"Obtuvo el contrato minero en 2011 dando apoyo de dientes para afuera".
Arturo Cano /
La Jornada
Cananea, Son., 10 de junio. Los asesores se quedaron
mirando entre sí, pues no entendían cabalmente la instrucción. Recién nombrado
secretario del Trabajo, en sustitución de Carlos Abascal, el potosino Francisco
Salazar les había pedido un nombre: Hay que ir contra algún líder sindical, el
que sea.
Uno de los presentes recuerda que el funcionario
foxista habló muy claro en esa junta de mediados de 2005: afianzar su posición
como secretario pasaba por chingar a un líder sindical.
Salazar pretendía con ello, según la misma fuente,
librarse del peso de su antecesor en el cargo, quien había pasado a la
Secretaría de Gobernación y cuyos zapatos, a su parecer, le quedaban muy
grandes. No hubo, pues, una decisión estratégica ni mucho menos el afán de ir
contra la corrupción sindical.
Los asesores de Salazar pusieron nombres sobre la
mesa. Al final, después de manosear la baraja, se eligió a Napoleón Gómez
Urrutia, porque tenía conflictos con Leonardo Rodríguez Alcaine, con los Larrea
y con todo el mundo.
De ahí derivó la historia conocida: la acusación de
que el líder del sindicato nacional minero se había birlado 55 millones de
dólares de un fideicomiso, el autoexilio del líder en Canadá, un rosario de juicios
que el líder ha ido ganando uno a uno, la toma de la mina por la Policía
Federal en junio de 2010, la llegada de un sindicato blanco y su sustitución
por uno cetemista.
Cuando ese complejo escenario cobraba forma, los
mineros de Cananea decidieron irse a la huelga. El pleito entre el sindicato
nacional y el grupo empresarial encabezado por el segundo hombre más rico del
país, Germán Larrea, no tenía ya marcha atrás cuando, en julio de 2007, los
miembros de la sección 65 colocaron las banderas rojinegras por violaciones al
contrato colectivo de trabajo y por la falta de seguridad en las instalaciones.
Nos fuimos a la huelga para proteger nuestras vidas, dice todavía el secretario
general de la 65, Sergio Tolano Lizárraga, con la memoria puesta en la tragedia
de Pasta de Conchos, Coahuila, propiedad también del Grupo México y donde hasta
hoy permanecen sepultados los cuerpos de 63 mineros (sólo dos fueron
rescatados).
EL CONTRATO
DE LOZANO Y EL CONTRATO DE LA CTM
Apenas desalojada la mina por la policía, el entonces
secretario del Trabajo, Javier Lozano, peleador callejero de Felipe Calderón,
se apersonó en Hermosillo e hizo una promesa clave: el nuevo contrato colectivo
de trabajo de la Minera de Cananea tendría prestaciones superiores a las
anteriores y nuevas fórmulas productivas.
No lo desmienten los mineros de Napoleón, sino Javier
Villarreal, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México
(CTM), en Sonora quien, en su calidad de cabeza del sindicato minero cetemista,
detenta el contrato desde junio de 2011:
Obviamente el contrato histórico de Cananea es otra
cosa. No podíamos fijar una posición irreductible de conseguir el mismo
contrato y llegamos a una negociación satisfactoria para las partes. Se
lograron algunas prestaciones, si se quiere mínimas comparadas con lo que
había, pero se logró que fueran superiores a las de ley.
Entrevistado en Hermosillo, Villarreal habla, primero,
sobre cómo fue que llegó la CTM a Cananea, sin recuento de por medio, luego de
que un sindicato blanco de Monterrey se fuera sin hacer ruido: De allá (de la
Ciudad de México) surgió. Fue el gobierno federal el que de alguna manera habló
con la empresa.
Cuando la CTM hacía sus pininos en el gremio minero
–mientras apoyaba públicamente a la sección 65– demandó y ganó la titularidad
de los contratos en otros minerales. La joya de la corona, sin embargo, le cayó
sin recuento ni litigio alguno.
La CTM jugó al esquirolaje, se fue metiendo
subrepticiamente mientras daba un apoyo de dientes para afuera, dice Leopoldo
Santos, investigador de El Colegio de Sonora, quien ha seguido acuciosamente el
conflicto.
Santos afirma que el modus operandi cetemista consiste
en arreglarse con el poder estatal en turno y alentar la represión a los
movimientos independientes. En el caso de Cananea, en realidad estaba
preparando el terreno desde tiempo atrás.
UN SINDICATO DEMASIADO BLANCO Y OTRO DE COLABORACIÓN
El cetemista Villarreal afirma que, pese a todo, es
“un buen contrato para arrancar… muchos beneficios en un ambiente muy complejo,
porque luego de casi cuatro años de huelga el ambiente era tenso”.
¿Por qué la empresa renunció al “sindicato blanco de
Monterrey y se allanó a que el nuevo contrato fuera para la CTM? Tan lo
prefería que lo tenía, dice Villarreal. Y él mismo añade que dada la formación
ideológica y la convicción sindicalista prevaleciente en Cananea un modelo como
el de Monterrey no tenía futuro.
Quizá la razón, sin embargo, fue que los dirigentes de
la Federación Nacional de Sindicatos Independientes –sindicalismo blanco entre
los blancos– andaban ya en líos legales por el manejo de un fondo de retiro.
En noviembre de 2011, Jacinto Padilla y Gerardo
Ibarra, secretario general y tesorero, fueron recluidos en el penal de Ciudad
Juárez, acusados de posesión de armas prohibidas y del secuestro de un joven
abogado que se opuso a sus tranzas y que sigue desaparecido.
De este modo, proscrito el sindicato nacional, el
Grupo México se decidió por un sindicalismo que, en la descripción de
Villarreal, con el Tratado de Libre Comercio para América del Norte aprendió a
dejar atrás la confrontación y pugna por un modelo de colaboración que implica
ganar-ganar para empresas y trabajadores; un sindicalismo que usa la huelga
como instrumento de lucha y no como forma de vida.
EL ÚNICO
SINDICATO QUE EXISTE
En Cananea, los mineros muestran con orgullo las
fotografías de la conmemoración del pasado primero de mayo. Se ve nutrido el
contingente. Ese día no se supo nada de los cetemistas. Será que somos el único
sindicato que existe, ríe Sergio Tolano.
Para el cetemista Villarreal sólo tiene una expresión:
Es un traidor.
Villarreal no se compra el pleito: No pretendemos
ninguna rivalidad con el señor Gómez Urrutia. Tratamos de ser respetuosos y
trabajar para, en la medida de las posibilidades, lograr seguridad, mejores
salarios y prestaciones.
En Hermosillo se recuerda que muchas veces Villarreal
apareció al lado de los mineros de Cananea en las ruedas de prensa y que en
incontables ocasiones les brindó solidaridad.
La relación iba más allá. Regidor y diputado local por
el PRI, amigo lo mismo de Eduardo Bours que de Manlio Fabio Beltrones,
Villarreal es conocido en Sonora por disputar y ganar contratos, incluso a sus
rivales cetemistas. Así se hizo del contrato de la automotriz Ford y así del
control de la maquiladora Tetakawi, que tiene el sindicato más grande del ramo.
En las filas del PRI se le conoce también por haber
destapado a Bours, pese a los deseos del entonces gobernador Armando López
Nogales.
Algunos de sus colaboradores son bilingües, egresados
de la universidad de la CTM o expertos en sociología del trabajo.
Uno de ellos, Everardo Fimbres, fue el artífice del
ingreso de Napoleón Gómez Urrutia a la Federación Internacional de Trabajadores
de las Industrias Metalúrgicas, paso indispensable para granjearse el apoyo de
los sindicatos mineros de Estados Unidos y Canadá, que han jugado un papel
clave en el respaldo al autoexiliado líder. Actualmente, Fimbres es el
representante de la CTM en Puerto Peñasco.
El sindicato cetemista tiene mil 189 mineros, de los
cuales, dice Villarreal, entre 75 y 80 por ciento son de Cananea o de la
región. El cetemista reconoce que hay entre 2 mil 500 y 3 mil de empresas
outsourcing, pero dice que ninguno trabaja directamente en la operación de la
mina (en los informes a sus accionistas, el Grupo México no distingue entre los
trabajadores dedicados a la operación de la mina y los dedicados a las labores
de expansión, pero afirma tener 4 mil 800 empleados).
El investigador Santos duda que la mayoría de los
trabajadores, incluso los sindicalizados, sean residentes antiguos de la ciudad
minera. La CTM y el Grupo México, dice, han apostado a un proceso de
descananización de Cananea.
(DOSSIER
POLITICO/ Arturo Cano / La Jornada/ 2013-06-12)
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