TIJUANA,
BC (Proceso).– El empresario Carlos Lagos Yagües, quien construye un
complejo de 4 mil 500 residencias en la zona vinícola de Valle de
Guadalupe, ha patrocinado campañas electorales de influyentes políticos
bajacalifornianos.
Eduardo Cota Osuna, dirigente estatal de la
Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas, explica:
“Carlos Lagos me llegó a comentar que mete dinero a candidatos priistas
y panistas, patrocinando sus campañas sin importarle quién ganará.
También presume que quita y pone a los alcaldes del municipio de
Rosarito”.
Afirma que incluso a él mismo, cuando era candidato
perredista a diputado por el octavo distrito de Tijuana, Lagos se le
acercó para ofrecerle dinero: “Me propuso entregarme 10 mil dólares para
mi campaña política, a pesar de que, me dijo, sabía muy bien que yo iba
a perder. Rechacé su oferta”.
El perredista denuncia también el
gran apoyo que ha recibido Grupo Lagza –la inmobiliaria manejada por
Lagos y por su cuñado Ricardo Zazueta– de los exgobernadores Eugenio
Elorduy y Guadalupe Osuna, así como Enrique Pelayo, quien acaba de dejar
la alcaldía de Ensenada. “Por ejemplo, con el gobernador Elorduy, el
empresario hizo negocios en la construcción del Boulevard 2000, la
importante vialidad que une Tijuana con Rosarito”.
En tanto, el
gobierno municipal de Pelayo emitió un reglamento que le permite a Grupo
Lagza construir el conjunto habitacional Rancho Olivares en plena zona
de viñedos. Este reglamento aún no se publica en el Periódico Oficial
del estado, pero la empresa ya edificó un campo de golf en la zona.
Fundado
en 1989, Grupo Lagza tiene sus oficinas centrales en Rosarito. En sus
promocionales señala que su objetivo es promover el “desarrollo
inmobiliario en la costa de Baja California”. Su “mercado original” era
la venta de propiedades a los estadunidenses. Pero en los últimos años
“ha centrado sus esfuerzos en atraer a los compradores de la clase media
de Tijuana”.
Lagza enfrenta denuncias penales por diversos
fraudes cometidos contra compradores de vivienda. Un caso reciente es el
de los habitantes del fraccionamiento Misión del Mar II, en el
municipio de Rosarito, quienes demandaron a la compañía porque,
sostienen, les vendió terrenos que se encuentran embargados por el banco
HSBC.
Si bien los afectados ya terminaron de pagar sus predios a
Lagza, no han podido escriturar porque los lotes del fraccionamiento
fueron puestos por Lagza como garantía hipotecaria en un préstamo que
pidió a HSBC. Aún no liquida el adeudo.
La falta de escrituración
genera muchos problemas a los residentes de Misión del Mar II, ya que
legamente el fraccionamiento no existe para el ayuntamiento, por lo que
no puede darles servicios de agua potable, energía eléctrica, drenaje y
recolección de basura.
Ahora que Lagza empieza a construir en la
zona de viñedos, los vinicultores están alarmados: temen ese tipo de
conflictos y, sobre todo, que el agua que utilizan para las vides se la
apropie la empresa.
Para Carlos Lagos, los opositores a su nuevo
proyecto son sólo “pequeños vinateros” que se están quejando de un
problema que tiene fácil solución, ya que el agua, considera, puede
trasladarse a Valle de Guadalupe desde otras partes.
En una
entrevista para el portal Milenio Baja California, publicada el pasado 8
de noviembre, Lagos asevera que la clave está en “traer agua del río
Colorado”, en utilizar “las aguas residuales de Tijuana” y en instalar
una “desaladora en Ensenada”.
Estas posibilidades nunca han sido
factibles, por costosas o inoperantes. Además, Lagos tampoco dijo que él
pagaría la edificación de esa infraestructura.
Su proyecto,
especifica, no prevé erigir “casitas”: “Yo soy el primero en oponerme a
que alguien haga vivienda de interés social. Por principio, va contra la
lógica del negocio, y por segundo (sic), nos afectaría a todos, porque
estamos hablando de casas de alrededor de 5 millones de pesos, promedio,
que van a tener su huerto de olivos, su huerto de viñedo para el
americano (estadunidense) y para el nacional. A mí me conviene que haya
un orden, porque si no hay orden, si se nos escapa y alguien empieza a
hacer casitas, yo no voy a poder vender casas de 5 millones de pesos.”
Por
lo pronto, Lagos realiza maniobras para obtener el apoyo del nuevo
gobierno estatal del panista Francisco Vega, quien asumió el cargo el
pasado 1 de noviembre, así como del nuevo gobierno municipal de
Ensenada, encabezado por el alcalde priista Gilberto Hirata Chico, quien
tomó posesión el 1 de diciembre y ya está revisando el controvertido
reglamento aprobado por el cabildo anterior, mediante el cual se avala
la construcción de Rancho Olivares.
Carlos Lagos ya se reunió con
Hirata Chico el pasado jueves 12, en las instalaciones de la casa
vinícola L.A. Cetto. Le aseguró que Rancho Olivares no será de alta
densidad poblacional ni afectará la vocación vinícola del Valle de
Guadalupe, según informó el diario regional El Mexicano.
/25 de diciembre de 2013)
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