MADRID (proceso.com.mx).- El tren que cubría la ruta
Madrid-Ferrol, en Galicia, descarriló esta noche –20:42 hora española– a
tres kilómetros del casco urbano de Santiago de Compostela, causando la
muerte de al menos 60 personas y dejando a 130 heridas.
De los heridos, 20 se encuentran en estado grave y hay cinco personas
en coma, según informó el delegado del Gobierno, Samuel Juárez.
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, anunció la suspensión de
sus actividades este jueves 25 para viajar a Galicia y atender este
accidente ferroviario, uno de los más graves que acontece en España.
El accidente se registró en una curva en A Grandeira, que ya había sido calificada como “difícil” por el Ministerio de Fomento.
Al descarrilar el tren Alvia de la empresa Renfe, que transportaba a
218 pasajeros, uno de los vagones saltó por los aires e incluso superó
el talud que separa las vías del tren.
El convoy se partió en dos, y la máquina y los cuatro primeros
vagones descarrilaron; otro intermedio voló sobre un terraplén hasta
caer muy cerca de unas viviendas, y el resto volcó. Uno de los vagones
se elevó más de seis metros, relata la crónica del diario La Voz de Galicia.
Pese a la cortina de humo y los incendios registrados en varios de
los vagones, los pasajeros del Alvia aseguran que se no se registró
ninguna explosión.
El Ministerio del Interior descartó la hipótesis de un atentado. Un
portavoz afirmó que se trató de un accidente y que no caben por tanto
otras hipótesis.
La primera hipótesis que ventilan los portales de los principales
medios de comunicación españoles, es que el tren entró en la curva a
exceso de velocidad.
Todos los equipos de emergencia trabajaban esta noche en el rescate de pasajeros.
En las primeras imágenes que mostraban el tren descarrilado y alguno
de sus vagones totalmente destrozados, se podían ver algunos cadáveres
tendidos a los lados.
/24 de julio de 2013)
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