El subcomandante Marcos, vocero y líder político-militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., (proceso.com.mx).- El subcomandante
Marcos, vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN),
reapareció con su álter ego, “El Señor Durito”, a pocos días de que
inicien los festejos por el décimo aniversario de la creación de las
Juntas de Buen Gobierno.
En un comunicado, Marcos reflexiona en torno a cómo las redes sociales han impactado en los grupos de poder.
A principios de este año, Marcos publicó un serial de comunicados titulados Ellos y nosotros, ligados a apuntes en torno al ejercicio del poder y la democracia moderna.
En esta ocasión, Marcos dedica su carta principalmente a las redes
sociales y su papel en la actualidad. A continuación, el comunicado
íntegro:
Antes de explicarles cómo va a ser esto de la escuelita (algo así
como un “manual de ruta” o “manual de malos modales” o “manual de
supervivencia”), vamos a asomarnos para ver en qué están allá arriba.
No porque seamos dispersos (que lo somos, ni dudarlo), sino porque
nosotros tratamos de mirar sus calendarios y geografías, es decir,
tratamos de entender.
Así que, sea usted amable y paciente, y acompáñenos en esta mirada desde acá hasta su allá. Veamos… mmh…
Tanta coyuntura-histórica tratando, en vano, de arrebatar
atenciones con titulares noticiosos. La impostura mediática derrotada
ahora por los hashtags –o como se diga- (“virales” se dice, por masivos,
no por nocivos… ¿o sí?).
Ah, la desesperación de comunicólogos, politólogos, columnistas,
jefes de noticias: los temas de “actualidad” ya no los marcan, señalan,
imponen sus análisis –no pocas veces bien lubricados por billetes de
todos los colores-, sino que cada quien según su modo, su calendario, su
geografía.
Dejemos por un momento de lado esa patética relación entre las
personalidades del espectáculo y de la política en todos los niveles –la
realeza, ministros, presidentes, gobernadores, legisladores-, cuya
“trascendencia” sólo ocupa al periodismo frívolo (es decir, todo el de
paga). Las reflexiones de politólogos y periodistas sobre este asunto
sólo atraen a los cada vez más escasos “profesionales del comentario” en
sus columnas.
En la sentencia “tuitera” de Durito: “De la relación entre la
farándula y la política, vale decir: photoshop los crea y ell@s se
juntan”
Porque ahora resulta que la gente (esa masa rebelde que no mira
hacia donde se le ordena que mire, ni escucha lo que se le ordena que
escuche), ha adquirido la manía de traer lo cotidiano a primer plano:
cómo peinarse, lo que me pasó en tal lugar, lo que me gusta-disgusta, lo
que vi-oí-me dijeron-dicen, los crímenes que no aparecen en los medios
de comunicación de paga, los ridículos reiterados de gobernantes (antes
ocultos por montañas de dinero en los closets de la comunicación de
paga), ahora expuestos sin control.
¿Que el supuesto paladín de la libertad y la democracia, el
gobierno norteamericano, espía impunemente, o hace barbaridad y media en
todo el planeta? ¡Zas!, la red se convierte entonces en la mano
irreverente que derrumba la escenografía tras la que se oculta la gran
obsesión del Poder: controlar todo y a tod@s, sabiéndolo todo.
Y, de pronto, cuando el Poder se da cuenta de que de nada valió
pagar tanto para que los reflectores principales (los mediáticos) se
apagaran o se concentraran en el espectáculo bobalicón de moda, el
respetable, la gente, la plebe, la banda, enciende sus lucecitas, pero
no para acompañar rítmicamente la balada de arriba, sino para evidenciar
que el rey-príncipe-ministro-presidente-gobernante-legislador está
desnudo.
Sabiéndose expuesto, el Poder sólo alcanza a balbucear
incoherencias y, por supuesto, a criminalizar a sus descubridores. ¿Que
tal o cual gobernante o funcionari@ lleva con patético porte su síndrome
de “usted-no-sabe-con-quién-se-mete”? ¡Zás!, ahí tiene su zape
cibernético y que todos lo vean-escuchen-difundan. Y, claro, la
consecuente respuesta jurídico-policíaca de los políticos: arresto de
tuiteros; iniciativa de ley para controlar las redes sociales; el
espacio aéreo mundial usurpado por el gobierno norteamericano, la
patética servidumbre de los gobiernos europeos (“es sólo un indio,
deténganlo”).
Ponga usted el nombre que guste de quienes arriba son o pretenden
ser: Peña Nieto, Obama, Berlusconi, Rajoy, Putin, el etcétera que padece
usted en su rincón. Grandes, medianos y pequeños (todos malos)
comediantes danzando al ritmo frenético de internet (¿sobra decir que ni
siquiera llevan el paso?). Resumiendo: internet = (igual a) la
globalización inmediata y masiva del ridículo y la incapacidad de la
clase política.
Pero ¡cuidado!, porque allá arriba ya se dieron cuenta de que lo
instantáneo (la evidencia masiva de su incompetencia) es también fugaz.
Y que el remedio para un escándalo es un escándalo mayor. El mejor
antídoto contra un “hashtag” viral es otro ídem. Mientras esas
denuncias no pasen al “hay que hacer algo”, de ahí al “hay que hacer
esto”, y de ahí al calendario y la geografía (“hay que hacerlo en tal
lugar, tal día”), pues no hay problema.
El Poder no tiene inconveniente
en que sus ridículos sean temas de sobremesa, pero si, por ejemplo, los
nuevos “terroristas internacionales”, es decir, las redes sociales,
pasan del escarnio a la movilización… pues entonces sí empiezan a sonar
los “teléfonos rojos” (ok, ya sé que ya no se usan, pero creo que me
entienden) en los centros del Poder Mundial, es decir, en los centros
financieros. Porque una cosa es indignarse individualmente frente a la
injusticia, y otra cosa es hacerse colectivo de Indignados. En suma,
los problemas se ponen serios cuando las “manitas abajo” en la red, se
transforman en puños desafiantes en la calle… y en el campo.
Pero allá arriba, l@s analistas insisten en la mentada y re
mentada “coyuntura” (el “contexto histórico”, mi buen). Y se trata del
espectáculo de siempre. Por ejemplo, las elecciones… Fraudes
pre-electorales, electorales y postelectorales. La conclusión entonces
es casi unánime: “no sirven”… hasta que llega una nueva temporada
electoral y un iluminado a modo ofrece lo de siempre: la libertad
anhelada al alcance de una boleta electoral. Así, la salvación está en
pintar una cruz en determinado lugar de un papelito, con fervor
depositarlo en una caja, y a esperar que ese ser intangible que es “la
mayoría” aparezca como irónico disfraz de quien realmente decide: un
puñado de grandes señores y señoras del dinero.
“La Sociedad del Poder”, le llamamos nosotros, nosotras las
zapatistas, tal vez sólo para señalar que no es en el aparato
tradicional, exaltado por la ciencia política ídem y los políticos
ibídem, donde reside el Poder y su criminal ejercicio.
Ah, la clase política y corifeos que la acompañan. Como si
estuvieran a años luz de la realidad, los políticos de arriba no se han
enterado de que lo que pretenden gobernar ya no existe. Su (mala)
actuación es sólo la escenografía tras la que se ocultan los escombros
de un mundo… de su mundo…
DURITO Versión π (3.14159265 etc.)
Un político es como un zombie con un letrero de “vegetariano
radical”, y cualquiera que sea su lema de campaña en el fondo es: “sigo
siendo el mismo pero ahora me voy a portar bien”, me dice Durito, que
sostiene que Hannibal Lecter no es más que un zombie con buenos modales y
habilidades gastronómicas (por cierto, vienen a la escuelita dos
especialistas en gastronomía, seguramente intrigados por los
ingredientes del platillo “Marco´s Special”, no apto para vegetarian@s y
tan exitoso que olvídate de Ratatouille, ¿Querrán robar la receta
secreta?).
Sí, ha regresado Durito. El autodenominado “único superhéroe que
no usa mallas, ni calzones encima de las mallas… ni debajo de las
mallas”.
Durito tiene días insistiendo en que es su turno. A mi argumento
de que muchos no lo recuerdan y que muchos más ni saben de su
existencia, Durito me ha dado su tarjeta de presentación y me pide que
la publique. Él insistió, así que aquí la pongo, por si algún
despistado (o despistada, que la equidad de género no se olvide) decide
recortarla y tenerla a la mano:
Don Durito de La Lacandona A.C. de C.V. de (i)R. (i)L.
Caballero Andante.
Hojita de Huapác # 69.
Montañas del Sureste Mexicano.
Sé que fue un error, pero le pregunté qué diablos quería decir eso
de “A.C. de C.V. de (i)R. (i)L” y me respondió: “Andante Caballero de
Cabalgadura Versátil de Irresponsabilidad Ilimitada”.
Le dije que ya nadie usa las tarjetas de presentación, que ahora
hay “blogs”, “perfiles” y cibernéticos equivalentes. En respuesta a mis
reparos, Durito me quitó la tarjeta, garabateó sobre ella y me la
devolvió. Ahora dice:
Don Durito Punto Com.
Andante Caballero y Grafitero Cibernético.
Arroba más w (pero al triple) punto #yosoy69yomiyomi.
(Se rayan muros feisbuqueros y de los otros. Presupuesto sin costo)
Versión 7.7 bis.
Descarga gratuita sólo para linux.
Diga sí al software libre
Por supuesto que no le pregunté qué significaba todo eso.
Bueno, el asunto es que Durito me ha dicho que ahora es cuando,
que qué mejor momento para hacer su reaparición que cuando un pequeño,
pequeñísimo número de personas, de geografías y calendarios tan
dispersos, están esperando el inicio de clases en la escuelita
zapatista.
Para quienes no lo conocen o no lo recuerdan (o para quienes, como
el que esto escribe, han hecho el esfuerzo de olvidarlo), Durito es un
escarabajo. Cierto, no es un escarabajo cualquiera.
Se dice caballero
andante (y le da por recitar párrafos enteros de “El Ingenioso Hidalgo
Don Quijote de La Mancha”), tiene un “clip” mal desdoblado como lanza,
un pedazo de cáscara de cacaté como yelmo, una tapita de frasco de
medicina como escudo, y como espada, bueno, ahí sí son palabras mayores,
porque su espada es nada menos que “Excalibur” (aunque su apariencia
sea la de una ramita). Para completar tiene como montura no un rocín,
sino una tortuguita del tamaño de un dedo pulgar, a la que llama
“Pegaso” (“porque parece que vuela cuando agarra velocidad”, aclara
Durito).
Durito o Don Durito de La Lacandona, dice que su misión es,
transcribo textualmente lo que me dicta, desafiar al poderoso, socorrer
al desvalido, arrancar suspiros de las féminas, ser modelo de posters,
y… y lo que vaya saliendo en el camino porque tampoco es cosa de
encasillarse, ¿no? Por ejemplo, también hago ingeniería –soy albañil
media cucharita de té-, fontanería, pintura, consejero amoroso,
botiquero, webmaster, mago, catador de helados de nuez, escribano,
especialista en tratamientos de belleza que incluyen lavado, engrasado,
hojalatería y pintura, etcétera. No olvides poner énfasis en el
“etcétera”.
Así que, aprovechando que –al igual que millones de personas-, la
coyuntura histórica no nos toma en cuenta, y mientras llega el día
fatídico en que inicien los cursos de la escuelita zapatista, Durito
impartirá ahora un curso propedéutico, dice, de “alta política”.
Y para hacerlo, Durito se pone en modo “Massively Multiplayer
Online –MMO-” (para que todo el mundo se entere, dice -al menos en Word
of Warcraft y en Call of Duty-) y comienza con… ¡¿Un Twit?!
“Los partidos políticos institucionales son el “bioshacker” de la lucha por la libertad”
(Durito sonríe satisfecho de su capacidad de síntesis, pero siente la necesidad de extenderse así que… a sufrir…)
Para entender el funcionamiento contemporáneo de la política de
arriba, hay que acudir a su nuevo ateneo: los medios de comunicación de
paga. Ojo: noten ustedes que ya no usé el tradicional “medios masivos
de comunicación” porque hay medios alternativos (o libres o como se
diga) que son masivos y otros que son terreno de lucha (como internet).
Tomemos, por ejemplo, la televisión. Encienda su aparato y
aprecie usted cómo la realidad imita a la publicidad. Ahí están esos
anuncios con aparatos maravillosos que le permiten no sólo bajar de
peso, también le dan una figura de yomiyomi, de corre-porque-te-alcanzo.
Adquiriendo uno de esos aparatos, usted puede atascarse de
garnachas, harinas, carbohidratos, hidrocarburos, azúcar, benzoato de
sodio en generosas proporciones, y además tirarse en la cama o el sofá o
la hamaca o el suelo (todavía hay clases sociales, no se crea) y darle
al videojuego, a la novela o a la teleserie. En unos cuantos días,
usted tendrá una figura como el joven o la señorita que en este momento
está demostrando que el aparato es fácil de usar, además de ser útil
para colgar la ropa a secar.
Bien, así es la política de arriba en el momento en que piden su
voto. No es necesario que usted se organice, que luche todos los días y
en todas partes, por construirse un destino. Para eso, no faltaba más,
está este producto. En su nueva versión le hemos incluido un botón de
reseteo, y ahora incluye un frasco de gel con aroma a florecitas. Él se
encargará de todo. Usted siéntese cómodamente y verá cómo abundan las
ofertas de trabajo digno, los créditos con bajos intereses, las escuelas
laicas, científicas y gratuitas, la cultura al alcance de todos, las
viviendas con todos los servicios que sí sirven y de bajo costo,
alimentos completos, hospitales bien equipados y personal médico
capacitado, las cárceles llenas de verdaderos delincuentes (es decir, de
banqueros, funcionarios y policías), la tierra de quien la trabaja, las
riquezas naturales propiedad de la Nación. En fin, el mundo que
siempre soñó disfrutar, pero sin tener que hacer nada más que cruzar
esta boleta electoral. No, ni siquiera se tiene que molestar en vigilar
si no se hace trampa o si no se cuentan bien los votos, ¡nosotros lo
hacemos por usted!
Ah, el “bioshaker” de la libertad: baje de peso sin moverse (que
el aparato se mueva por usted); sea libre sin luchar (que el líder luche
por usted).
Ahora bien, no apague usted su televisor. Veamos qué hay detrás
de esos anuncios. Sí, esos jóvenes musculosos y esas frondosas
señoritas no usan esos aparatos. Si usted les pregunta fuera del
escenario le dirán que son inútiles, que nunca comprarían uno, que un
buen cuerpo sólo se consigue con una alimentación adecuada y haciendo
ejercicio. ¿Me sigue?
Bueno, pues igual en la política: los que verdaderamente mandan en
el mundo no creen en la democracia electoral, saben bien que ahí no se
decide nada de lo fundamental. Que el mando verdadero, el Poder, está
en otro lado, en SU lado.
Pero resulta que, cuando usted está por cambiarle de canal, o
poner el dvd “de producción alternativa” para ver “The Walking Dead”,
aparece otro señor, señora, señorita, que le dice que no le cambie, que
si vota por él-ella, ahora sí se va a conseguir eso que tanto necesita y
merece, que para lograrlo, mire usted, sólo tiene que marcar esta
boleta electoral aquí en este logotipo que, ¡es cierto!, parece de
comida chatarra…
Bien, ahora un examen de opción múltiple para aprobar este curso propedéutico:
Visto lo anterior, usted…
a).- Le hace caso al señor-señora-señorita y se dice que hay que
probar, que tal vez ahora sí, que hay que hacer otro partido político…
con los mismos de siempre.
b).- Le cambia de canal o le da play al devedé y empieza a
comentar con su pareja o su perro o su gato, o con los 3, sobre por qué
los zombies siempre pierden a pesar de que son mayoría abrumadora:
Bueno, no siempre, más bien casi nunca / Al final los zombies ganan / Y
está esa película de Romero, donde sale el de El Mentalista, donde al
final se ve que los zombies van a buscar un lugar para ellos / Ah, se
llama “Zombie Land”, “Tierra de Muertos” / Sí, se van tal vez
horrorizados por la sanguinaria crueldad de los vivos / Mmh, ¿o sea que
tú dices que los zombies van a hacer, como quien dice, su municipio
autónomo rebelde zapatista? / O que van a la escuelita zapatista / De
por sí eso va a estar lleno de gente rara / Sí, como nosotros / Y
nosotras, menso / Zape / Bueno, besito.
c).- No tiene o apaga el televisor y busca en la red si alguien ya
consiguió autobús para San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, del 8 al 18
de agosto, para llegar a la fiesta, ir a la escuelita, y estar en la
cátedra de los pueblos originarios. Mientras se enciende la compu,
usted se prueba esas botas horribles que alguien le dijo que le
servirían cuando viniera a Chiapas.
d).- No leyó-entendió la pregunta.
Autoevaluación (no haga trampa):
Si usted eligió la opción a, ni venga, nomás va a hacer corajes.
Si optó por la respuesta b, no se preocupe, nosotr@s también parecemos
zombies… bueno, pero una peinada no le haría mal. Si su opción fue la
c, es bueno que sepa que esas botas no le van a servir de mucho. Si
eligió la d, entonces vuelva al inicio del texto (no, éste no, sino el
que se empezó a escribir hace más de 500 años).
Tan-tan. Fin del curso propedéutico de Durito
-*-
¿Y los zapatistas, las zapatistas, cuál opción escogerían?
¿Usarían aparatos de ejercicio o una dieta balanceada, o ambas? O
ninguna -ya ve que a los zapatistas luego les da por construirse su
propia opción-.
Ah, esas respuestas tal vez las encuentre en el curso “La Libertad
según l@s Zapatistas”. No se lo aseguro. Lo que sí debe tener por
cierto es que, aunque escaseen las respuestas, abundarán las preguntas.
(Ah, Durito trajo también un cuento, “la historia de gato-perro”, pero ése lo dejo para otro día).
Vale. Salud y, créame, lo que vale la pena no es fácil, por
ejemplo, subir esa loma para, desde ahí, ver como la luz al fin se
cobija en la sombra de madrugada.
(Continuará)
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
SupMarcos.
México, julio del 2013.
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