Gregoria Salazar Robles es por ahora la responsable
del penal del Topo Chico, en NL, donde esa banda delictiva tiene preeminencia
Aracely Garza/ Excélsior
MONTERREY, 27 de
marzo.- El vocero de seguridad en la entidad, Jorge Domene, confirmó que la
responsabilidad del penal del Topo Chico está actualmente en manos de una
mujer.
En rueda de prensa,
reconoció que Gregoria Salazar Robles funge actualmente como encargada de ese
centro penitenciario.
“El tema que sea
mujer o no, no le condiciona o le resta méritos; es una persona que lleva ocho
años dentro de la administración y ha estado en varios cargos dentro de
distintos penales”, sostuvo el funcionario.
Domene agregó que
Salazar Robles llevaba un año como subdirectora de ese centro de reclusión y
dentro del sistema de administración penitenciaria ha ocupado cargos jurídicos
y de operación.
Indicó que no ha
recibido el nombramiento oficial, pero ya tiene todas las pruebas y actualmente
se están viendo todos los movimientos y ajustes que se hacen en el sistema, por
la aprehensión de los funcionarios involucrados con los hechos del penal de
Apodaca, el pasado 19 de febrero.
La mujer quedó como
encargada del penal del Topo Chico debido a que el director Fernando Domínguez
Jaramillo ahora ocupa el cargo de director de Administración Penitenciara en el
estado.
El del Topo Chico es
un penal con sobrepoblación. Tiene más de 3 mil 500 reos del fuero común y
federal, y en él se han registrado muertes de reos a manos de otros grupos.
Se ha mencionado
desde hace meses, de manera extraoficial, que el control de ese centro
penitenciario lo tienen los propios delincuentes.
En agosto del año
pasado, custodios permitieron la entrada de dos vehículos con cuatro
empistolados que llegaron a los locutorios para matar a un reo.
En junio de ese
mismo año, un comando que viajaba en varias camionetas lanzó cuatro granadas al
penal y al Palacio de Justicia; una estalló en el estacionamiento y dejó
lesionado a un guardia privado y a un custodio.
También se ha
comentado que el control del interior lo tienen Los Zetas, que operan en un
aparente pacto de no agresión con miembros de otros grupos también presentes en
el centro, como el cártel del Golfo y los Beltrán Leyva.
En el interior del
penal, los capos viven con lujos y cada fin de semana organizan fiestas con
mujeres que son llevadas desde el exterior.
Además, los
cabecillas cobran cuotas a los reclusos desde que ingresan al penal y por
cualquier motivo ordenan golpizas y torturas, según testimonios de personas que
han estado recluidas.
Con información de gabinete
(EXCELSIOR/ Aracely Garza / 27/03/2012 10:41)
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