Saltillo, Coah.- Con palabras entrecortadas y sin querer hablar mucho del tema, pero sí de gritar el dolor que siente de perder a su madre María Eugenia Lara Esparza, Alfredo Quezada exigió a las autoridades se castigue a quienes provocan este tipo de accidentes en donde fallecen personas dejando familias desconsoladas y pidió a las líneas de autobuses asegurarse de que los choferes estén aptos para trabajar.
Su madre perdió la vida ayer en el autobús que era conducido por
Rigoberto Navarro, quien al parecer dormitó en una curva en los límites
de Saltillo y Ramos Arizpe, provocando un accidente que dejó ocho
muertos.
Por sus mejillas corrían lágrimas que no cesaban. Estaba afuera de un hospital particular esperando informes sobre su prima Nancy Lara Morales, quien acompañaba a su mamá y a su hermano Eduardo, de 22 años.
En el autobús iban compartiendo asiento María Eugenia y Nancy, mientras que unos más adelante estaba Eduardo. Así comenzaron su recorrido que los llevaría hasta Aguascalientes, a donde acudirían al velorio de una hermana de María Eugenia.
Sin embargo, la velocidad inmoderada con que manejaba el chofer y la llovizna que se hizo presente desde temprana hora de este 25 de diciembre, se conjugaron para provocar la fatal voladura del camión de pasajeros.
Día de amargura
Así, el que parecía sería un día de paz y alegría, después de disfrutar de la cena navideña, se transformó uno lleno de amargura para los familiares de las ocho víctimas mortales, entre ellas una mujer embarazada y un pequeño de cuatro años.
La familia Lara, con raíces en Aguascalientes, pero actualmente radicada en Monterrey, jamás pensó que el luto mancharía este día, precisamente en la Navidad.
“Mi mamá falleció, ahorita la están identificando en el Semefo; mi hermano la vio destrozada, partida en dos, sólo estamos esperando los trámites”, relató Alfredo.
Recordó que su hermano Eduardo habló con su papá para avisarle del accidente. Al momento tomaron carretera. El camino se les hizo eterno: una hora y media y apenas estaban llegando al lugar del accidente. Al bajar del automóvil sentían que las piernas les temblaban y que el corazón les comenzaba de manera más acelerada.
“Preguntamos, pero nadie nos dijo nada, quizá por no decir lo que realmente había pasado y nos mandaron a los hospitales a preguntar”, señaló.
En el Centro Hospitalario La Concepción encontraron a su hermano Eduardo, con lesiones leves y un collarín; fue quien les dijo que su madre estaba muerta y que su prima perdió un brazo y la trasladaron en estado de suma gravedad.
“Mi hermano trae collarín y lastimado el brazo, son lesiones leves, pero la imagen de nuestra madre nunca la olvidará, él fue quien me dijo: ‘Mamá ya está muerta, la vi partida a la mitad’”, relató Alfredo.
El cuerpo de María Eugenia será trasladado a Monterrey para darle cristiana sepultura, solamente esperan que los médicos informen sobre la recuperación de Nancy y aún con el dolor por la pérdida de su madre, buscarán que la aseguradora dé la cara.
aCon un sentimiento de impotencia, Alfredo reiteró su demanda de que las empresas de transporte de pasajeros realicen inspecciones continuas de sus operadores, ya que los accidentes trastocan a familias, dejando huecos que no se llenan y más cuando se trata de una madre.
Por sus mejillas corrían lágrimas que no cesaban. Estaba afuera de un hospital particular esperando informes sobre su prima Nancy Lara Morales, quien acompañaba a su mamá y a su hermano Eduardo, de 22 años.
En el autobús iban compartiendo asiento María Eugenia y Nancy, mientras que unos más adelante estaba Eduardo. Así comenzaron su recorrido que los llevaría hasta Aguascalientes, a donde acudirían al velorio de una hermana de María Eugenia.
Sin embargo, la velocidad inmoderada con que manejaba el chofer y la llovizna que se hizo presente desde temprana hora de este 25 de diciembre, se conjugaron para provocar la fatal voladura del camión de pasajeros.
Día de amargura
Así, el que parecía sería un día de paz y alegría, después de disfrutar de la cena navideña, se transformó uno lleno de amargura para los familiares de las ocho víctimas mortales, entre ellas una mujer embarazada y un pequeño de cuatro años.
La familia Lara, con raíces en Aguascalientes, pero actualmente radicada en Monterrey, jamás pensó que el luto mancharía este día, precisamente en la Navidad.
“Mi mamá falleció, ahorita la están identificando en el Semefo; mi hermano la vio destrozada, partida en dos, sólo estamos esperando los trámites”, relató Alfredo.
Recordó que su hermano Eduardo habló con su papá para avisarle del accidente. Al momento tomaron carretera. El camino se les hizo eterno: una hora y media y apenas estaban llegando al lugar del accidente. Al bajar del automóvil sentían que las piernas les temblaban y que el corazón les comenzaba de manera más acelerada.
“Preguntamos, pero nadie nos dijo nada, quizá por no decir lo que realmente había pasado y nos mandaron a los hospitales a preguntar”, señaló.
En el Centro Hospitalario La Concepción encontraron a su hermano Eduardo, con lesiones leves y un collarín; fue quien les dijo que su madre estaba muerta y que su prima perdió un brazo y la trasladaron en estado de suma gravedad.
“Mi hermano trae collarín y lastimado el brazo, son lesiones leves, pero la imagen de nuestra madre nunca la olvidará, él fue quien me dijo: ‘Mamá ya está muerta, la vi partida a la mitad’”, relató Alfredo.
El cuerpo de María Eugenia será trasladado a Monterrey para darle cristiana sepultura, solamente esperan que los médicos informen sobre la recuperación de Nancy y aún con el dolor por la pérdida de su madre, buscarán que la aseguradora dé la cara.
aCon un sentimiento de impotencia, Alfredo reiteró su demanda de que las empresas de transporte de pasajeros realicen inspecciones continuas de sus operadores, ya que los accidentes trastocan a familias, dejando huecos que no se llenan y más cuando se trata de una madre.
(ZOCALO/ Yadira Leos /26/12/2013 - 07:32 AM)
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