El
gobernador interino de Michoacán, Jesús Reyna, insiste en que la
gobernabilidad de ese estado no está en riesgo. Pero la realidad lo
desmiente: la semana pasada la violencia llegó a su clímax, pues hubo 42
ejecuciones en municipios de la sierra, la costa y tierra caliente. De
muy poco han servido los militares y policías federales enviados por
Enrique Peña Nieto a la tierra controlada por el cártel de Los
Caballeros Templarios y sus rivales.
APATZINGÁN, Mich. (Proceso).-
En el centro de esta ciudad, cuna de la primera Constitución del país,
es frecuente ver a jóvenes enjoyados y con lentes de marca conducir sus
lujosos Mercedes Benz deportivos. Circulan también por las calles
aledañas camionetas con cristales ahumados de cuyo interior escapan
estruendosos acordes de música de banda norteña, así como muchos jóvenes
montados en motonetas.
Por las noches ellos son los dueños del
entorno, considerado el núcleo de Los Caballeros Templarios. Esto lo
saben el gobierno federal y el estatal, dicen al reportero agentes de
inteligencia de la entidad que piden el anonimato. Incluso, dicen, ya
ubicaron a los cabecillas del grupo, quienes se esconden en un búnker de
una montaña conocida como El Jabalí, en el paraje de Rancho Seco, entre
los municipios de Aguililla y Coalcomán, en la Sierra Madre Sur
Occidental.
“A ello se deben los enfrentamientos de la semana
pasada en esta región. Desde hace tiempo los militares y los policías
federales han venido cercando a Los Caballeros Templarios desde la costa
colindante con Jalisco y Guerrero y en tierra caliente, hacia Colima”,
aseguran a Proceso los funcionarios entrevistados.
Asignado
a la región de Aguililla, que figura entre los principales bastiones de
dicho grupo, uno de los informantes insiste: “Ellos (las autoridades
federales y estatales) saben perfectamente dónde están. No entendemos
por qué no agarran a los líderes”.
La semana anterior Michoacán
vivió la jornada más violenta de diciembre a la fecha. Y aunque el
presidente Enrique Peña Nieto envió a 8 mil efectivos de la Policía
Federal (PF) y el Ejército, el estado es presa de grupos del crimen
organizado como Los Caballeros Templarios y La Familia Michoacana.
En
dos días la violencia cobró 29 vidas, entre ellas las de cuatro agentes
de la PF en los municipios de Los Reyes, Arteaga, Lázaro Cárdenas,
Aquila, Ciahuayana y Buena Vista Tomatlán. Los siete ataques de Los
Templarios a los convoyes de los agentes federales podrían ser un
mensaje de esta banda al gobernador interino Jesús Reyna, quien
permanecerá seis meses más al frente del gobierno, pues el titular,
Fausto Vallejo, pidió licencia a causa de su enfermedad.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1917, ya en circulación)
/27 de julio de 2013)
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