra que algunos panistas adjudican al gobernador Rafael Moreno Valle, debido a las aspiraciones que el edil hizo públicas de sucederlo al frente de la administración estatal.
Este sábado 15, Rivera Pérez entregará la administración de la
capital poblana al también panista Antonio Gali Fayad, quien se
desempeñó como secretario de Infraestructura en los primeros años del
gobierno de Moreno Valle, por lo que se espera un escenario muy
diferente para los próximos tres años.
A pesar de militar en el mismo partido, Rivera Pérez, considerado
representante del PAN tradicional ligado al ultraderechista Yunque, y
Moreno Valle, un expriista relacionado con el neopanismo, tuvieron una
serie de desencuentros desde el arranque de ambas administraciones.
Aunque en los últimos meses de 2013 la relación entre ambos pareció
mejorar, los primeros días de este año volvieron a ser evidentes los
choques, cuando el alcalde no fue invitado a la inauguración de obras
públicas, que encabezó Moreno Valle, pese a que el municipio había
aportado recursos para llevarlas a cabo.
Este distanciamiento fue más evidente después de una serie de
entrevistas que el edil poblano concedió previo a su último informe, en
las que reconoció tener aspiraciones de contender por la gubernatura en
los comicios del 2018.
“Voy a seguir trabajando en la vida política y ustedes dirán en dónde
me quieren ver. Es una decisión que no me corresponde tomar. Algunos
opinan que en Casa Puebla (casa oficial del gobernador en turno), habrá
que esperar”, expresó.
El martes 4, la prensa local destacó la ausencia de Moreno Valle en
el último informe de gobierno de Rivera Pérez, pese a que el gobernador
sí estuvo presente ese día en el primer claquetazo de una telenovela de
Televisa y en el informe de su similar de Jalisco, el priista
Aristóteles Sandoval.
Cuando parecía que nada sucedería en los últimos días de su trienio,
regidores de la Comisión de Patrimonio y Hacienda del municipio,
incluidos dos del mismo PAN, rechazaron la cuenta pública de Rivera
Pérez de 2013 y la de 2014. Esto dio pie a una serie de publicaciones en
las que se atacaba el desempeño de su gobierno.
Con un cabildo dividido, las cuentas públicas finalmente fueron
aprobadas cuando faltaban apenas dos días para que se diera el cambio de
poderes, pero esto fue considerado sólo un vaticinio de lo que podría
ocurrir cuando se discutan esas cuentas en el Congreso local.
Gabriel Hinojosa, exalcalde de Puebla, dijo que es “totalmente
previsible” que Moreno Valle utilizará al Congreso como “garrote
político” para bloquear las aspiraciones políticas de Rivera Pérez.
Según algunos medios locales, el edil ocupó los últimos días de su
administración en sacar copia a cada uno de los documentos que dejará a
la administración de Gali Fayad, como una forma de prever la posible
defensa de sus cuentas públicas cuando sean discutidas en el Congreso
local.
Los desencuentros
Las desavenencias entre Moreno Valle y Rivera Pérez fueron
oficialmente públicas cuando la noche del Grito de Independencia, en el
primer año de ambas administraciones, el alcalde fue desairado por el
gobernador al salir al balcón para encabezar la ceremonia.
En los años siguientes, Moreno Valle ha realizado dos ceremonias del
Grito: una en el balcón municipal y otra en la zona de los Fuertes, esta
última con espectáculos y presentaciones de artistas de talla nacional.
Otro de los desencuentros que marcaron estos tres años fue el hecho
de que el gobierno estatal retiró el apoyo de mil 196 policías que
ofrecía el estado al municipio de Puebla para reforzar la seguridad
pública local.
En los comicios internos para elegir el candidato presidencial del
PAN, de nueva cuenta ambos gobernantes se enfrentaron, pues Moreno Valle
apoyó públicamente a Ernesto Cordero, mientras que Rivera jugó a favor
de Josefina Vázquez Mota.
Como parte de esto se considera también la división interna del PAN
que se dio cuando Moreno Valle promovió la llamada ley Mondragón, para
impedir que el entonces dirigente estatal de Acción Nacional, Juan
Carlos Mondragón –personaje cercano al alcalde Rivera Pérez– se
mantuviera en el cargo durante los comicios locales de 2013.
/ 14 de febrero de 2014)
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