lunes, 22 de julio de 2013

FRAUDE CHINO, CUENTO CHINO

Por fortuna —han de decir ellos, los del Gobierno— en Sinaloa se atravesó la elección del 7 de julio que le sirvió a Mario López Valdez y al mal llamado zar anticorrupción, Juan Pablo Yamuni, para bajarle de intensidad al escándalo que generó la adjudicación sin licitar de un contrato por más 383 millones de pesos a las empresas Cangnan Riwing Craft Logo Co Limited y Accesos Holográficos S.A. de C.V., negocio desde el poder que rebosa la gigantesca letrina cuya fetidez ya distingue al régimen del cambio fallido.

La estrategia de olvido, borrón y cuenta nueva, se torna predecible en este reciente festín de los corruptos. Aplicada durante el gobierno de López Valdez, régimen que ha eliminado cualquier barrunto de transparencia y navega ufano en las aguas negras de la avaricia, la táctica de apostarle todo a la indiferencia social es la triste corroboración de que una y otra vez el sexenio malovista reedita, multiplicadas a la enésima potencia, las peores prácticas de latrocinios que en los gobiernos priistas se creían ya insuperables.

El mochitense que llegó al poder blandiendo la bandera de la honestidad y que hasta el hartazgo ofreció “combatir las ratas de dos patas” se redujo a un político que contempla y hasta defiende a la nueva plaga de roedores que le está carcomiendo hasta el piso del tercer nivel del Palacio, inclusive con el riesgo de hacerlo caer.

Al gobernador y sus colaboradores no les importa que, convertida en la región más turbia de México, Sinaloa se perfile a ser dentro de tres o cuatro años la historia de otro Granier, a la sinaloense. Al caso de Cangnan Riwing y Accesos Holográficos le ha correspondido un cuento chino para adormilar a la ciudadanía que sospecha. 

Ningún asomo de castigo a los desfalcadores; demasiados pasos largos hacia atrás en materia de rendición de cuentas claras. Es esta la tierra de lo nebuloso; aquí las alcantarillas se tapan con cinismo.

Los rastros dejados en el viciado proceso de adjudicación son muchos. El procedimiento, dirigido por Jesús Antonio Marcial Liparoli, subsecretario de Gobierno, ha llamado la atención de instancias fiscalizadoras federales y estatales y originó que el Juzgado Cuarto de Distrito declarara viciados los contratos que ni siquiera se apegaron a lo establecido en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Administración de Bienes Muebles para el Estado de Sinaloa.

De manera fast track y unánime, los integrantes del Comité de Adquisiciones adjudicaron la compra directa. Firmaron de conformidad los secretarios de Administración y Finanzas, Armando Villarreal Ibarra; de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros; de Innovación Gubernamental, Karim Pechir Espinoza de los Monteros, así como Juan Carlos Suárez Guzmán, director de Bienes y Suministros; Juan Pablo Yamuni Robles, jefe de la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas y Humberto Villasana Falcón, director de Asuntos Jurídicos.

Ninguno de ellos detectó que los contratos para la compra de placas y documentos de circulación vehicular contravenían gran parte de lo estipulado en la materia por diversas disposiciones legales. Por ejemplo, además de no licitó mediante convocatoria pública, ni siquiera tomó parecer, tratándose de un contrato millonario, al Congreso del Estado.

 El contrato se formalizó el 30 de enero de 2013. Es decir, en un plazo sin precedente de tres días, se propuso, aceptó y firmó, sin que el Gobierno diera a conocer a los medios de comunicación los alcances del mismo: 331 millones 583 mil 680 pesos para Cangnan Riwing Craft Logo Co Limited y 52 millones 200 mil pesos para Accesos Holográficos S.A. de C.V.

Este asunto pasó de la oscuridad de los sótanos del Gobierno estatal a las penumbras de la apatía de diputados, organismos sociales e instancias fiscalizadoras, creyendo que la desairada elección del primer domingo de julio le echó tanta amnesia como la que se necesita para archivarlo y dejarlo impune. Es posible que así sea. Los sinaloenses aprendieron primero a olvidar. Luego se enseñaron a exigir.

Y el enigmático negocio chino podría acabar como el cuento del ciervo escondido: repartiéndose el botín.

Re-verso

La transa made in China,
deja ver el gran negocio,
y denuncia a cada socio,
del emporio de la letrina.

Dejar pasar

De alguna manera los que manejan la Secretaría de Salud como una concesión que les otorgó Malova han logrado evadir toda fiscalización y por lo tanto cualquier responsabilidad. 

En aras de embolsarse algunos millones de pesos los dueños de la franquicia están jugando con la salud de un pueblo entero al estar convencidos que en el agandalle generalizado, todos los años son de Hidalgo. 

Luego dirán la excusa acuñada en este sexenio: “Si los otros robaron, ¿por qué nosotros no?”

Dejar hacer

La Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas da a conocer que sancionó a 67 servidores públicos por cometer actos en contra del buen desempeño de sus funciones. Sin embargo, los “peces gordos” los deja pasar en una red anticorrupción que solo atrapa charales.

(RIODOCE/  Columna Observatorio de ) 

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